Brasil: dramática sequía en la Amazonía
La selva amazónica está sufriendo una grave sequía: el nivel de los ríos bajó considerablemente, los peces mueren y la población también está sufriendo. Culpan al el fenómeno meteorológico El Niño y al cambio climático.
Estrecho camino
Los barcos todavía pueden navegar por esta sección de la Amazonía, cerca de Manacapuru, pero su nivel es peligrosamente bajo. La región amazónica está experimentando una sequía récord que ya afecta a 100.000 personas. El gobierno brasileño está creando un grupo de trabajo para ayudar a quienes dependen de los ríos como rutas de transporte para alimentos y otros artículos esenciales.
Situación "muy preocupante"
Los ríos son las principales rutas de transporte de la región y la sequía ya ha perturbado algunos de ellos. "La situación es muy preocupante", dijo a la agencia de noticias Reuters la ministra de Medio Ambiente de Brasil. Se avecina escasez de alimentos y agua. El gobierno está proporcionando 26,3 millones de euros para dragar canales de navegación y puertos y así mantener navegables los ríos.
Aislados del mundo exterior
Los habitantes de los estados brasileños de Amazonas y Acre, que ya están aislados del mundo exterior, recibirán ahora agua, alimentos y medicinas de la fuerza aérea. Las autoridades temen que antes de fin de año, medio millón de personas podrían verse afectadas por la sequía, al igual que los habitantes de estas casas flotantes varadas que normalmente flotan en el río Negro.
Lago de peces muertos
El pescador Paulo Monteiro da Cruz navega en su barco a través de un mar de peces muertos en el lago Piraña. El sustento de muchos pescadores aquí está gravemente amenazado. Los bajos niveles de agua y las temperaturas excepcionalmente altas del agua provocaron una catástrofe masiva en los ríos y lagos de la región.
Medios de vida en riesgo
Miles de peces muertos se amontonan en las orillas de este promontorio. La mortandad masiva es un desastre para la naturaleza y la gente: la pesca, el medio de vida de muchas comunidades a lo largo de los ríos de la Amazonia, tuvo que detenerse en gran medida. Además, los peces muertos que flotan en la superficie de los ríos contaminan el agua potable.
Tocando fondo
Los barcos encallaron en el puerto de Manaos, la ciudad más grande de la región amazónica brasileña. Según el sitio web de la autoridad portuaria, el nivel del agua baja 30 centímetros al día en promedio desde mediados de septiembre. El miércoles estaba a una profundidad de 16,4 metros, unos seis metros menos que el mismo día del año pasado.
En llamas
La sequía y el calor no sólo afectan a los ríos: la región también sufre numerosos incendios forestales y en algunos casos las llamas también amenazan los asentamientos. A mediados de septiembre, el estado de Amazonas declaró estado de emergencia ambiental. Actualmente, 15 municipios se encuentran bajo este estatus y otros 40 en estado de alerta, según la defensa civil.
Selva lluviosa sin lluvia
En Iranduda, el antes poderoso río Negro es actualmente poco más que un goteo. La sequía en el norte y las inundaciones en el sur de Brasil son provocadas por el fenómeno meteorológico El Niño, que calienta las aguas superficiales del océano Pacífico. Los expertos en clima dicen que este año los efectos han sido más severos de lo habitual.
Perspectivas sombrías
"Estamos viendo una coincidencia de dos fenómenos: uno natural, El Niño, y otro provocado por el hombre, el calentamiento global", aseguró la ministro de Medio Ambiente a Reuters. Según ella, esta combinación llevó a una sequía sin precedentes en la Amazonia, y Brasil probablemente verá más de esto en el futuro. El cambio climático está haciendo que las sequías sean más frecuentes y prolongadas.