Chechenos y tártaros combaten para defender a Ucrania
27 de marzo de 2022No se sabe cuántos combatientes tiene desplegados el régimen de Chechenia en Ucrania, pero su reputación de brutalidad y crueldad los antecede y el recuerdo de su actuación en los combates urbanos y de guerrillas en las guerras de Chechenia sigue muy presente. El líder de la República de Chechenia, Ramzan Kadyrov, es conocido como uno de los aliados más leales a Vladimir Putin, y anunció que sus tropas lucharían "en los puntos más calientes de Ucrania".
Sin embargo, algunos analistas dudan que tanta fanfarronería tenga su correlato con el desempeño de sus fuerzas en el campo de batalla. Al otro lado del frente, otros chechenos se han unido a los combates, pero esta vez del lado de los invadidos. "Queridos ucranianos, por favor no vean a esa gente como chechenos, son traidores, marionetas de Rusia", dijo Adam Osmayev, un líder checheno exiliado, en referencia a los soldados de Kadyrov.
"Los chechenos de verdad están con ustedes, sangrando con ustedes, como lo han hecho en los últimos ocho años", escribió en redes sociales. Osmayev lidera el Batallón Dzhokhar Dudayev, bautizado así en honor al difunto líder checheno. El batallón es uno de los dos grupos de voluntarios chechenos que luchan contra los separatistas prorrusos y las tropas rusas en Ucrania desde 2014. El otro es el Batallón Sheikh Mansur, comandado por Muslim Cheberloevsky.
En 2013, el gobierno de Ucrania, entonces aliado de Moscú, encarceló a Osmayev por conspirar para asesinar a Putin, una acusación que él niega. Cuando fue liberado un año más tarde, viajó la región del Donbás a combatir a los separatistas prorrusos. En tanto, medios occidentales y rusos han informado presuntos lazos entre el Batallón Sheikh Mansur y el Estado Islámico.
Cuando el ejército de Putin comenzó su marcha hacia Kiev, los líderes de ambos batallones, junto a miles de combatientes voluntarios extranjeros, anunciaron que seguirían defendiendo a Ucrania de su "enemigo común". Su determinación tiene que ver con lo que les tocó vivir en sus lugares de origen.
Una historia larga y violenta
Chechenia, ahora una república rusa, tiene una población mayoritariamente musulmana y una relación violenta y complicada con Moscú. Tras el colapso de la Unión Soviética, Rusia libró dos guerras devastadoras para evitar la independencia chechena. El primer conflicto se desató en 1994, cuando Rusia envió tropas a la República de Chechenia para sofocar los intentos de secesión. Los enfrentamientos recién llegaron a su término en 1997, tras la firma de un tratado de paz en agosto de 1996.
Pero en 1999 los soldados rusos regresaron luego de una serie de ataques terroristas organizados por señores de la guerra chechenos en Rusia. La guerra duró 10 años y terminó con el asedio de Grozny por parte de las tropas rusas, que dejó una devastación generalizada y decenas de miles de víctimas civiles. Los primeros dos años de la guerra coincidieron con el ascenso de Putin al poder. La fase activa del conflicto terminó en abril de 2000. Dos meses después, Putin nombró a Akhmad Kadyrov al frente de la República de Chechenia, quien gobernó hasta que fue asesinado por rebeldes islamistas en 2004. Su hijo Ramzan Kadyrov asumió como líder checheno en 2007 y se ha mantenido en el cargo desde entonces.
Bajo su mandato, el respeto a los derechos humanos se ha deteriorado, y opositores, activistas y periodistas se enfrentan a la represión. Kadyrov es sospechoso de estar vinculado con los asesinatos de varios críticos a su gobierno que vivían fuera de Chechenia, entre ellos Zelimkhan Khangoshvili, un antiguo comandante militar tiroteado en Berlín en 2019.
Recuerdos chechenos
Para muchos exiliados chechenos, Putin trata de hacer a los ucranianos lo que ya hizo con ellos. "Los intentos de Moscú de controlar Ucrania resuenan en las mentes y corazones de muchos chechenos que recuerdan su lucha por la independencia contra la máquina colonizadora rusa", dice a DW Albert Bininachvili, profesor de Ciencia Política en la Universidad de Bologna. Putin aspira a expandir la dominación rusa a las fronteras soviéticas, explica el experto, pero sin la intención de regresar al sistema soviético, "lo que en efecto solo nos deja el colonialismo ruso".
"Los chechenos consideran la guerra en Ucrania como la continuación de la guerra en Chechenia", dice Iliyasov. "Por eso quieren contribuir a una eventual victoria contra quien perciben como el mal, algo que no fue posible en suelo checheno". Y agrega que "eso va de la mano con otra motivación, una suerte de obligación moral de ayudar a las personas que se encuentran en situaciones similares a las que padecieron ellos y mostrar solidaridad".
Cheberloevsky, el líder del Batallón Sheikh Mansur, también considera los últimos combates como parte de un conflicto mucho más largo. En una entrevista a Radio Free Europe, dijo que combaten del lado ucraniano "para derrotar a nuestro enemigo común". Akhmed Zakayev, jefe del gobierno separatista checheno en el exilio, alentó a todos los chechenos a combatir junto a las fuerzas ucranianas.
Desacreditando la propaganda rusa
Los chechenos no son el único grupo musulmán que apoya a los ucranianos. Said Ismagilov, uno de los principales líderes islámicos de Ucrania, es de origen tártaro, y posteó una imagen donde aparece vestido de militar junto a miembros de las Fuerzas de Defensa Territorial de Kiev. En un video, llama a los musulmanes del mundo a solidarizarse con Ucrania.
Los tártaros de Crimea, una minoría étnica musulmana originaria de la península ucraniana anexada ilegalmente por Rusia en 2014, ha estado combatiendo la ocupación rusa desde ese mismo año, con algunos de sus hombres luchando en las fuerzas armadas ucranianas. En un video compartido por la prensa de Ucrania, Ayder Rustemov, el líder de la comunidad musulmana de Crimea reconocida por Ucrania, llamó a los musulmanes ucranianos a defender su país y a los musulmanes rusos a denunciar la agresión rusa.
Kadyrov, que adhiere al sufismo, una rama moderada del Islam con profundas raíces históricas en Chechenia, trató de equiparar las batallas en Ucrania con la yihad, un término islámico para la guerra santa. "Tenemos una orden, tenemos yihad", escribió en su canal de Telegram el 4 de marzo.
Grupos de derechos, incluido Human Rights Watch, aseguran que las tropas paramilitares de Kadyrov tienen un largo historial de torturas, terror y asesinato contra políticos disidentes, a los que acusaban de ser islamistas rebeldes. Las últimas declaraciones de Kadyrov han sido criticadas no solo por activistas y líderes musulmanes, sino también por los que creen en la guerra santa, incluidos yihadistas en Siria e Irak. "Rusia ha asesinado a miles de musulmanes y lo sigue haciendo", escribió Abu Maria al-Qahtani, un comandante del grupo islamista Heyaat al Tahrir Sham, en Telegram. "Fortalecer a Rusia en Ucrania significa estar del lado de los criminales", agregó. (dzc/lgc)