Capitán contra entrenador
23 de octubre de 2008El conflicto en el equipo nacional ha tomado dimensiones imprevisibles y de no solucionarse podría costarle el puesto a uno de sus dos protagonistas, pues, en la práctica, se ha convertido en una lucha de poderes: por un lado Ballack, adorado por la afición, pone en riesgo no sólo el brazalete de capitán, también su permanencia en la selección; por el otro, Löw, apoyado por la dirigencia del fútbol, pone en juego su credibilidad, seriedad y autoridad.
El respeto y sus interpretaciones
“Respeto y lealtad es lo mínimo que puede esperar un jugador de la selección nacional. Si ya a uno no lo quieren por lo menos se lo deben decir honestamente”. Estas declaraciones de Ballack en una entrevista con el periódico FAZ, originaron la disputa.
El problema verdadero se remonta, en el pasado reciente –y a ello se refiere puntualmente el capitán de Alemania- al tratamiento recibido por Thorsten Frings por parte del cuerpo técnico de la selección. Frings, un veterano compañero de Ballack a lo largo de varios años, forjador de los grandes triunfos de los últimos tiempos y jugador clave en el eje del mediocampo, ha sido relegado a la banca y su puesto se ha abierto a la competencia.
“El cuerpo técnico no se va a dejar acusar de falta de respeto. Es claro que a algunos dentro de nuestro grupo les parece que el respeto está estrechamente unido con una garantía a un lugar en el equipo titular”, reaccionó Löw oficialmente, defendiendo su política de otorgar los puestos en cada partido de acuerdo con la evaluación que haga del rendimiento de cada jugador.
Y en principio eso es lo correcto, y no habría ningún espacio para la crítica, si en la misma entrevista con FAZ Ballack no hubiera puesto el dedo en la llaga de la memoria: “es como en el caso de Oliver Kahn al que se puso a competir contra Jens Lehmann por el puesto como portero (antes del Mundial del 2006) a pesar de que en mi opinión él no tenía ninguna oportunidad de ganar”, dijo el capitán, poniendo de manifiesto sus dudas sobre la elegancia y honestidad de la forma en la que el cuerpo técnico va dando de baja a jugadores mayores.
De allí la fuerte contra del entrenador nacional: “ningún jugador, ni siquiera el capitán, tiene derecho a criticar las alineaciones del entrenador o su política de manejo de personal, mucho menos a crear en su contra un mal ambiente a través de los medios de comunicación”.
El pulso
Joachim Löw no se contentó con sólo replicarle al capitán, él fue aún más lejos al anunciar “no voy a dejar las cosas así no más, voy a llamar a Ballack y le exigiré que conversemos en Alemania pues considero inaceptable el contenido de sus palabras”. A través de la Federación Alemana de Fútbol el entrenador informó que el futuro de Michael Ballack en la selección –como capitán y como integrante de la misma- dependerá de lo que conversen a puerta cerrada.
Löw planteó de esta manera un pulso para medir fuerzas con el capitán, el primer movimiento fue no darse por contento con una simple llamada para solucionar el problema; el segundo exigir que la conversación personal tenga lugar en Alemania, Ballack viene hacia Löw y no al contrario; tercero, amenazar al capitán con despojarlo de la investidura e incluso expulsarlo del equipo.
Ballack aceptó el reto y movió su brazo con fuerza obligando a Löw a tomar otra vez la iniciativa del encuentro en caso de que le sea tan importante. “La Federación Alemana de Fútbol tendrá que comunicarse con mi empleador, el Chelsea, y acordar esa reunión” dijo al diario alemán Bild; en otras palabras, “si el entrenador me quiere ver, que se encargue de arreglar los detalles”.
Las reacciones
El enfrentamiento ha puesto en alerta al fútbol alemán y todos los que tienen voz y voto han abierto la boca, en su mayoría respaldando al entrenador nacional.
“Es increíble, se han vuelto todos un montón de mimados; yo no sé de donde sacan aire para hablar tanto después de los partidos, lo que deberían hacer es cerrar la boca y jugar fútbol” manifestó Franz Beckenbauer sobre la polémica en la selección.
“La discusión es innecesaria y le causa daños a la federación. Nosotros tenemos que hacer todo lo posible para que la autoridad de Joachim Löw no se vea mermada, un entrenador es siempre algo especial y está por encima de todos”. Matthias Sammer, director deportivo de la Federación Alemana de Fútbol.
“A mí no me molesta competir por el puesto pero sí la forma en la que se ha dado todo, eso sencillamente no puede ser así. Me alegro que Michael (Ballack) también se haya dado cuenta, él es el capitán de la selección y si él no puede decir las cosas, ¿entonces quién?”. Thorsten Frings.
“Que un jugador critique al técnico en público nunca está bien”. Karl-Heinz Rummenigge.
“Yo hubiera aclarado todo internamente, que el entrenador y el capitán estén de pelea simplemente no está bien”. Miroslav Klose.“Una selección con Ballack y Frings, pero sin Löw, es mejor que una al contrario”. Comentario de un aficionado en un foro de Internet.