Boris Johnson: a las puertas del poder
22 de julio de 2019Fue una escena muy teatral, así como le gusta a Boris Johnson. En el este de Londres se presentó por última vez a sus seguidores, antes de que los miembros del Partido Conservador votaran sobre su futuro líder y, por tanto, también sobre el próximo primer ministro. El candidato mostró en esa ocasión al público un arenque envuelto en plástico. Según Johnson, se lo había enviado un ahumador de pescado de la Isla de Man.
"Durante décadas, estos arenques fueron simplemente enviados por correo, pero ahora los costos se elevan enormemente por culpa de los burócratas de Bruselas", aseguró Johnson. "Porque ellos insisten en que todos los peces deben ir acompañados de una bolsa de plástico con hielo". A su juicio, esto es inútil y perjudicial para el medio ambiente. Y según él, después del "brexit", Gran Bretaña se podría librar de tales reglas.
Desafortunadamente, la historia es completamente falsa. Primero, la Isla de Man, que se encuentra entre Irlanda y Gran Betaña, tiene un estatus especial no pertenece a la UE. Solo cumple sus reglamentos (si es que los cumple) de manera voluntaria. Segundo, la UE no es responsable de las normas de higiene y de seguridad para el transporte nacional de alimentos. Un portavoz de la Comisión Europea en Bruselas lo aclaró de inmediato. La exigencia de la dichosa bolsa de plástico con hielo para el arenque ahumado es obra de un burócrata en Londres.
Los cuentos fantásticos de Johnson
Debido a este y otros incidentes, Martin Wolf, comentarista jefe del Financial Times, califica a Boris Johnson como un delirante, no apto para el máximo cargo gubernamental del país. Pero la fantasía de Boris Johnson no se limita al pescado, sino que se extiende también a las bicicletas.
El lunes pasado (15.07) le preguntaron a Johnson cuándo había llorado por última vez. Su respuesta: cuando le robaron su amada bicicleta "Bikey" que había aparcado frente al Parlamento. "Tuve esa bicicleta durante todo mi tiempo como alcalde de Londres. Nunca me la robaron", dijo, acotando que tan pronto Sadiq Kahn, del Partido Laborista, fue elegido nuevo alcalde, la bici "fue robada".
Johnson cuenta anécdotas para atacar a un oponente político. Desafortunadamente, él mismo proporcionó la prueba de que su cuento no es verdad. En 2014, escribió en una columna que su querida bicicleta "Bikey" había sido dañada por un bache y fue desechada. Y eso ocurrió cuando todavía era él mismo alcalde de Londres.
Dudas sobre la competencia de Johnson
Estos son solo algunos ejemplos de la relajada relación de Boris Johnson con la verdad, por así decir. "Uno no puede confiar en él", cuenta Anne McElvoy, del semanario The Economist, en una entrevista con la radioemisora alemana Deutschlandfunk.
"Yo era el jefe de Boris Johnson. Él es completamente incapaz para ser primer ministro", escribe su antiguo jefe en el periódico Daily Telegraph, Max Hastings. "No sabría reconocer la verdad", aunque se la pusieran por delante, añadió.
Imparable
Aunque nunca antes en la historia reciente de Gran Bretaña se haya juzgado tan devastadoramente a un candidato a primer ministro, el traslado de Boris Johnson a Downing Street 10, el próximo miércoles, parece imparable.
La decisión es tomada por unos 160.000 miembros del Partido Conservador en una votación. Ellos representan algo más del 0,3 por ciento del electorado británico y no son representativos como grupo. La mayoría son hombres blancos, ricos y de edad avanzada. Más del 40 por ciento tiene más de 66 años.
(gg/er)
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