Berlín, la capital del robo de bicicletas
21 de noviembre de 2018No había pasado ni un año desde que había comprado mi primera bicicleta nueva en Berlín. En esa época no tenía mucho dinero, pero logré ahorrar alrededor de 500 euros para el modelo que pude comprar. No era de las más baratas, pero estaba lejos de ser una "maquina” de carrera. Mi bicicleta era simple, pero cumplía muy bien sus funciones: como transporte por la ciudad y para paseos de larga distancia.
Yo estaba satisfecha con su desempeño. Invertí también aproximadamente 50 euros en una cadena, porque ya había escuchado sobre los peligros de la ciudad para los ciclistas. Pero ese cuidado de nada sirvió. Estaba en Bonn cuando recibí la noticia de que mi bicicleta había sido robada dentro del jardín interior del edificio donde vivía. Se la llevaron en el silencio de la noche. Ni siquiera me dejaron la cadena.
Primero vino el sentimiento de rabia, pero después, con calma, activé el seguro. Sí, en Berlín tiene mucho sentido asegurar las bicicletas. Después de hacer el reporte policial en Internet, solo tuve que enviar una copia de este a la aseguradora. Pocos días después el seguro fue pagado y conseguí una nueva bicicleta. Después del robo pasé a dejar mi bicicleta en la calle, atada a un poste al frente del edificio. Así es más fácil que alguien se dé cuenta si están intentando robarla.
Mi caso no es la excepción en Berlín. Se estima que cada 17 minutos una bicicleta es robada en la capital alemana. Son cerca de 30 mil por año (según los casos registrados en la Policía). En 2017, el valor de las bicicletas robadas llegó a 1,6 millones de euros.
Este delito es muy popular porque hay mercado. En la ciudad hay varias ferias de pulgas donde bicicletas en buenas condiciones son vendidas, sin ninguna documentación, por apenas 50 euros. Quien compra bicicletas baratas de origen sospechoso también es culpable, porque financia ese negocio. Las leyes alemanas también castigan al receptor de objetos robados. En el caso que una persona con una bicicleta robada sea parada por la policía, esta será procesada y se le confiscará la bicicleta. Para el vendedor, la pena puede llegar a cinco años de prisión.
La policía de Berlín da consejos para evitar estos robos. Usar dos cadenas diferentes puede ayudar, porque generalmente los ladrones son especialistas en forzar solo un tipo de ellas. Es también importante registrar la bicicleta en la Policía. Para el registro es necesario presentar un comprobante de compra y un número que está grabado en el marco de la bicicleta. Además de asustar a los ladrones, puesto que el objeto robado puede ser identificado con mayor facilidad, el registro ayuda a localizar al dueño en caso que la bicicleta sea encontrada en algún lugar de Alemania.
Meses después del episodio, para mi sorpresa, recibí una carta de la Policía informando que la investigación sobre el robo estaba siendo cerrada por falta de resultados y que podría ser reabierta si surgían nuevas evidencias. Creo que la carta era solo una formalidad; después de todo, la policía ni siquiera vino a mi edificio para recoger posibles pistas o testimonios.
Las estadísticas muestran que apenas 3,9% de los robos de bicicletas son aclarados en la ciudad. En algunos de estos casos fueron los propios dueños los que avisaron a las autoridades después de ver un anuncio de venta de su bicicleta en Internet o de localizarla en algún mercado de pulgas.
(EMA)
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