Brad y Angelina pasean su amor por Berlín
2 de febrero de 2006
Durante sus tres primeros días en Berlín, Brad Pitt, Angelina Jolie, su barriga de seis meses y los dos hijos adoptivos de ésta (no de la barriga, sino de Angelina), Maddox y Zahara, lograron pasar inadvertidos entre las masas humanas que pueblan la capital germana.
Pero siendo tan guapos, tan ricos y tan famosos, parece que resulta inevitable no destacar de entre los mortales y no atraer a una marabunta de fotógrafos y periodistas que chantajean a vendedores de tiendas para poder escribir en sus artículos que sí, definitivamente, Angelina se gastó 89 euros en cinco dinosaurios, un juego de dardos, unos lápices de colores, un set de correos (con sellos de verdad) y una pistola de juguete para sus retoños.
Anillos gemelos: ¿están casados?
Cuando Brad puso su mano sobre la de Angelina, a nadie se le escapó que el anillo de él se asemejaba sospechosamente al de ella. Tras unos segundos en los que al mundo le falto el aire, la pregunta con la que desde hace meses debe tener pesadillas la pareja, es decir, la de "¿cuándo será la boda?", dejó paso elegantemente al siguiente enigma: "¿se habrán casado ya?" Y nosotros sin enterarnos.
Ya se sabe, por el abogado de Angelina, que en diciembre Brad Pitt asumió la paternidad titular de los dos hijos de la actriz, que tienen cuatro y un año. Así que Brad ya es papá de dos niños y un tercero que está en camino, además de ser muy amigo de algunos arquitectos berlineses que aprovechó para visitar, quizás con la intención de pedirles una ampliación de su casa en Los Ángeles. La familia crece y no es cuestión de estar estrechos.
Todo lo que siempre quiso saber
Rollitos de carne de vaca con espinacas y ensalada de rúcola con queso parmesano, pidió Brad Pitt en el restaurante berlinés "Salumeria Culnario". Después, la pareja se tomó el un café "Nola´s" un capuchino descafeinado y un té verde. En el museo judío pasaron 35 minutos. También han recorrido las tiendas de tatuajes de Berlín y después de 30 minutos mirando piercings, él le dijo a ella: "Come on, Baby!".
La pareja llegó a Berlín el sábado. Para estar cómodos y relativamente como en casa, teniendo en cuenta las dimensiones de su hogar habitual, Brad y Angelina se alojan en una habitación de 220 metros cuadrados y 2.750 euros la noche, en el hotel "The Regent", del que entran y salen en su Mercedes Clase S de color negro.
El lunes por la noche, los actores decidieron ir al cine y ver, en el "Imax" de Berlín, una película en tres dimensiones sobre las islas galápagos. Además, Angelina aprovechó que no puede descuidar su licencia de piloto, que se está sacando y para la que tiene que justificar 24 horas vuelo, pasa pasarse 26 minutos sobre cielo berlinés.
Berlín, la ciudad del amor
La pareja más guapa de Hollywood pasea su amor por Berlín. Felices, familiares, enamorados, embarazados… ahora que todo el mundo lo sabe, ¿qué más da? La escapada a la capital alemana se ha convertido en un evento de masas. Incluso corrieron rumores de que Brad y Angelina se pasearían por la alfombra roja extendida con ocasión de la gala de entrega de la "Cámara de Oro", premio a las mejores producciones cinematográficas y televisivas que concede la revista Hörzu y que en Alemania es todo un evento. Al final, la deslumbrante pareja decidió que hay cosas más interesantes que hacer en Berlín que aburrirse en las reuniones de la alta sociedad televisiva germana.