Bayreuth, el bastión de Wagner
Richard Wagener y Bayreuth son uña y carne, como Tristan e Isolda. La mayoría de los mortales sólo supo de Bayreuth cuando Wagner la eligió como escenario de sus teutónicas y monumentales óperas. En el siglo 19 Wagner se decidió a dar vida aquí, en la sala Grünen Hügel, a Sigfrido, Parsifal y a sus demás héroes. Año por año el Fortísimo del festival de Wagner no deja escuchar sonido alguno en la ciudad. Y es lástima porque Bayreuth no es sólo la impronta del compositor. Pero quien sabe eso.
Más que sólo Wagner
Siendo así más de un peregrino wagneriano queda sorprendido por esta ciudad de la alta Franconia. Bayreuth no hace gala del poderío y la majestuosidad de las notas del "más alemán de los compositores". Al contrario: los sencillos edificios de la administración y las mansiones burguesas se ven arropadas por fuentes de estilo Rococo, grutas de arte y arcadas ajardinadas. Bayreuth debe su ambiente principalmente a la condesa Wilhelmina, quien trajo el Rococó a la alta Franconia. En 1732 arquitectos y jardineros transformaron los campos que rodeaban el nuevo castillo haciendo realidad los delirios de grandeza de un Bayreuth inigualable. De ahí que la ciudad ya fuera artísticamente interesante antes de la llegada de Wagner. Prueba de ello fue la estancia del poeta Jean Paul que vivió aquí hasta su muerte. Hace 175 años la ciudad le otorgó un entierro digno. Seguramente porque el temido sarcástico siempre mencionó a Bayreuth con guantes blancos.
Vida cultural
Hoy en día la ciudad no da pie a burlas o críticas irónicas. Entre la calle de Richard Wagner, la avenida de los Hohenzollern y la plaza de Jean Paul se ha desarrollado una vida cultural reducida pero vivaz. Y no es de extrañar. La universidad, fundada en los años setenta, ha atraído a 7000 estudiantes que se han mezclado con los 75.000 habitantes de la ciudad y constituyen el núcleo alternativo de Bayreuth. Ejemplo de ello son las esculturas del artista Wo Sarazen, el festival de Jazz, los días de Cabaret y las actividades del Centro Africano que por cierto se llama Iwalewa, un proverbio africano que dice así : Carácter es belleza. Y Bayreuth tiene carácter.