Chile: ¿quién gana tras el rechazo al texto constitucional?
18 de diciembre de 2023
A cuatro años del estallido social que desencadenó el inicio del proceso constituyente, Chile volvió a votar por mantener la Constitución originada en dictadura y reformada posteriormente por Gobiernos democráticos.
La opción "En Contra" (55,76 %) se impuso claramente por sobre la opción "A Favor" (44,24 %). Por lo tanto, y tras el rechazo a otro texto constitucional inclinado hacia la izquierda en septiembre de 2022, el país suramericano desechó ya dos propuestas constitucionales en menos de dos años.
¿Qué implica el triunfo del "En Contra" en el mapa político chileno? ¿En qué situación quedan el Gobierno y la oposición? ¿Se cierra el proceso constituyente? Expertos consultados por DW analizan el resultado.
Un voto "hacia la moderación"
Claudia Heiss, jefa de la carrera de Ciencia Política de la Universidad de Chile (UCh), dice a DW que "el triunfo del 'En Contra' es un voto hacia la moderación, que contribuye a reducir un poco la polarización que hemos vivido". En ese sentido, agrega, es un resultado positivo para "la posibilidad futura de un encuentro entre los representantes políticos para avanzar en las reformas".
Para Paulina Astroza, académica de la Universidad de Concepción (UdeC) y doctora en Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Católica de Lovaina, en Bélgica, la ciudadanía "ha demostrado que no está para posiciones radicales, ni de izquierda, ni de derecha".
Un resultado esperado
Por su parte, Patricio Navia, politólogo y profesor de Ciencia Política de la Universidad Diego Portales (UDP), comenta a DW que se trataba de un resultado esperado: "En los dos procesos constituyentes, las mayorías que redactaron la Constitución olvidaron que tenían que escribir un texto que fuera aceptado por una gran mayoría de las personas".
El fracaso de las dos propuestas, añade Navia, se debe al "error de abocarse a discutir asuntos de políticas públicas, cuando las constituciones tienen que ser textos que discutan las reglas del juego de la democracia" y "no un programa de gobierno que obligue a los Gobiernos a moverse a la derecha o a la izquierda".
"Aquí no ganó nadie"
Esta vez nadie puede adjudicarse un triunfo electoral: "Aquí no ganó nadie. Aquí perdió Chile. Perdimos la posibilidad de tener una nueva Constitución", opina Astroza. No obstante, agrega, hay algunos sectores que perdieron más que otros. Por ejemplo, "la derecha tradicional, que se plegó a las ideas más radicales de la derecha de José Antonio Kast".
El líder del derechista Partido Republicano y excandidato presidencial había respaldado la opción "A Favor", lo que generó una división interna en el partido, entre quienes le apoyaban y quienes querían mantener el legado del dictador Augusto Pinochet.
Heiss concuerda: el Partido Republicano "reduce sus posibilidades de convertirse en el partido hegemónico de la derecha y devuelve el protagonismo a la centroderecha. Esto amplifica las opciones de Evelyn Matthei", posible candidata presidencial del sector.
En tanto, Navia señala que, "si bien este resultado es una derrota para el Partido Republicano, no es una victoria para el Gobierno. Más bien, esta votación muestra que la gente está molesta con toda la clase política. Eso no es una buena noticia para nadie".
El oficialismo, en el peor escenario
El oficialismo tampoco puede celebrar: elegía entre mantener la Constitución de Pinochet o la propuesta aún más conservadora que diseñó el Partido Republicano de Kast. Tras sufragar, la expresidenta, Michelle Bachelet, describió que se votaba "entre algo malo y algo pésimo".
"Ninguna de las dos opciones era buena para la izquierda. Pero era mucho peor tener que aceptar que Kast impuso su propia constitución. Es mejor diablo conocido, la constitución actual, que diablo por conocer", reflexiona Navia.
En tanto, Heiss asegura que el triunfo del "En Contra" es "mejor para el Gobierno y le abre oportunidades de negociación con una derecha más moderada, para avanzar en las reformas políticas que forman parte de su programa de gobierno".
Aprendizajes del proceso constituyente
Ante la fatiga electoral, el Gobierno de Gabriel Boric y sectores de oposición han dado por cerrado el proceso constituyente. Sin embargo, "el tema constitucional no está cerrado", plantea Astroza, quien aclara: "si bien la necesidad de tener una nueva Constitución no ha terminado, estimo que debe darse una pausa de al menos unos diez años".
"La política ha quedado en deuda con el pueblo de Chile", reflexionó Boric en un discurso tras conocer el resultado del plebiscito. El fracaso del proceso deja lecciones a la élite política: "Todos los partidos políticos deben realizar una gran autocrítica", indica Astroza.
"Deben acercarse a la sociedad civil, a los gremios, sindicatos, juntas de vecinos, universidades y al mundo rural. Deben tratar de palpar mejor lo que está viviendo la gente en provincias, regiones, en las poblaciones, en el campo y salirse de la burbuja, porque la desconexión es demasiada. Y esto quedó claro en ambos procesos", agrega la académica de la UdeC.
No obstante, "hay un mensaje positivo", concluye Heiss, de la UCh: "Después de una situación tan violenta como el estallido social del 2019, el país encausó esta situación -institucionalmente- en procesos electorales y en debates democráticos. Dentro de todo, y a pesar de lo fallido del proceso, se han aprendido lecciones".
(rml)