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Chad, catapultado al centro del debate migratorio

Katrin Gänsler
27 de noviembre de 2017

Desde que el presidente francés, Emmanuel Macron, planea erigir en Chad un centro para decidir sobre solicitudes de asilo, el país se encuentra el en centro del debate sobre la migración.

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Tschad Flüchtlingslager
Imagen: DW/D. Blaise

Chad, un país de aproximadamente 14  millones de habitantes, se convirtió de pronto en un tema destacado en el debate internacional sobre migración. El motivo es el propósito del presidente francés, Emmanuel Macron, de establecer allí un centro de asilo, algo que también está planeado para el vecino Níger. El objetivo es decidir en territorio africano sobre la concesión de asilo.

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Francia se propone acoger hasta 3.000 personas de ambos países. La idea no es nueva: en 2016, Estados Unidos concedió asilo de esa forma a 523 personas. El Gobierno de Trump, sin embargo, redujo el número de beneficiaros de asilo a 99, entre enero y septiembre de 2017.

Mejor protección

El portavoz de ACNUR en la capital de Chad, Ibrahima Diane, respalda la idea de seleccionar ya en África a los solicitantes de asilo. "Para los refugiados significa que por fin obtienen una mejor protección, acorde a sus necesidades”, apunta. La puesta en práctica de los planes galos corresponderá a la Oficina Francesa de Protección de los Refugiados y Apátridas (Ofpra), pero todavía no se conocen detalles acerca de cómo funcionará el centro.

Miles de refugiados han quedado varados en Chad.
Miles de refugiados han quedado varados en Chad.Imagen: Reuters/Akintunde Akinleye

En octubre, enviados franceses sostuvieron más de 200 conversaciones con potenciales asilados; una cifra ínfima teniendo en cuenta los casi 408.000 refugiados que viven actualmente en Chad. Más de 322 mil de ellos tuvieron que abandonar sus hogares durante el conflicto de Darfur y han quedado varados allí. A igual que otros, procedentes de otros países, no tienen perspectivas de retornar pronto a sus patrias.

Argumentos en contra

El presidente de Chad, Idriss Déby.
El presidente de Chad, Idriss Déby.Imagen: Getty Images/AFP/L. Marin

La idea de los centros de asilo no convence, en cambio, a Béral Mbaikoubou, un parlamentario de oposición: "Partimos de la base de que atraerán a más personas.  Existe el riesgo de que todos los que desean presentar una solicitud de asilo se pongan en marcha rumbo a Chad”. A eso se liga el temor de que éste se convierta cada vez más en un país de tránsito. El año pasado, el presidente Idriss Déby afirmó durante una visita a Alemania que el 90 por ciento de los emigrantes de Níger llegan a Libia a través de Chad. No obstante, no hay cifras verificables.

De acuerdo con el Índice de Desarrollo de la UNO, Chad es el tercer país más pobre del mundo. Debido la caída del precio del petróleo, se encuentra sumido en una grave crisis. Pero los entendidos no temen una oleada de emigración de sus propios ciudadanos. "La gente está más ocupada con la lucha diaria por la supervivencia y el complejo clima social”, dice el político opositor Mbaikoubou, que denuncia las crecientes restricciones de libertades básicas, como la de opinión.

En Yamena se especula, por otra parte, que puede haber un cálculo político detrás de todo el asunto. Desde la cumbre de Malta de 2015,  existen numerosos fondos para financiar proyectos dirigidos a combatir los motivos de la migración en su origen. Tras una reunión en París, en septiembre de 2017, el presidente Déby dijo haber recibido promesas de asistencia por montos cercanos a los 15.000 millones de euros. El PIB de Chad no alcanza a los 10.000 millones de euros anuales.