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Chipre: Decepción en la UE

ers26 de abril de 2004

Chipre ingresará a la Unión Europea arrastrando su división de 3 décadas. Las puertas de la UE sólo se abren para la parte griega -la única reconocida internacionalmente-, pero también la turca recibirá apoyo económico.

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La frontera interna chipriota será, de facto, el límite de la UE.Imagen: AP

El jefe diplomático de Chipre, Giorgos Iakovu, sintió hoy en carne propia el disgusto que produjo en la Unión Europea el mayoritario rechazo de los grecochipriotas a la reunificación de la isla. En la reunión que sostuvieron los ministros de Relaciones Exteriores de la UE, en Luxemburgo, se "lamentó profundamente" el negativo resultado del referéndum del pasado sábado, en el que sólo la parte turca aprobó el plan de propuesto por las Naciones Unidas para acabar con la división. Pero ya no es hora de lamentos, sino de barrer los platos que se rompieron este fin de semana.

Ayuda económica

La primera conclusión es que no se debe permitir que el fracaso del referéndum contribuya a cimentar la división de Chipre. La segunda, que los turcochipriotas no deben sufrir las consecuencias de esta situación, que ellos no provocaron. El ministro de Relaciones Exteriores alemán, Joschka Fischer, lo expuso claramente: "Ellos obraron en consonancia con el espíritu europeo", y la UE debe actuar en consecuencia.

¿En qué se traducirá esto en la práctica? Por una parte, en una suculenta ayuda económica para la parte turca. Se habla de una propuesta grecochipriota de destinar a los turcos de la isla más de 259 millones de euros hasta el 2006, al margen de otorgarles mayores facilidades comerciales. Igualmente se pretende lograr que la frontera interna sea lo más permeable posible, para personas y mercancías, dentro de lo que permite la compleja situación jurídica.

Ironía histórica

Esa línea divisoria será, de facto, la frontera externa de la Unión Europea, lo que supone una ironía histórica de no poca envergadura para la UE que, con su ampliación hacia el Este, celebra el fin de más de medio siglo de división en el Viejo Continente. Pero todos aspiran a que este fracaso en los esfuerzos por superar el conflicto chipriota no sea más que un tropiezo en el camino, que de todos modos ha de conducir a la reunificación de la isla. Lo contrario sería, a la larga, políticamente insostenible.

El líder turco-chipriota, Rauf Denktash, probablemente no conseguirá su largamente acariciado objetivo de cimentar la existencia de dos estados en Chipre. La ayuda que en el futuro inmediato fluirá desde las arcas comunitarias a la parte turca, no significa un reconocimiento internacional a un sistema de facto, sino más bien el intento de ir cerrando la brecha para que, llegado el momento, Chipre recupere su unidad, dentro de la UE.