Beckham, el irresistible

"Ha llegado la era del fútbol en versión Disneylandia", comentó el periódico El País, de la capital española. Pero eso tiene sin cuidado a los madrileños, encantados con la llegada del superhéroe del momento, David Beckham, a engrosar la legión de ídolos del Real Madrid. Tampoco les preocupa el estratosférico monto del pase de su club anterior, el Manchester United. Beckham bien vale los 35 millones de euros que costó la transferencia y los más de 6 millones que cobrará mensualmente, opinan igualmente los ejecutivos del equipo. Al fin y al cabo, los expertos estiman que sólo la venta de las camisetas con su nombre o número reportarán 140 millones de euros en los próximos 3 años.

Idolo rentable

Si bien no hay pleno consenso en cuanto a la calidad futbolística de la nueva estrella, en algo concuerdan todos: Beckham es un excelente negocio. Pero también es más que eso. El futbolista británico se ha transformado en un ídolo incluso para aquellos jóvenes que nunca han pisado un estadio. Ni siquiera los inmunes a las pasiones del balonpié parecen resistir a los encantos de este deportista de 28 años, que provoca entusiasmo hasta en los confines del planeta.

Prueba de ello fue la algarabía que provocó a su paso por Asia. En Vietnam desató una euforia colectiva como no se veía desde la visita del entonces presidente estadounidense, Bill Clinton. Y algo similar sucedió en los demás países visitados en su reciente gira de promoción por ese continente. Más allá de la imagen que proyecta como figura publicitaria, Beckham se ha erigido también en modelo de conducta. Tal es así que en Japón tuvo a bien instar a los conductores a no utilizar sus celulares al volante de un vehículo en marcha. El ídolo es también padre de familia y, como tal, sus consejos gozan de credibilidad.

Spice Boy

Sin duda, su matrimonio con la ex Spice Girl, Victoria, ha contribuido a rodearlo del glamour necesario para conquistar a las masas en nuestros días. Se trata de un fenómeno que debería ocupar a los sociólogos europeos como lo hace ya con los especialistas en diseño y cultura pop. Porque el sello de Beckham ya se ha convertido en todo un estilo: varonil sin caer en el machismo, deportivo y sofisticado a la vez.

No en vano los príncipes de la alta costura masculina compiten por sus favores, al punto de que en los desfiles de esta temporada en Milán se produjo un verdadero duelo. Giorgio Armani, quien creó hace ya un año una chaqueta de cachemira para el futbolista, tiene que enfrentar ahora la competencia de Dolce & Gabbana, que esta vez le dedicó una colección completa. Los jeans desteñidos y agujereados, al igual que los trajes blancos con una camiseta escotada debajo, corresponden al nuevo "look Beckham", que encontrará probablemente miles de seguidores.