Cambio de tipos preocupa a países emergentes
26 de agosto de 2015Seguramente, en la cumbre de Jackson Hole no haya nadie capaz de responder a esta pregunta. Janet Yellen, Presidenta de la Reserva Federal, no estará esta vez presente. Probablemente, porque ya esté harta de que siempre pregunten lo mismo: ¿Aumentarán los tipos de interés en septiembre o a finales de año?
Ella misma tiene algo de culpa de esta incertidumbre. No hubo respuestas claras durante meses. Cuando parecía que había llegado el momento, todo se detenía. Y entonces, el motor de la mayor economía del planeta volvía a rugir hasta llegar a la plena ocupación. Para Martin Hüfner, economista jefe del grupo Assenagon, es probable que la Reserva cambie los tipos en septiembre: “Primero, porque los mercados ya están preparados. Pero también, porque hay que volver a condiciones normales en los mercados de capital", aclara el experto.
Crisis emergente
Desde el comienzo de la financiera mundial en 2008, los tipos de EE.UU. están a un nivel record entre 0 y 0,25%. Con un interés mas bajo que la inflación, los ahorradores se quejan de una expropiación furtiva y los mercados se acostumbraron tanto al dinero barato que una subida de intereses sería ahora como una terapia anti adicción que podría provocar el pánico.
Algo parecido sucedió hace dos años. Entonces, bastó un solo indicio por parte del presidente de la Fed, Ben Bernancke, sobre la adquisición de deuda para poner contra la pared a divisas y mercados en países emergentes. Los más afectados fueron Brasil, Sudáfrica, Turquía, Indonesia e India. Desde entonces se les conoce como “los cinco débiles”.
Lo más vulnerable era el déficit, cuya financiación peligraba debido a un interés alto y un dólar fuerte”, escribe en experto del Commerzbak alemán Lutz Karpowitz. Desde entonces, India redujo significativamente su déficit e Indonesia también reaccionó. Pero el resto sigue igual.
Escenario díficil
“Me preocupa más Brasil“, aclara Martin Hüfner a Deutsche Welle. La producción cae, el consumo decrece y la inflación está cerca de las dos cifras. También la situación de Rusia es preocupante, con un rublo que sufre la bajada de los precios de petróleo. La lira turca pende de la inseguridad política y en México también amenaza una nueva crisis. Es decir, el círculo de países inestables se ha ampliado.
Por si fuera poco, en China avanza el virus de la ralentización del crecimiento. Las exportaciones y las cotizaciones caen y el Gobierno trata de invertir la balanza sin éxito. El banco central chino devaluó dos veces consecutivas la moneda provocando traumas en las bolsas mundiales. Y ese virus también afectó a los países emergentes. Según la empresa holandesa NN Investment, en los últimos 15 meses salieron de esos mercados casi un billón de dólares.
Para Hüfner, el problema de China y Brasil no tiene que ver con los tipos de EE.UU., pero un cambio empeoraría la situación. Podría provocar una crisis similar a la de los 90 en Asia, opina el experto. Europa no está ahora en el ojo del huracán. Incluso se benefició de la fortaleza del dólar. Pero tampoco saldrá ilesa si hay grandes turbulencias en países emergentes.
Lo último que necesita el mundo es una crisis global. “Al contrario que en 2008, no habría margen de actuación”, aclara el economista de Assenagon. El tipo de interés está a cero y no habrá paquetes de apoyo como en 2008 porque todos están endeudados. En este escenario, quizá sea la hora de que los guardianes del dólar cierren el grifo por primera vez desde 2006. Los bancos emisores podrán asesorarse en Jackson Hole sobre cómo espantar fantasmas provocados por políticas económicas tan laxas.