"Budweiser": una cerveza disputada
23 de enero de 2013En Estados Unidos, ir a un bar y pedir una Budweiser ha sido desde hace mucho tiempo lo más normal del mundo. Budweiser es propiedad de un enorme conglomerado industrial, AB InBev. Su situación en el sector cervecero estadounidense lleva mucho tiempo bien asentada.
A Europa, no obstante, la famosa cerveza norteamericana apenas llegó en 1990. Y para muchos, no fue hasta la apoteósica campaña publicitaria del consabido “Wassuuuup!” que descubrieron esta bebida. Pero a algunos europeos, especialmente del Este, el nombre de esta nueva cerveza les sonó a deja-vu. No en vano, la antigua compañía cervecera checa Budejovicky Budvar, fundada en 1895, llevaba ya casi un siglo vendiendo una cerveza con ese mismo nombre.
Un nombre con lógica
¿Coincidencia? En absoluto. El nombre “Budweiser”, o “Bud”, como se le suele llamar en corto, viene del alemán, y se usaba en el siglo XIX como un adjetivo para designar algo proveniente de la localidad checa Budejovice (Budweis). La compañía checa Budejovicky Budvar adquirió el nombre para su cerveza a causa del origen geográfico de la bebida. La compañía norteamericana Anheurser-Busch, hoy propiedad de InBey, fue fundada por inmigrantes alemanes que trajeron con ellos las técnicas de fabricación de cervezas de la zona a los Estados Unidos.
Y de este modo, ambas compañías tienen razones legítimas para poner el nombre a sus respectivas cervezas. Pero, legalmente hablando, es una contradicción.
Desde la llegada de la norteamericana “Budweiser” a Europa, la “Budweiser” checa ha luchado fieramente por mantener su posición en el mercado cervecero del Viejo Continente. Y en 2010, finalmente, consiguió que el Tribunal de Justicia Europeo le otorgara el derecho a registrar la marca “Budweiser” en exclusiva, con el argumento de que su demanda por el nombre era anterior a la petición de la empresa norteamericana. Pero apenas un año después se reabrió la disputa por los derechos sobre la abreviatura de la marca, “Bud”.
Una disputa que no acaba
Y esta vez ha sido el conglomerado belga-brasileño InBey el que se ha llevado la victoria: este martes, un alto tribunal de la Unión Europea ha decretado que solo este tendrá los derechos para usar la marca “Bud” en Europa. La productora norteamericana de Budweiser, Anheuser-Busch, ha declarado oficialmente su satisfacción por el resultado: “Este veredicto es muy importante porque expandirá nuestra protección global por las marcas ‘Bud' y ‘Budweiser'”.
Los checos, por su parte, insisten en que solo se puede llamar “Budweiser” a la cerveza hecha en la parte de República Checa a la que hace alusión el nombre. Con este argumento como bandera, han informado que considerarán apelar el veredicto ante el Tribunal de Justicia Europeo, quien tendría, esta vez sí, la última palabra.
Por ahora, en Europa nos quedamos con dos cervezas por el precio de una: la “Bud” norteamericana, y la “Budweiser” checa. ¿Lo mejor para distinguirlas? Una jarra bien fría.
Autora: Lydia Aranda Barandiain / dpa
Editora: Emilia Rojas