Categórico rechazo francés a la Constitución europea
29 de mayo de 2005Tras conocerse las primeras proyecciones a pie de urna, todo quedó claro. Ni siquiera hubo que esperar el avance de los escrutinios. Más de un 55% de los franceses manifestó en el referéndum su rechazo a la Constitución europea y no hay vuelta que darle. Al presidente Jacques Chirac ni siquiera le quedó el consuelo de poder amparar su derrota personal en un alto nivel de abstención. Por el contrario. La ciudadanía acudió masivamente a votar, registrándose una participación cercana al 70%, lo cual es todo un logro tratándose de una consulta de esta naturaleza.
Los platos rotos
Chirac, considerado el gran derrotado de la jornada, se limitó pues a asegurar ante las cámaras de televisión que Francia no abandonará su sitial en Europa, aunque reconoció que su posición se había vuelto más difícil. Pero eso, sin duda, no es suficiente. Si bien el jefe de Estado no dio seña alguna de pensar en renunciar como lo demandaron de inmediato algunos de sus detractores, comenzando por el satisfecho ultranacionalista Jean Marie Le Pen, resulta obvio que habrá consecuencias en el plano político interno.
Quien pagará los platos rotos en este referendum será, según la mayoría de los analistas, el desafortunado primer ministro Jean Pierre Raffarin. No obstante, más que una reestructuración del gobierno, lo que se espera es un cambio de política. Eso es al menos lo que demandan los eufóricos partidarios del 'no', que salieron a celebrar a la plaza de la Bastilla.
Europa magullada
¿Y Europa? La bofetada francesa de seguro no representa un golpe de muerte para la UE. Pero sí una zancadilla al proyecto de profundizar la integración política como está previsto en la nueva Carta Fundamental. Cuán dura será la caída es algo que está por verse. De momento, el proceso de ratificación seguirá el curso previsto en los restantes países miembros, sin que se descarte que también los holandeses sigan el ejemplo galo el próximo miércoles.
Mientras los políticos discuten ahora acaloradamente sobre cuán profunda será la crisis a la que fue catapultada la Unión Europea, los partidarios del 'no' festejan en Francia, convencidos de haber hecho un servicio a su país.