Cacería racista provoca conmoción en Alemania
21 de agosto de 2007El pueblo de Mügeln, en el Land de Sajonia, de unas 5.000 almas, que no figura ni en el mapa, se ha convertido en un repentino foco de atención de la opinión pública alemana. Periodistas hacen fila para entrevistar al alcalde Gotthard Deuse, en el cargo desde 1990 y averiguar si Mügeln es un caso aislado. La policía, que también se encuentra en el ojo del huracán, busca testigos para aclarar los sucesos ocurridos durante la noche del sábado, que culminaron con una brutal golpiza y persecución de ocho residentes provenientes de la India por parte de cincuenta neonazis.
La prensa se pregunta si la policía en el este de Alemania subestima la brutalidad de los nazis o si en algunas regiones alemanas no es mal visto amedrentar y atacar extranjeros. De otra manera no se explica cómo la población local miró lo que pasaba sin hacer nada. Se dice fácil tener coraje civil, pero cuando se trata de pasar a los hechos a la mayoría le falta valor.
Fuera con los extranjeros
Todo empezó durante la fiesta anual del pueblo que se celebró, como cada año, en la plaza central. Una alemana que se encontraba en la fiesta en el momento en que comenzó la trifulca describe lo ocurrido. “Hacia medianoche, cuando bailaba con dos indios que venden textiles en el mercado local, comenzaron las escaramuzas. Tal vez a alguien no le gustó que una alemana bailara con ellos, así que de pronto llegó la amenaza: si no desaparecen en cinco minutos hay pleito"
Animados por la cerveza y la complicidad o cobardía de los habitantes de la localidad, a los empujones les siguieron botellas lanzadas al aire. Los indios abandonaron la pista de baile pero los nazis esperaban afuera de la fiesta y se produjo una golpiza. Los indios huyeron pero entonces comenzó la persecución al grito de “fuera los extranjeros” y otras consignas racistas. Los aterrorizados indios buscaron refugio en una pizzería cercana, propiedad de un conocido, también indio, que pidió auxilio a la policía. Setenta agentes de seguridad impidieron que el incidente pasara a mayores.
Radicalización de la extrema derecha
Mügeln, según las estadísticas, no es ningún caso aislado. El año pasado fueron registrados dos ataques diarios contra extranjeros, en promedio, en todo el territorio alemán. La tranquilidad de pueblos como Mügeln es engañosa, son zonas peligrosas para extranjeros como fue claramente indicado antes del Mundial de Fútbol, cuando el llamado Consejo Africano advirtió a turistas a través de un folleto titulado “No go areas”, sobre zonas en Alemania que de preferencia hay que evitar.
Políticos advierten sobre una radicalización de los grupos de extrema derecha, sobre todo en la parte oriental del país. “El triste resultado se vio una vez más en la madrugada del domingo en Sajonia”, señaló el parlamentario socialdemócrata, Sebastian Edathy. Se estima que la extrema derecha está integrada por unas 40.000 mil personas. La mitad opera activamente en el este del país pese a que ahí vive tan sólo una quinta parte del total de la población. “No aconsejaría a personas de color que asistan a una fiesta popular en una pequeña localidad en el Este alemán”, afirma Edathy.
El Embajador de Israel, Simon Stein, que deja el cargo en septiembre después de siete años, puso el dedo en la llaga. “En estos años me parece que la aceptación de los grupos ultraderechistas ha aumentado en la sociedad alemana”. Esto se refleja en el hecho de que partidos neonazis se encuentran representados en los parlamentos regionales de tres Estados federados.