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Un modelo topográfico revela los puntos de riesgo: depresiones en las que se acumula el agua y calles empinadas en las que la lluvia se convierte en torrente. Los investigadores comprobaron además, que el acceso y los paneles de control del suministro eléctrico de los edificios públicos se encuentran en sótanos expuestos a inundaciones. Tras el análisis de riesgos, los científicos han desarrollado una hoja de ruta para prevenir catástrofes en ciudades.