Beethoven en el arte: de revolucionario a ídolo de masas
Poco antes de su muerte, en 1987, el ícono del arte pop, Andy Warhol, retrató a Beethoven. El carácter y la personalidad del músico fascinaron a numerosos artistas.
Temperamento y carisma
Mirada seria y gesto adusto debajo de una melena tupida: esa imagen del compositor es la que se ha impuesto. Sin embargo, son los retratos de una época más tardía los que reflejan mejor la vida de lucha y dificultades de Ludwig van Beethoven.
Estrella en Viena
El joven Beethoven, de mirada enérgica, esboza una sonrisa en esta pintura de 1803. En esa época, el músico ya había conquistado a algunos de los más influyentes mecenas de la nobleza de Viena.
Con los príncipes
Entre los primeros impulsores de la obra de Beethoven está el príncipe Carl von Lichnowsky, de quien el compositor se distanciaría más tarde. En esta obra de Julius Schmid, de alrededor del 1900 (“Beethoven tocando en la residencia de Lichnowsky”) parece perfilarse la disputa entre el príncipe y el artista.
Orgulloso y seguro de sí mismo
En 1812 no solo se produce el encuentro de Beethoven con Goethe, sino también un paseo, famoso por el escándalo que lo acompañó. Mientras el poeta hace la reverencia ante un príncipe, el compositor pasa a su lado con la cabeza en alto. El pintor Carl Rohling eternizó la escena en esta obra.
Compositor revolucionario
A Beethoven no solo lo entusiasmaban las ideas de la Revolución Francesa, sino también la innovación en la composición musical. Eso parece indicar su gesto en este cuadro de Joseph Mähler, de 1804.
El original
Sin duda, Beethoven era uno de los artistas más populares de su tiempo, y algunos de sus retratos pictóricos así lo demuestran. Uno de los más conocidos es éste, de Joseph Karl Stielers, de 1820.
La variante pop
El Beethoven retratado por Stieler era una figura idealizada, mucho menos realista que los retratos del músico pintados por otros artistas. Más tarde, esta obra sirvió de modelo para nada menos que el Beethoven de Andy Warhol.
Beethoven en grafiti
También en Bonn, la ciudad natal de Beethoven, se encuentran diversas variantes del retrato de Stieler, ya sea como escultura delante de la Sala Beethoven, o cerca de la casa en la que vivió el compositor, en forma de grafiti.
Compositor exigente
El mundo no se enteró de las dificultades del compositor hasta después de la muerte de Beethoven, en 1827. Según relatos de sus contemporáneos, luchaba sin concesiones por lograr la perfección en su obra.
Genio y locura
En su época, Beethoven era admirado por la genialidad de su obra. Más tarde, generaciones de compositores temieron no poder llegar a superarlo. En este cuadro de Hermann Torggler, de 1902, Beethoven adquiere rasgos casi demoníacos.
Ídolo pop
No hay demasiados compositores que gocen de la fama de Ludwig van Beethoven. Su vida fue objeto de tramas cinematográficas, e incluso de dibujos animados e historietas.