Banco Mundial y Chile: el gran escándalo
15 de enero de 2018El viernes pasado (12.01.2018), el Wall Street Journal publicó una entrevista con Paul Romer, relativamente nuevo economista jefe del Banco Mundial. En la entrevista, Romer criticó que, en los últimos años, el banco había hechos cambios en la metodología y los criterios de medición de parámetros que podrían haber afectado negativamente a varios países, pero destacando, sobre todo, a un país sudamericano.
Sobre esa base recomendó una revisión de los cálculos en los informes de, por lo menos, los últimos cuatro años. Romer agregó que las revisiones podrían ser particularmente relevantes para Chile, cuya posición en el ranking ha sido muy cambiante en años recientes, lo cual "potencialmente podría tener motivaciones políticas de parte del equipo del Banco Mundial que elabora los informes”.
Inmoral ataque contra la democracia
Como no podría ser de otra manera, las declaraciones de Romer, desataron un terremoto político, sobre todo en el país andino, en el que especialmente sectores de la centro-izquierda dieron la manipulación como un hecho y la llegaron a calificar de "ataque contra la democracia” e "inmoralidad”.
Leña al fuego echaron los titulares abreviados de numerosos medios de comunicación, en los que del hecho calificado de "potencial” o posible por Romer se pasó a decir sin más que "el Banco Mundial alteró la calificación de Chile durante el Gobierno de Bachelet”.
Interesante es que sea el propio economista jefe del Banco Mundial y no una ONG ni un instituto económico independiente, o, en el caso de Chile, la autoridad económica o de estadísticas quien hizo pública la crítica. El "Doing Business” es uno de los informes más importantes del Banco Mundial y en cada edición se explican también los criterios y la metodología con que se ha realizado. Aparentemente, nadie se había dado cuenta de nada hasta ahora.
Chile: una posición volátil
Además, los parámetros y métodos de determinación de la ubicación de un país en el ránking se aplican a todos los países por igual (algo que dijo también Romer). Sin embargo, efectivamente, la posición de Chile en el ranking ha sido bastante volátil, como lo demuestra el gráfico más abajo. Y ha mejorado, aunque no constantemente, durante el gobierno de Piñera y empeorado durante los gobiernos de Bachelet: ¿más que una casualidad?
El gran acusado en esta aparente confabulación ha sido el economista Augusto López-Claros, director del Global Indicators Group, a su vez responsable del informe "Doing Business”. Lo interesante es que ejerció esa función solo entre 2011 y 2017, por lo cual no puede ser responsable de la caída de Chile en el ranking entre 2006 y 2010.
En una toma de posición después de estallar el "escándalo”, López-Claros dijo que "las acusaciones de manipulación política carecen de todo fundamento” y que todo el proceso se realizó "en un contexto de transparencia y sinceridad”. Agregó que "el reciente descenso en las clasificaciones de Chile se debió a que otros países, como México y Colombia, intensificaron sus esfuerzos por atraer inversión”.
¿Qué dice la institución Banco Mundial?
Más interesante es, sin embargo, la toma de posición del propio Banco Mundial, ya que Romer habló a título personal y no de la dirección de la institución. En un comunicado publicado el sábado (13.01.2018), el Banco Mundial dice que "en más de 15 años de existencia el índice 'Doing Business' ha sido una invalorable herramienta para muchos países” y "objeto de numerosos controles, tanto externos como internos”.
El banco agrega que "todos los cambios en la metodología se realizan a partir de un riguroso proceso de consultas, tanto en el propio banco, como por parte de países individuales y expertos”.
Sin desautorizarlo, el comunicado del Banco Mundial, sin embargo, cuenta otra historia de la versión que da Romer. No obstante, se lee en el comunicado, "en vista de las preocupaciones expresadas a través de los medios de comunicación por Paul Romer, economista jefe del Banco Mundial, el banco encargará un control externo de los indicadores de Chile en el informe 'Doing Business'”.
Ahora hay que esperar que los ánimos se calmen y el citado control externo arroje más luz sobre el descomunal intríngulis que han desatado las palabras de Paul Romer. Una explicación clara y transparente de lo sucedido ayudaría, no solo a determinar la realidad de los hechos, sino también a estabilizar la imagen del Banco Mundial, nuevamente algo maltrecha después de este desagradable episodio.