Claroscuro automovilístico: el New Beetle y el "escarabajo"
1 de febrero de 2008
No es el primer encuentro entre ambos. El 7 de junio de 2007, el mandatario mexicano, Felipe Calderón Hinojosa, visitó la sede central de Volkswagen en Wolfsburg, Alemania, y ahí se reunió con el presidente del consorcio automovilístico, Martin Winterkorn.
Un millón de New Beetle
Ahora la entrevista ocurre en la ciudad mexicana de Puebla, donde Volkswagen tiene una planta de producción desde 1964. El acontecimiento parece coincidir con una etapa decisiva tanto para la empresa como para algunos de sus modelos emblemáticos.
Como se sabe, Calderón y Winterkorn celebran el hecho de que en las instalaciones mexicanas se llegará a un millón de vehículos producidos del modelo New Beetle. Éste representa desde hace diez años una generación posterior del auto que hizo mundialmente famosa a la empresa alemana: el Käfer, Beetle, o “escarabajo”.
El futuro del New Beetle, por el momento, parece asegurado. De acuerdo con información de la empresa, el vehículo aún se vende bien en el mercado para el cual originalmente fue diseñado: Estados Unidos. Eso es precisamente lo que se festejará en primera instancia en el encuentro entre Felipe Calderón y Martin Winterkorn, en Puebla.
El ocaso del “escarabajo”
A poco más de cien kilómetros de allí, las agitadas calles de la ciudad de México permanecen invadidas por un contingente que parece inagotable de los antiguos “escarabajos”. Esto, pese a que el último de dichos modelos fue fabricado en 2003 precisamente en la planta de Puebla.
Quienes han sido responsables de la sobrevivencia del popular automóvil son más de cien mil taxistas, muchos de los cuales operan de manera irregular.
Desde hace tiempo se sabe que el Käfer no es un vehículo que cumple con las demandas de los autos actuales en materia de contaminación ambiental y sonora.
Sin embargo, como dice un taxista mexicano entrevistado ex profeso por el semanario Der Spiegel, “por fortuna, en México todo se puede arreglar con una buena mordida (coima)”. Así es como el “escarabajo” ha llegado a establecerse como parte al parecer indeleble del panorama en la ciudad de México.
Pero esto podría cambiar dentro de poco. Las autoridades de la capital azteca han lanzado un enésimo programa regulatorio para intentar sustituir los viejos, ruidosos y contaminantes Käfer por otros modelos. El plan data de 2002 pero ahora, el gobierno en funciones desde hace poco más de un año dice que lo aplicará en serio.
Todo por el medio ambiente
Las autoridades determinaron otorgar un incentivo económico –y legítimo- a los conductores de taxis que accedan a cambiar su auto tradicional por uno más nuevo.
La iniciativa no está orientada específicamente a acabar con los Käfer, sino a sustituir todos los taxis de cualquier marca producidos en 1992 o en años anteriores “para brindar un servicio de calidad y seguro para los usuarios y a su vez coadyuvar en el mejoramiento de las condiciones ambientales en el Distrito Federal”, según reza la convocatoria correspondiente. Pero, ni duda, cabe, el “escarabajo” será el más afectado –quizá hasta su extinción- si es que el programa cumple su objetivo.