El éxito de los BRIC
20 de diciembre de 2011
En economía, lo importante, entre otras cosas, es una buena estrategia de marketing, y Jim O'Neill lo sabía. Él es quien proclamó en 2001 la tesis acerca de que esos cuatro países –Brasil, Rusia, China e India- tendrían un rol relevante en el futuro. De las iniciales de los cuatro, O'Neill -ex director económico de Goldman Sachs- creó la sigla BRIC, jugando con la palabra inglesa brick (ladrillo)- y anunció que esas cuatro naciones emergentes iban a ser los pilares de la futura economía mundial.
La profecía de O'Neill se cumplió. Hoy, a diez años de su creación, los BRIC se han convertido en un componente fundamental de pronósticos económicos y empresariales. E incluso los pequeños inversionistas pueden comprar fondos BRIC, que son ofrecidos por casi todos los bancos.
¿Sólo una broma de marketing?
“Como estrategia de marketing fue muy inteligente”, opina Markus Jäger, analista del Instituto de Investigación Económica del Deutsche Bank (Deutsche Bank Research) en Nueva York, autor de numerosos estudios acerca de los países BRIC. “Pero detrás de esa palabra hay una realidad: esos países se están volviendo cada vez más importantes, no sólo en lo económico, sino también en lo político”, dijo Jäger a Deutsche Welle.
Sin embargo, al comienzo se discutió mucho si tenía sentido unir a esos cuatro países –que juntos representan el 40 por ciento de la población mundial y un cuarto de la superficie del planeta- bajo la sigla BRIC. Cada uno de ellos es -económicamente hablando- muy diferente del otro, dice Rolf Langhammer, profesor y vicepresidente del Instituto de Economía Mundial de Kiel, en el norte de Alemania. China es un exportador de bienes industriales; Rusia exporta exclusivamente materias primas. India –en comparación con los demás- es una economía cerrada. Brasil es exportador de bienes comerciales e industriales. “Lo que tienen en común es que son países emergentes y mercados atractivos, empezando por su tamaño. Se trata de grandes economías”, explica Langhammer.
Gran crecimiento poblacional y alto crecimiento económico: esa combinación hace que los cuatro sean mercados interesantes para los inversores. Y fue exactamente para los inversores que Jim O'Neill escribió el análisis sobre los BRIC.
Desde la crisis económica de 2008 también los BRIC han registrado un menor crecimiento en su economía. Pero, comparado con el crecimiento de los países ricos, las cifras son impactantes, señala Markus Jäger, del Deutsche Bank Research. Para China se espera un crecimiento del ocho por ciento anual en el lapso de los próximos diez a quince años. Para India, se pronostica un crecimiento del siete por ciento, y para Brasil y Rusia, del cuatro por ciento anual. En comparación: este año, los países ricos crecen –de acuerdo con estimaciones del Banco Mundial- un promedio del 1,6 por ciento.
Sólido crecimiento a pesar de la crisis
A pesar de esas cifras, tan alentadoras, la crisis económica ha demostrado que los cuatro países BRIC aún están muy lejos de convertirse en líderes de la economía mundial, dice el profesor Langhammer. Eso no significa que los BRIC hayan remplazado a los países industrializados en su rol de motor económico. “Eso no funcionó porque los BRIC están unidos a la economía mundial y a los países ricos a través del flujo financiero”, asegura. Y agrega que durante la crisis sale a la luz que esos países emergentes no poseen mercados financieros desarrollados como para que los inversores se sientan seguros.
Además, los cuatro países BRIC tienen problemas. En Brasil, el crecimiento económico está estancado. Rusia depende fuertemente de las materias primas sin contar con una industria competitiva. La apertura económica de India marcha más lentamente de lo que esperan los inversionistas, como lo demuestra la decisión de no permitir inversiones directas de grandes grupos extranjero en el comercio minorista. Y China es, a raíz de sus exportaciones, extremadamente dependiente de la evolución en Europa y EE. UU., además de que a su mercado inmobiliario lo amenaza una ‘burbuja' hipotecaria. Sin embargo, Jim O'Neill, el creador de la sigla BRIC, piensa que esos cuatro países serán muy pronto las principales potencias económicas mundiales. A más tardar, en 2050, o tal vez antes.
“China y el resto”
Esos pronósticos se ven, empero, afectados por el dominio de China, subraya Markus Jäger, del DB Research. “Las exportaciones chinas son mayores que las de los cuatro BRIC juntos. La economía china es más grande que las de los otros BRIC, y sus reservas son más voluminosas que la suma de las reservas de los cuatro”, explica el investigador. Y dice que, por eso, no es correcto hablar de un grupo de cuatro. “En realidad, se trata de China y el resto”, dice Jäger. “Sin China, los BRIC son sólo BRI”, escribe el analista estadounidense David Rothkopf. Y eso, según él, suena más bien a Brie, el famoso queso francés.
Por otra parte, hay expertos que critican que también hay otros países emergentes cuyo fuerte crecimiento económico no es tenido en cuenta. Por ejemplo, Indonesia, cuya economía –con más de 200 millones de habitantes- crece en un seis por ciento anual. Y ese también es el caso de Vietnam o Turquía. Sin embargo, es improbable que se lleguen a imponer siglas como BRICIVT. “Una ventaja de la sigla BRIC es que se pronuncia con facilidad en todo el mundo”, dice Rolf Langhammer, del Instituto de Economía Mundial.
El inventor de la sigla BRIC, Jim O'Neill, acaba de escribir un libro sobre el grupo de países al que él mismo bautizó exitosamente hace diez años. Y ya encontró una denominación para los próximos once países que se destacarán por su crecimiento económico: NextEleven.
La popularidad de los BRIC sigue viento en popa. Desde el año 2006, los representantes de Brasil, Rusia, India y China organizan sus propias cumbres. En 2010, el ‘club de los cuatro' hasta recibió a un nuevo integrante: Sudáfrica, cuyo rendimiento económico equivale a sólo un cuarto del de Rusia, hasta ahora el país más débil de los BRIC. Pero, al menos, la sigla BRIC no se modificó demasiado: ahora se amplió a BRICS, que sigue aludiendo a elementos fundamentales en la construcción de la economía.
Autor: Andreas Becker/ Cristina Papaleo
Editor: Pablo Kummetz