China, en la busca de un enfrentamiento con Estados Unidos
18 de julio de 2020China y Estados Unidos han estado en tensión durante años, pero la reciente declaración del secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, sobre la disputa territorial en el Mar de la China Meridional lleva el acalorado debate a un nuevo nivel. Cuatro años después de la decisión de la Corte Permanente de Arbitraje en La Haya, que declaró ilegales los reclamos de Pekín al Mar de la China Meridional, el Gobierno de Estados Unidos ha declarado ilegales los reclamos de Pekín. "El mundo no permitirá que China trate al Mar del Sur como su imperio marítimo", dijo Pompeo.
Observadores señalan que esta es la primera vez que Estados Unidos toma partido. Y es que el anuncio de Washington no es una amenaza vacía. Los buques de guerra estadounidenses navegan regularmente por aguas controvertidas, aunque están cubiertas por el fallo de la Corte Permanente, que es vinculante según el derecho internacional. Militarmente, la situación entre China y Estados Unidos ha sufrido una escalada, y no solo materialmente, sino también en términos de voluntad de colisión. La declaración de guerra se lee entre líneas.
Foco de atención: Medio Oriente
Pekín, por su parte, no muestra debilidad ante esta situación y reacciona con sanciones contra políticos estadounidenses, incluidos los senadores republicanos Ted Cruz y Marco Rubio, críticos con China. Las sanciones también afectan a la compañía de armas Lockheed Martin, que recientemente anunció la venta de armas a Taiwán, país al que China ve como una provincia separatista.
Las medidas más estrictas que China ha tomado hasta ahora es la cooperación económica y de seguridad acordada con Irán. Pekín y Teherán han concluido una asociación integral a largo plazo, según informes de prensa recientes. El régimen comunista planea invertir decenas de miles de millones de dólares en Irán durante los próximos 25 años. A cambio, China recibiría petróleo. Con las ganancias del acuerdo, Irán saldría del aislamiento internacional que las Naciones Unidas y Estados Unidos habían traído al país debido a su controvertido programa nuclear.
Confrontación abierta
A pesar de la amenaza que Estados Unidos mantiene sobre Irán, Pekín, con su asociación con Teherán, opta por retar a Washington, corriendo el riesgo de un enfrentamiento frontal. Y el mensaje de Pekín es claro como el agua: China ha considerado cuidadosamente cómo podría reaccionar Estados Unidos ante el acuerdo a largo plazo con Irán y no teme a represalias estadounidenses.
Esto también se aplica a la economía. Después de que se introdujera la controvertida "Ley de Seguridad Nacional para Hong Kong" el 1 de julio, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó una ley de sanciones que prácticamente podría excluir a todos los bancos chinos de la compensación con el dólar estadounidense, ya que ofrecen servicios financieros a personas y empresas sancionadas. Como el mercado de consumo más grande del mundo, Estados Unidos tiene el mayor apalancamiento con su posición más fuerte en el comercio mundial.
Pero Pekín mantiene la calma. El búnker del banco central chino tiene 3 billones de dólares en reservas de divisas. Del mismo modo, el Gobierno chino es el mayor acreedor en Estados Unidos con aproximadamente 1,2 billones de dólares en julio de 2020, según el Departamento del Tesoro de Estados Unidos. Si Estados Unidos cortara a China y Hong Kong del sistema de facturación del dólar, también se haría un daño enorme a sí mismo y daría un impulso a la internacionalización de la moneda china, el renminbi, también conocido como el yuan.
Duelo de superpoderes
Fu Ying, exviceministro de Relaciones Exteriores de China, recientemente dio un simposio sobre la difícil relación entre los dos países. Según Fu, China jugará "proactivamente" sus propias cartas. Proactivamente significa que China no solo está a punto de desafiar a Estados Unidos como la superpotencia mundial, sino también de romper el monopolio estadounidense del poder y crear un nuevo orden mundial.
El comercio transfronterizo en renminbi solo sería el primer paso. Otro sería un negocio a largo plazo con Irán, una pieza de ajedrez en una guerra de poder que tiene la ambición de desarrollar sus propias armas nucleares.
La creciente tensión entre ambas naciones amenaza con un nuevo conflicto que, de momento, no se ha traducido en un enfrentamiento abierto de sus fuerzas. Sin embargo, una cosa ya es segura: ninguna de las partes tiene miedo de la confrontación. Ambos buscan el duelo y solo esperan el momento adecuado.
Deng Yuwen es politólogo en el grupo de expertos "Análisis estratégico de China" y coeditor de la "Revista de análisis estratégico de China". La columna es una versión abreviada del original chino.
(few/lgc)
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