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¿Ayuda la nicotina a prevenir el PArkinson?

12 de abril de 2019

En Norteamérica se registran la mayoría de los casos de Parkinson. En Asia es mucho menos común. Los investigadores están buscando formas de controlar la enfermedad y están obteniendo resultados inusuales.

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Deutscher Zukunftspreis 2006
Imagen: picture-alliance/dpa/Ansgar Pudenz/Deutscher Zukunftspreis

"Realmente parece que la nicotina protege contra el Parkinson", dice Daniela Berg, directora de la Clínica de Neurología en Kiel, Alemania. "La nicotina no solo se encuentra en el acto individual de fumar. Está también en los fumadores pasivos y los que mastican tabaco", explica Berg a DW.

Asimismo, la nicotina no sólo se encuentra en el tabaco, sino también en plantas de sombra nocturna como la papa, el tomate y los pimientos. Las cantidades son muy pequeñas, pero la nicotina -incluso en pequeñas cantidades- a menudo ha sido objeto de estudios. "No hay casi ningún otro elemento que se haya encontrado que proteja tanto contra el Parkinson como la nicotina", dice Berg. Algunos estudios concluyen que fumar estimula ciertas enzimas que desactivan las toxinas nerviosas.

"No se entiende todavía completamente el efecto que produce la nicotina, pero lo cierto es que las personas que fuman tienen menos probabilidades de desarrollar la enfermedad de Parkinson. Pero, por supuesto, no le aconsejarías a nadie que fume porque hay demasiados resultados negativos", dice la neuróloga. Cómo se puede prevenir y tratar el párkinson, cómo y dónde se desarrolla la enfermedad, son solo algunos de los aspectos que actualmente se están investigando con mucho énfasis a escala internacional sobre esta enfermedad neurodegenerativa.

Una cuestión de genes

Un estudio publicado en 2016 en la revista médica The Lancet muestra la incidencia del Parkinson en todo el mundo. América del Norte lidera las estadísticas, aunque la región está altamente desarrollada y tiene muy buena atención médica. Pero esto no es necesariamente crucial. "Hay ciertos grupos de la población que tienen una predisposición genética y por lo tanto tienen un mayor riesgo de desarrollar esta enfermedad", explica Berg. Algunos grupos de la población norteamericana también tienen tal predisposición genética. "Ahora sabemos que las mutaciones en ciertos genes podrían ser la causa principal de la enfermedad en este grupo". 

Menschliche Nervenzellen
Las toxinas ambientales destruyen nuestras células nerviosas..Imagen: imago/Science Photo Library

La predisposición genética no lo es todo

El medio ambiente también juega un papel importante. Las toxinas ambientales, que pueden ser peligrosas para el sistema nervioso, incluyen a los pesticidas. A diferencia de Alemania y Europa, estos eran permitidos hasta hace poco en Canadá y Estados Unidos. "Estos pesticidas aumentan el riesgo de contraer la enfermedad de Parkinson. Son muy malos para el metabolismo celular", dice Berg.

Un ejemplo de la relación entre las toxinas ambientales y el Parkinson también se puede encontrar en Sudamérica. Los científicos han descubierto que las personas que descomponen el manganeso tienen un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad. El oligoelemento manganeso es dañino para las células nerviosas.

Cómo vivimos

La compleja interacción entre los genes y el medio ambiente son puntos a favor de la enfermedad. "Si hubiera un solo factor, ya lo hubiéramos encontrado", apunta Berg. "Así podríamos aconsejar a la gente adecuadamente y a nadie le daría Parkinson".

El estilo de vida también tiene una influencia decisiva en las enfermedades neurodegenerativas como la enfermedad de Parkinson. Esto incluye la nutrición. Los alimentos que contienen polifenol como el té verde, el café y muchas otras sustancias que se encuentran en las bayas rojas tienen un efecto positivo sobre las células nerviosas. "Eliminan los productos metabólicos malos. Son especialmente útiles en casos de estrés oxidativo, por ejemplo, cuando los productos metabólicos deficientes pueden dañar las células", explica Berg. En este sentido, también se recomienda una dieta mediterránea, ya que también es útil para la prevención de enfermedades cardiovasculares. 

Simbabwe Eine alte afrikanische Frau
En África también hay pocos casos de Parkinson.Imagen: picture-alliance/Christian Ender

Deporte y ejercicio

La actividad física juega un papel muy especial. "Las personas que hacen ejercicio de forma moderada a intensa en la mitad de sus vidas tienen un riesgo sustancialmente reducido de desarrollar la enfermedad de Parkinson en la tercera edad", dice Berg a DW. Estos aspectos fueron investigados en un gran estudio. "En comparación con las personas que hacen poco o nada de deporte, el riesgo relativo de desarrollar párkinson se redujo en un 40 por ciento", resume la neuróloga.

Fenómeno y problema global

Según The Lancet, los casos de Parkinson se han más que duplicado en todo el mundo en los últimos 25 años, de 2,5 millones de pacientes en 1990 a 6,1 millones en 2016, pero es difícil determinar por qué algunas regiones tienen un número mucho mayor de casos de la enfermedad que otras. "Hay muchas hipótesis, pero aún no hay razones precisas", dice Berg.

Si los datos fueran más claros, se podría hacer mucho más acerca de la enfermedad de Parkinson. Sin embargo, por el momento, esto sigue siendo una ilusión.

ct/rrr

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