Benedicto XVI, sobre abusos sexuales en Irlanda
16 de febrero de 2010El Papa Benedicto XVI calificó la pedofilia de "delito atroz" y pidió a los obispos irlandeses afrontar con "honestidad y coraje" los graves problemas de la institución eclesiástica en Irlanda, donde se le acusa de miles de casos de abuso sexual de menores, según informó el Vaticano.
El Pontífice, que ha llamado a restaurar la "autoridad moral y espiritual" de la Iglesia, había convocado una reunión de crisis desde inicios de año. El encuentro, sin precedentes en Roma, tuvo una duración de dos días (lunes 15 y martes 16 de febrero). El Santo Padre insistió en que el abuso sexual de niños es "un grave pecado que ofende a Dios y daña la dignidad del ser humano, creado a su semejanza", añadió el Vaticano.
Ignorado el reclamo de dimisión de obispos
Benedicto condenó el fracaso de la jerarquía católica irlandesa (que había escondido durante años los abusos) y reconoció que la "dolorosa situación" actual no será superada rápidamente. Sin embargo, según las informaciones del Vaticano, las conversaciones no abordaron el tema de la dimisión de los obispos, que es un reclamo esencial de las víctimas.
En una misa matinal, celebrada antes de iniciar las conversaciones este lunes, el "segundo al mando" en el Vaticano, el Secretario de Estado Tarcisio Bertone se refirió a los "juicios internos, que naturalmente son los más duros y humillantes", según dijo.
Representantes de las víctimas exigieron la creación de "Tribunales de la Verdad" para el castigo concreto de los contraventores, así como compensaciones económicas por valor de 1.370 millones de dólares (más de 1.000 millones de euros). En una misiva, que habría sido entregada esta semana al Pontífice por el Cardenal Sean Brady (máxima autoridad católica irlandesa), las víctimas solicitan también un encuentro con Benedicto durante su visita al Reino Unido en septiembre.
La Iglesia somos nosotros
La delegación de 24 clérigos irlandeses, encabezada por Brady, subrayó en Roma su compromiso para "cooperar con las autoridades judiciales en Irlanda – Norte y Sur – y con el Consejo Nacional para Salvaguardar a los Niños en la Iglesia Católica en Irlanda" para garantizar que los estándares, políticas y procedimientos de la Iglesia representen buenas prácticas en esta área", dijo el Vaticano en un comunicado.
Entre tanto "We are Church", la representación irlandesa del movimiento reformista de base surgido en Austria y Alemania como "Wir sind Kirche" (Nosotros somos Iglesia), exigió una vez más este lunes una reforma radical para resolver "la crisis mundial de la Iglesia". La Iglesia Católica no reconoce el movimiento por estimar que atenta contra preceptos esenciales del dogma cristiano.
Las demandas de "We are Church" – "Wir sind Kirche" – "Nosotros somos Iglesia", con representaciones coordinadas actualmente en más de 40 naciones de los cinco continentes, se dirigen a una simplificación de las jerarquías católicas, la abolición del celibato, un abordaje positivo de la sexualidad humana (incluida la homosexualidad), la igualdad de la mujer (también en el sacerdocio), la comunión de católicos y protestantes, la participación de laicos en las homilías y la promoción de un mensaje de alegría por encima del tradicional mensaje de temor empleado para reproducir la creencia católica.
Carta pastoral: ¿iniciativas contra la situación?
En diciembre se produjeron las primeras conversaciones tras el masivo escándalo que los abusos sexuales de menores, perpetrados por eclesiásticos de este católico país noreuropeo, han provocado en el seno de la Iglesia Católica y de cara al conjunto de la sociedad internacional.
"Conmovido e indignado" se había mostrado el Papa entonces, cuando advirtió que dedicaría una atención prioritaria al asunto. El Vaticano anunció que escribiría una carta pastoral a los feligreses irlandeses en la que indicaría claramente "las iniciativas que deberán llevarse a cabo en respuesta a la situación". Se espera que la carta, sobre la que el Sumo Pontífice discutió con los prelados esta semana, llegue a los católicos irlandeses en el período de ayuno (antes del inicio de Semana Santa).
Los informes del escándalo irlandés
El escándalo se desató en Irlanda a partir de las revelaciones de un informe de mayo de 2009. El documento denunció las palizas, maltratos con agua o fuego y violaciones sufridas por miles de niños (matriculados en escuelas católicas e internados en hogares de acogida), a manos de sacerdotes, monjas y monjes, entre las décadas de 1930 y 1990 en Irlanda.
Un segundo documento, el llamado "Informe Murphy" encargado por el Gobierno de Irlanda, presentó en noviembre pasado un análisis de las violaciones de menores perpetradas por religiosos de la arquidiócesis de Dublín entre 1975 y 2004.
El ocultamiento sistemático por parte de la cúpula eclesiástica y la presunta ignorancia de las autoridades estatales habían tolerado hasta entonces la generalización de tales prácticas. Cuatro obispos irlandeses han renunciado ahora como consecuencia del escándalo.
El escándalo alemán, el problema mundial
También en Alemania se han incrementado esta semana a 100 las denuncias recibidas por la abogada Ursula Raue, contratada por la orden jesuita de la Iglesia Católica para esclarecer el escándalo de abusos sexuales desatado en enero en el Colegio Canisius de Berlín.
Raue había hablado hasta ahora de 30 casos, pero ha continuado recibiendo tanto informaciones anónimas como casos relatados por ex alumnos que se identifican con sus datos completos. El escándalo se extiende de Berlín a Hamburgo, Bonn y la Selva Negra.
La televisión irlandesa, por su parte, ha recogido esta semana citas de víctimas de abusos de los sacerdotes irlandeses. Entre los afectados, Michael O´Brien, citado por el canal televisivo irlandés RTE, advierte que no se trata de un problema de su país, sino de "un problema de la Iglesia Católica en todo el mundo".
Autor: Rosa Muñoz Lima/dpa/KNA/AFP/Reuters
Editora: Emilia Rojas