Bruselas frente al cambio climático
25 de febrero de 2020En la Place de la Bourse, en el centro de Bruselas, turistas y viajeros se abren camino entre tubos de plástico, barreras de construcción de color verde brillante y montones de adoquines que han sido arrancados en nombre de la mejora urbana.
Unos pocos bloques más al norte, el cambio ya se ha producido. Lo que una vez fue un bulevar de mucho tráfico es ahora una zona libre de coches, solo para peatones, ciclistas y patinetes, y donde los cafés aprovechan las aceras ensanchadas como terrazas al aire libre.
La reurbanización de la zona se inició en 2017 y, si el tiempo lo permite, se completará a finales de este año. La ciudad, donde en diciembre se presentó al público el Pacto Verde Europeo, quiere ser más respetuosa con el clima a través de un nuevo concepto para su tráfico urbano.
Ciudades climáticamente neutras
El Pacto Verde promete que la Unión Europea (UE) será neutra para el clima en 2050, invirtiendo en tecnologías y empresas verdes y reduciendo las emisiones del transporte en un 90 por ciento.
Actualmente, el transporte es responsable de un cuarto de las emisiones de gases de efecto invernadero de la UE. Y a diferencia de la producción energética, que ahora se está volviendo más limpia, el impacto climático del transporte está empeorando.
En el futuro, las ciudades europeas deberían ser "climáticamente neutras e inteligentes”. Pero esto es difícil de concebir en la actualidad, especialmente en Bruselas.
Ahogada por el tráfico y a menudo cubierta por la niebla tóxica, la capital belga es conocida por tener algunos de los peores atascos de tráfico de Europa. Solo el 28 por ciento de los viajes aquí se hacen en transporte público, comparado con el 44 por ciento de los viajes que se realizan con vehículos privados. En 2018, la Comisión Europea emitió a Bélgica una advertencia formal por no haber abordado los niveles ilegales de contaminación atmosférica de su capital.
Preparándose para una era sin coches
Pero la "capital de Europa” está tratando de limpiar su cara. La autoridad regional "Movilidad de Bruselas" ha desarrollado un plan de diez años, el llamado "Good Move” ("Plan para la Buena Movilidad”), en consulta con la administración de la ciudad y los ciudadanos. Este plan prevé una reducción del 25 por ciento en el uso de los coches. Para ello, se construirán nuevas líneas de tranvía y metro, y se facilitará la circulación a pie y en bicicleta.
Para que los coches privados sean una opción menos atractiva, el plan "Good Move” impondrá un límite de velocidad de 30 kilómetros por hora en toda la región de Bruselas a partir de 2021. Asimismo, la ciudad eliminará 65.000 plazas de aparcamiento de las calles para 2030, y para 2025, todos los autobuses de la ciudad serán eléctricos.
Aún así, el plan no ha estado exento de críticas. En un informe publicado en octubre, Inter-Environment Bruxelles (IEB), una ONG regional centrada en temas ecológicos y sociales, critica que el plan ofrece demasiadas oportunidades al sector privado, como proveedores de coches compartidos, o patinetes eléctricos. Además, el plan no proporciona ninguna información sobre su financiación.
Cambiando el problema
Pero el IEB añade que el "verdadero punto ciego” de los planes de Bruselas para hacer frente al tráfico es una propuesta para desviar los coches hacia la circunvalación que rodea la ciudad, fuera de la zona de bajas emisiones de la capital.
Y la vecina región de Flandes, bajo cuya jurisdicción cae la mayor parte de la circunvalación, tiene planes controvertidos para expandir la autopista, que contradicen los planes de las autoridades de Bruselas.
"Es evidente que Bruselas está en contra de la ampliación de la autopista”, afirma Alain Maron, Ministro de Medio Ambiente de la Región de Bruselas a DW. "En un momento en que la emergencia climática es más evidente que nunca, no tiene sentido seguir ampliando las autopistas”.
Calles para los peatones
"Los atascos no son un problema que debamos resolver. Son solo síntomas de que las cosas van mal”, dice Dirk Dufour, gerente de TRIDÉE, una consultoría de movilidad sostenible, a DW.
"Es simplemente una cuestión de demasiados coches en el mismo lugar y al mismo tiempo. La única salida es cambiar a otros medios de transporte. Este cambio solo puede funcionar si redistribuimos el espacio público y las carreteras”.
Alrededor del 37 por ciento de los residentes de Bruselas ya hacen la mayoría de los viajes a pie. Inge Paemen, portavoz de "Movilidad de Bruselas”, explica que el centro compacto de Bruselas lo facilita. "El problema (dice a DW) es que cuando se camina, es casi como correr una carrera de obstáculos”, en la que los peatones esquivan los coches aparcados en los bordillos, así como las aceras deterioradas y los proyectos de construcción privados que invaden el espacio público.
La eliminación de esos obstáculos y la dedicación del 40 por ciento del espacio público a los peatones formaba parte de un plan, allá por 2012, para que caminar fuera "más fácil, agradable, seguro y eficiente” y para diseñar la ciudad "de manera que fuera más cómoda para las personas”.
Casi ocho años después, Maron admite que la ciudad todavía tiene un largo camino por recorrer. Una encuesta publicada por Movilidad de Bruselas en octubre encontró que el tema era apremiante para los habitantes. El 75 por ciento de los residentes querían aceras más grandes y accesibles y casi el 80 por ciento se mostraban abiertos a alternativas a su propio coche.
La participación del público
Maron confía en que, a diferencia del plan de 2012, la participación ciudadana ayude a cumplir el Plan "Good Move”. Señala que el "enfoque participativo sin precedentes” del nuevo plan y la coordinación entre los diferentes niveles de gobierno y el público ya han ayudado a que el proceso de planificación se desarrolle con mayor fluidez, "lo que debería facilitar mucho su aplicación”.
La UE tiene previsto publicar sus propias propuestas a finales de este año para promover "alternativas de transporte asequibles, más saludables y limpias” para toda Europa. Entre otras cosas, se espera que incluya medidas para mejorar el acceso al transporte público, tecnologías para hacer más eficientes los sistemas de transporte e inversiones para fomentar el tránsito a pie y el uso de la bicicleta.
Durante la presentación del Pacto Verde Europeo, la Presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, dijo que "los ciudadanos europeos están cambiando su estilo de vida para ayudar a proteger el clima y el planeta”.
Y es que para todas las iniciativas que se están elaborando y poniendo en marcha actualmente a nivel europeo y local, el éxito de las ciudades climáticamente neutras dependerá, en gran medida, de que los residentes estén dispuestos a participar y a desplazarse de forma respetuosa con el medio ambiente.
(ar/er)
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