Cambio climático y amenazas a la biodiversidad
28 de marzo de 2014La ministra alemana de Medio Ambiente, Barbara Hendricks (SPD), presentó el miércoles (26.03.2014) el inventario más completo sobre la biodiversidad en Alemania. El resultado es ambigüo: por un lado, ciertas especies como el águila marina o el gato montés se benefician de que los ríos y los lagos alemanes estén mucho más limpios ahora que hace unas décadas. Por otro lado, la amenaza que sufren ciertas especies sigue siendo masiva.
Esta paradoja, sin embargo, tiene fácil explicación: las medidas de protección en ciertas reservas naturales y parques nacionales muestran el impacto duradero que suponen las rigurosas leyes de limpieza de las aguas.
Los monocultivos restan espacio a la vida
Al mismo tiempo, otras especies que tienen sus hábitats en campos de cultivo o poblaciones sufren, cada vez más, los problemas derivados de los monocultivos, la construcción de carreteras y la reducción de las aguas subterráneas por culpa de la construcción de infraestructuras. Especialmente afectados se ven los insectos y los pájaros como el avefría o la aguja colinegra.
“Muchas especies de mariposas o abejas están sufriendo la reconversión de los prados de flores en campos de maíz”, asegura Hendricks. En Alemania, el maíz se utiliza, principalmente, como materia prima en plantas de biogás. Y es que este cambio de tendencia energética ha incrementado significativamente el cultivo de este cereal, el cual se utiliza también para alimentar al ganado.
Por tanto, Hendricks asegura que es necesario evitar que los pastos y prados se conviertan en tierras de cultivo. Esta tendencia de producir más cultivos energéticos debe ser detenida. “Hoy en día, más de un 17 por ciento de las tierras cultivables en Alemania se dedican a la producción de cultivos energéticos. Con eso basta”.
Obstáculos en el espacio aéreo
Además del uso de la tierra, el informe emitido por el ministerio federal de Medio Ambiente señala a los molinos de viento como una seria amenaza para las aves migratorias y de rapiña. La caza que se realiza sobre todo en el sur de Europa y el norte de África, o los obstáculos presentes en el espacio aéreo, como los cables de alta tensión o las torres de radio, son otros de los peligros que sufren este tipo de especies. Según el informe, otras actividades como el sobrepastoreo, el drenaje de los humedales y “los impactos complejos del cambio climático” amenazan también a la biodiversidad.
Diferencias sobre la importancia del cambio climático
Numerosos investigadores asumen, incluso, la dificultad que sufren muchas especies a la hora de adaptarse a los cambios medioambientales a corto plazo, lo que las hace muy vulnerables al tan citado cambio climático. En los últimos tiempos, cada vez más investigadores dudan acerca de esta teoría, según la información filtrada y correspondiente a la segunda parte del nuevo informe de evaluación del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés), que publicó la revista Spiegel en su edición del 24 de marzo. El citado informe debe ser presentado al público el próximo lunes en la ciudad japonesa de Yokohama.
Y es que según publica el Spiegel, el IPCC podría distanciarse en el informe de la hasta ahora firmemente defendida tesis de que el cambio climático amenaza la biodiversidad. A pesar de que existe “un peligro de extinción de una parte sustancial de las especies en el siglo XXI y en los posteriores”, hasta ahora no hay ninguna evidencia de que el cambio climático haya provocado la extinción de ni tan siquiera una especie. El informe también habla de “incertidumbres científicas evidentes”.
A lo sumo, el cambio climático podría haber desempeñado algún papel en la desaparición de algunos anfibios, moluscos y peces de agua dulce. El Spiegel también recoge la opinión del zoólogo de Rostock Ragnar Kinzelbach, quien advierte de que las extinciones se atribuyen, sin ningún criterio, al cambio climático. Según Kinzelbach, las principales razones de la desaparición de especies son los monocultivos, la excesiva fertilización y la degradación de la tierra.
El viernes 28 de marzo, en una reunión en el Petersberg, cerca de Bonn, la ministra de Medio Ambiente aseguró que, a pesar de que ni ella ni sus colegas habían podido acceder aún al informe de evaluación del IPCC, sí que existen opiniones contradictorias entre los autores del mismo.
“Es posible advertir la discusión abierta que existen entre las dos escuelas dentro del comité”, admitió Hendricks. “A pesar de que desconozco qué resultado nos vamos a encontrar, de lo que sí estoy segura es de que vamos a seguir trabajando para limitar el calentamiento global a un máximo de dos grados Celsius. No pararemos hasta que logremos alcanzar el objetivo”.