Brasil se despide de un clásico de VW

Este 2013 VW do Brasil dejará de producir la furgoneta de culto de Volkswagen. Es el fin de una era: en 1953 se montaron las primeras furgonetas en Sao Paulo, con piezas importadas desde Alemania, que luego fueron sustituidas por componentes de producción brasileña. En 1957 comenzó la producción en serie de –hasta hoy– más de 1,5 millones de estos autos. "Kombi Last Edition" pone punto final.

En 1957 comenzó a operar en Sao Paulo, Brasil, la primera fábrica de Volkswagen fuera de Alemania. El primer modelo fue la furgoneta T2, conocida en Alemania como “Bulli”. La de la foto (al fondo) fue una de ellas, producida en el extranjero, incluso antes que el también legendario “beetle”, “escarabajo”, “vocho” o “pichirilo”.

"A Volks" es percibida en Brasil como una marca brasileña. Y no es extraño, pues el desarrollo y la exportación de modelos propios prácticamente han convertido a VW do Brasil en una marca propia. Las furgonetas y escarabajos de VW fueron, de hecho, los primeros modelos de automóviles construidos completamente en el país. La furgoneta, específicamente, se basa en un diseño del holandés Ben Pon.

El llamado vehículo familiar o "Kombinationsfahrzeug" (literalmente "vehículo de combinación" en alemán), designa hoy una clase de vehículos en el derecho fiscal alemán. Nadie sabe por qué los brasileños acogieron la compleja palabra germana en los años 50, aunque finalmente terminaron acortándola a "Kombi", una denominación que ha sobrevivido a todas las modificaciones de la carrocería.

Pocos modelos han resultado tan polifacéticos como la furgoneta o “Kombi” de VW. En Brasil, se le emplea como auto familiar, de paseo, de acampada, transporte de verduras o materiales de construcción, cafetería rodante y hasta como ambulancia (en la foto).

Esta furgoneta fue transformada por una pareja brasileña en caravana o casa rodante, con buró incluido. Con ella quieren recorrer cuatro continentes y calculan un trayecto de unos 200.000 kilómetros. No hay dudas de que el modelo de VW puede lograrlo: los alemanes Juliana y Dieter Kreutzkamp lo demostraron en los años 70 con su “Matusalén”, con la que recorrieron medio millón de kilómetros.

Sobre la furgoneta de VW basaron y siguen basando su negocio muchos emprendedores brasileños. Según el uso que se le quiera dar, VW ofrece cuatro versiones básicas. La de nueve asientos es ideal para taxis familiares o colectivos. Para el transporte de mercancías, se puede escoger entre una camioneta cerrada, un pick-up con doble cabina o un doble asiento con superficie de carga.

En Brasil, el VW tiene además fama de confiable. Su sencilla técnica sigue permitiendo que cualquier mecánico aficionado pueda reparar un “Kombi” con un set de destornilladores y una pinza, algo muy valorado en este país de extensos territorios rurales.

No obstante, la furgoneta de culto de VW ya no está a tono con los tiempos. La empresa la dotó paulatinamente con un par de caballos de fuerza extras, enfriamiento por agua, catalizador y motor “Flex-fuel” para gasolina y etanol. Pero, a partir de 2014, los automóviles que circulen en Brasil deberán poseer ABS y Airbags. Y VW no está dispuesto a asumir tal actualización de su modelo de éxito.

Para la despedida, VW do Brasil presenta una "Kombi Last Edition" con “falda y blusa”, como llaman en Brasil a esta pintura de dos tonos. Además, se incluye un radio-MP3 con conexión USB. Muy poco para justificar una subida de precio de 15.000 a 27.000 euros, que parece incluir ya el valor que podrían atribuirle los coleccionistas. Esta última serie tendrá una edición limitada de 600 furgonetas.