Berlín se compra
6 de julio de 2006
En el periodo de entreguerras, Berlín vivió su época de esplendor. Las vanguardias se concentraban en esta ciudad en decadencia, mantenida sobre una fachada ilusoria en la que el mundo era de color de rosa. Los "locos años veinte" encajaban a la perfección con la capital germana. Esa efervescencia de felicidad que ocultaba tantas tristezas del alma.
Luego, la guerra dejó Berlín reducida a un puñado de escombros. El hambre y la pobreza se adueñaron de ella. La política la separó en dos. Y todo el gris que llevaba dentro salió a la luz como las vergüenzas asaltan cuando uno menos lo espera. La pequeña, hermosa e impoluta Bonn tomó timón de mando: un escenario mucho más acorde con el talante de la nueva República Federal.
Con la unificación de Alemania, Berlín recuperó su título de capital. Recuperó su atractivo. Volvió a acoger a los artistas, a los innovadores, a los idealistas. De nuevo, Berlín está de moda. En ella se concentran los movimientos culturales, los círculos políticos, los hilos económicos. Berlín es requerida como nunca, y eso lo saben mejor que nadie los compradores y vendedores de casas y terrenos.
Metro cuadrado asequible
Casi 25.000 compras, 9.000 millones de euros invertidos. Son las cifras que arroja el sector inmobiliario en Berlín durante el 2005. Y para este año se espera un tráfico de compra-venta aún mayor. Principalmente son inversores americanos, ingleses e irlandeses los que dejan sus divisas en los terrenos de la ciudad. Pero también italianos, franceses, españoles, japoneses e incluso israelíes han descubierto en Berlín una mina de hogares por comparar.
Pese al desempleo y a los problemas económicos que afectan a la capital, o precisamente gracias a ellos, el negocio es redondo: una ciudad altamente demandada cuyos precios se mantienen aún bajo límites aceptables. Desde luego, una excepción en Europa.
En comparación con Londres, París o Madrid. Con Moscú e incluso Praga, el metro cuadrado berlinés dista de alcanzar las desorbitadas cifras que se pagan en otros lugares. "La situación actual en Berlín puede compararse con la de Londres hace 17 años", opina Philipp Tabert, director de la inmobiliaria Winters & Hirsch.
Lo que se compra y se vende
Berlín es una ciudad enorme. Dos ciudades convertidas en una. Se extiende a lo largo de casi 900 Km² y en ella viven algo más de tres millones de personas. Casas y terrenos para comprar hay de sobra, aunque no se sabe por cuánto tiempo. Lo que más interesa a los inversores son las viviendas de alquiler. No individualmente, sino en bloque de unos 30 hogares.
Pero también se demandan supermercados, centros comerciales y otros locales de negocios. La construcción de un gran aeropuerto internacional anima a los que se plantean dejar en Berlín su dinero. Los nudos de comunicaciones y el tráfico de personas siempre añaden valor a las inversiones.
Sin embargo, para Berlín en sí, dicen los expertos que difícilmente la compra de terrenos podrá sacar a la capital de la tremenda deuda en la que se encuentra sumida. Berlín seguirá siendo pobre. Pero sólo en dinero.