Carnaval: fiesta, baile y mitos
12 de febrero de 2010
Aunque existen diferentes interpretaciones sobre el origen de los carnavales, la realidad es cada uno ha adquirido una identidad con características propias que los hacen más atractivos.
Los carnavales más famosos del mundo son los de Río de Janeiro en Brasil; Venecia en Italia; Colonia en Alemania; Basilea en Suiza, Niza en Francia; Notting Hill en Inglaterra; Santa Cruz de Tenerife, Las Palmas y Cádiz en España; Montevideo en Uruguay; Veracruz y Mazatlán en México y Barranquilla o Cartagena en Colombia.
No son menos importantes otros carnavales como el de Oruro en Bolivia; Puno, Cusco, Cajamarca, Ayacucho, Juliaca, Arequipa y Jauja en Perú; Papantla, Huejotzingo, San Juan Chamula, Putla o Puerto Escondido en México, o San Juan de Pasto en Colombia, en los cuales sobresalen profundas raíces indígenas.
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En los carnavales indígenas perviven y se mezclan los ritos prehispánicos y los aspectos religiosos de la fiesta como sucede en las carnestolendas de los nemontemi y chaik'in (cinco días perdidos) de los calendarios maya y azteca, así como en la cultura andina, donde predominan la danza y los combates rituales.
Luego de la Conquista, esas tradiciones se mezclaron con las europeas y el sincretismo desarrollado en danzas, disfraces y máscaras fue de tal riqueza que aún perdura en varios carnavales.
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La fiesta comienza a las cuatro de la mañana
En el caso de Europa, en países como Alemania, Suiza, Francia Inglaterra o España, hay ciudades que se transforman con motivo de estas fiestas para mostrar un rostro más alegre.
En Colonia, al grito de Kölle Alaaf! (¡Viva Colonia!) los participantes recorren las calles arrojando caramelos y flores. Días antes del magno carnaval se realiza uno de mujeres con el simbolismo de que ese día las féminas toman el poder y junto a los hombres lo celebran en el casco antiguo sin importar la inclemencia del tiempo que se traduce en, estas épocas, en temperaturas bajo cero o tormentas de nieve.
Colonia alcanza su esplendor cada febrero con su tradicional celebración de esta festividad desde hace casi dos siglos. La "Quinta estación", como también es conocido este carnaval, hace que las frías y grises calles de la ciudad se llenen de color cuando llegan estas fechas.
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El de Basilea es el carnaval suizo por excelencia ya que se estima que allí se congregan entre 15.000 y 20.000 máscaras que desfilan y bailan por las calles de la segunda ciudad más importante del país. Lo más característico es que la fiesta empieza a las cuatro de la mañana del lunes anterior al miércoles de ceniza y a oscuras: las luces de la ciudad desaparecen para dar paso a una enorme comparsa de tamborileros y flautistas que, con una lamparilla en la cabeza, tocan sus instrumentos por todo el casco antiguo.
En Niza, además de desfiles, cabezudos y luces de colores por las calles, una de las señas de identidad del carnaval de la ciudad francesa son sus famosas batallas de flores.
El Carnaval de Venecia, es tradicional porque se dice que en el S.XVII nobles y pueblo llano se disfrazaban para dar rienda suelta a su imaginación.
El carnaval de Notting Hill iniciado por inmigrantes negros tiene la diferencia de que se festeja el último fin de semana de agosto y no en febrero.
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Sambódromo, murgas y candombe
En Latinoamérica, sin lugar a dudas, el carnaval de Río de Janeiro es el más famoso, multitudinario y popular del mundo. En él se dan cita unas 70.000 personas en el "Sambódromo". En Brasil también se destaca el carnaval de Salvador de Bahía, donde desfilan unos 234 grupos.
En Colombia el festival más vistoso es el de Barranquilla, sin embargo, el carnaval andino de negros y blancos, en la ciudad de San Juan de Pasto, tiene profundas raíces indígenas y ha sido declarado "Patrimonio de la Nación" por el Congreso de la República.
En Uruguay, Montevideo fue elegida como primera Capital Iberoamericana del Carnaval durante la Asamblea General de la Unión de Ciudades Capitales de Iberoamérica.
Su fiesta no sólo dura 40 días sino que tiene dos grandes vertientes, que no son antagónicas sino que se complementan: las murgas, de origen español, cuyas letras tienen un alto contenido de humor y sátira social y política, la voz del pueblo, y jugaron un importante papel socio-cultural durante la dictadura (1973-84), y el candombe, de origen afro-negro, que recrea los orígenes africanos de los negros esclavos y la época colonial, con sus trajes, cantos y bailes típicos, culturas y religiones, y su evolución natural hasta nuestros días.
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De la intervención francesa al Popol Vuh
Y en México, además de los carnavales de Veracruz y Mazatlán, salen otras comparsas de las danzas correspondientes a variantes de la Conquista, como los Chinelos, y también las de parodias de la Intervención Francesa, como los indios zacapoaxtlas y los suavos franceses, los zapadores y la danza-drama de Agustín Lorenzo de Huejotzingo, Puebla. En Tzacuala, Hidalgo, se celebra la danza de Los Huastecos. En Terrenate, Tlaxcala, la danza de Los Cuchillos con hombres vestidos de mujer. En Santa Ana Chiautempan, Tlaxcala, el domingo de Carnaval se baila la danza de Los Viejitos con antifaz. En Xaltocan lo celebran con la danza de La Culebra porque representa la fertilidad, se usa para contrarrestar la esterilidad.
El jueves se baila la Danza de la Purificación. La danza de los Acatlaxques se celebra dentro del Carnaval, la Semana Santa o Corpus Christi. Mientras que en Oaxaca, en el Carnaval "Putleco" se han venido amalgamando las actividades tradicionales de Carnaval, con modismos y costumbres indígenas, igual acontece con el Carnaval de Puerto Escondido con elementos étnicos muy interesantes, cuyas delegaciones y comparsas asisten con manifestaciones indígenas y mestizas de carnestolendas.
En tanto que en Chiapas, el Carnaval en Chamula, el K'in Taiimoltic, o Nuestro Juego, es una calco de los episodios míticos del libro sagrado del Popol Vuh en su liturgia, sus danzas y el vestuario de los actores. La ceremonia es un complejo ritual con cierto tipo de alimentos al inicio y al final, pero, ante todo, los rituales refuerzan el código de conducta social y personal del grupo y del individuo.
Autor: Pedro Matías Arrazola
Editor: Enrique López