Cierre del Deutsche Bank "no es amenaza para Latinoamérica"
29 de octubre de 2015Desde 2012, el banco privado más grande de Alemania estuvo envuelto en distintos escándalos financieros y debió enfrentar varios juicios que ya le costaron en total cerca de 12.000 millones de euros (unos 13.150 millones de dólares). El DB sufre desde hace varios años pérdidas récord: 4.647 millones de euros solo entre enero y septiembre de este año, frente a un beneficio neto de 1.250 millones de euros en el período del año anterior. Por eso, su nuevo copresidente desde julio de este año, John Cryan, anunció este jueves (29.10.2015) medidas radicales de saneamiento, entre ellas 15.000 despidos, con una reducción del personal de 103.000 empleados a 77.000 en un lapso de cuatro años, hasta 2018 y el cierre de cientos de filiales en todo el mundo. Esta institución emblemática de la banca alemana incluso enfrenta aún investigaciones en EE. UU. por presunto blanqueo de dinero y violación del embargo en Rusia. Es la primera vez en 60 años que el Deutsche Bank no dará dividendos anuales a sus accionistas.
En América Latina, se retirará de los mercados de Argentina, Chile, México, Perú y Uruguay, y solo permanecerá en Brasil. El cierre de sus filiales en América Latina, “no necesariamente tiene que tener consecuencias negativas”, dijo el profesor Federico Foders, experto en Política Económica y Desarrollo del Instituto para la Economía Mundial, de Kiel, en entrevista con DW. Según él, esto representa una oportunidad para los bancos locales, “que espero sepan aprovechar”, subraya.
A pesar de los pronósticos de retracción económica para el Producto Bruto Interno (PIB) de América Latina, de cerca de un 0,6 por ciento para este año, por ejemplo, el de la agencia Fitch Ratings, el cierre del Deutsche Bank “no implica una amenaza para las economías emergentes que, en especial las de América Latina, se caracteriza por la exportación de materias primas”, señala Foders. “No hay que olvidar, sin embargo, que estamos en una situación en la que las tasas de crecimiento en AL y en otros países emergentes, como Rusia y China, son menores, a las que hubo entre el 2003 y el 2008/9”, apunta. El auge de las materias primas terminó, y la mayor parte de las economías tiene que reestructurarse y pasa por un periodo de crecimiento menor, e incluso negativo.
Tasas bajas para la economía global
“Esta es, sin duda, la hora de la verdad para el Deutsche Bank”, subraya el experto. “Deutsche Bank sufrió una gran pérdida de más de 6.000 millones de euros en 2014 que fue consecuencia de la crisis financiera de 2008 y de la crisis en la eurozona, y no se pudo recuperar bien de eso”. En la última década, ese grupo bancario dejó de lado los negocios tradicionales y se concentró en la banca de inversiones, y ahora quiere volver al segmento tradicional, para lo cual necesita menos personal, añade.
Otro de los factores que probablemente hayan influido en la decisiones de John Cryan es que la Reserva Federal de EE. UU. decidió el jueves mantener su tasa de interés en un mínimo histórico (entre un 0 y un 0, 25 por ciento), si bien dejó abierta la posibilidad de elevarla en diciembre. “Gran parte del negocio de la banca está relacionada con las tasas de interés. Al estar cerca de cero, los bancos miran hacia nuevos modelos de negocios”, dice Federico Foders.
Buenos motivos para no retirarse de Brasil
Dentro de este panorama, y en lo referente a su cierre de filiales en América Latina, se destaca que el Deutsche Bank decidió permanecer solo en Brasil. Al respecto, Federico Foders señala que esto es así, naturalmente, porque “Brasil es la economía más fuerte de Latinoamérica y está muy bien vinculada con partes de Asia y Europa, además de ser un mercado muy diferenciado”, donde abundan las oportunidades de negocios. La decisión de permanecer en Brasil del DB es lógica, ya que el futuro se perfila allí mucho más positivo para un banco de esas características. De acuerdo con el economista, todos los bancos, incluso el Deutsche Bank, han tenido suficiente tiempo como para ajustarse a lo que sucede en América Latina. “También las pérdidas del Deutsche Bank en Brasil han sido muy altas”, remarca.
“En realidad”, enfatiza el experto, “estoy sorprendido de que el DB haya tardado tanto en darse cuenta de la tremenda crisis en la que se encuentra desde hace casi diez años. En los últimos años siempre le fue posible disfrazar esa crisis en el balance. Pero ahora llegó alguien que dijo ‘basta con esta farsa; vamos a achicar y a reestructurar el banco y a adaptarlo a las condiciones actuales'.”