Ayrton Senna: el piloto que salvó el alma de Brasil
1 de mayo de 2014El primero de mayo 1994 los relojes en Brasil se pararon a las 9 horas 16 minutos. La hora exacta en la que murió uno de sus grandes ídolos. "No hay esperanzas. Ayrton Senna está clínicamente muerto", anunció en aquella ocasión el reportero Roberto Cabrini, desde Bolonia.
Hace exactamente 20 años Ayrton Senna murió en el circuito del Gran Premio de Imola. La repentina muerte del tricampeón del mundo de Fórmula 1 fue un shock para Brasil. El presidente de la época, Itamar Franco, ordenó tres días de duelo nacional. El piloto de São Paulo era más que un héroe, era la esperanza de un país económica y políticamente deprimido.
Misterioso accidente
"Sus victorias convirtieron a Senna en un ícono nacional", escribe el periódico brasileño O Globo, con motivo del vigésimo aniversario de su desaparición. "Cuando en el país todo andaba al revés, Senna producía éxitos", agrega O Globo. Las victorias de Senna fueron un bálsamo para el alma brasileña, agobiada tras la llamada “década perdida” de los 80.
El trágico accidente se produjo en la séptima vuelta de la carrera del Gran Premio de San Marino, en el autódromo Enzo e Dinno Ferrari. Senna conducía a 210 kilómetros por hora y cuando llegó a la curva Tamburello, en lugar de girar, su auto siguió a toda velocidad en línea recta contra la pared de contención de la pista. Pocas horas más tarde, los médicos daban a conocer su muerte en un hospital de Bolonia.
Nunca se condenó a nadie
Hasta hoy, las causas de dicha tragedia siguen siendo controvertidas: mientras los jueces italianos consideran la rotura de la dirección como la causa del accidente, los fabricantes del auto creen que fue la aerodinámica defectuosa del coche la que hizo chocar el auto. Adrian Newey, diseñador del coche, admitió alguna vez en la revista alemana "Auto, Motor und Sport", que tenía conocimiento de esta deficiencia antes de la carrera. Pero lo cierto es que, hasta ahora, nadie ha sido condenado por el hecho.
La admiración por el campeón de Fórmula 1 es un caso particular en una nación loca por el fútbol como Brasil. El automovilismo es considerado un deporte de los ricos. Y, en efecto, Ayrton Senna provenía de una familia adinerada. Su padre Milton da Silva promovió la carrera de su hijo que empezó disputando carreras de kart, como el alemán Michael Schumacher.
Euforia en Interlagos
De entre todas sus victorias, merece destacar la de 1991, cuando Senna cumplió un sueño largamente acariciado y ganó el Gran Premio de Brasil en el circuito de Interlagos, en su ciudad natal de São Paulo. "Brasil es mi casa, mi ancla", dijo aquella vez. Según, O Globo, con esta victoria Senna conquistó, definitivamente, el corazón de los brasileños.
Saulo Rodrigues, experto en automovilismo, concluye: "Senna fue el Pelé de la Fórmula 1. Alguien que arriesgaba más que cualquier otro. Por eso siempre ganaba".