“Colombia, a pesar de injusticias, es un Estado democrático”
3 de enero de 2008Es el 18 de julio de 2001 en la ciudad de Silvia, en las montañas del suroeste de Colombia. Un automóvil de lujo todoterreno sobrepasa el auto de Ulrich Künzel, economista de la Agencia alemana para la Cooperación Técnica, y le cierra el paso. Seis hombres armados hasta los dientes descienden de él y secuestran a Ulrich Künzel, a su hermano Thomas y a Reiner Bruchmann, un amigo de la familia…
Los tres ciudadanos alemanes pasan entre nueve y 12 semanas en cautiverio de las FARC que hoy mantienen a cerca de 3.000 personas secuestradas, entre ellas a la política franco-colombiana Ingrid Betancourt, a tres estadounidenses y a un niño de unos tres años, nacido en cautiverio de la unión entre una secuestrada y un guerrillero.
Ante la relevancia y actualidad de estos hechos DW-WORLD conversó con Ulrich Künzel en Alemania.
Usted fue uno de los secuestrados por la guerrilla colombiana de las FARC en el año 2001. En las últimas semanas se esperaba que algunos de los llamados “rehenes políticos” fueran liberados por las FARC, incluido el niño. Una promesa que, por desgracia, no se ha cumplido. ¿Qué siente al escuchar tales noticias?
Cuando a los secuestrados se les da la señal de que van ser liberados pronto, si esto no sucede, sufren una terrible desilusión. Las tensiones que tienen que soportar son inmensas. El tiempo durante el cautiverio se vuelve mucho más largo de lo que ya de por sí es.
Recapitulemos brevemente lo que le sucedió a usted, a su hermano y a su amigo en 2001…
Yo iba en camino para visitar uno de nuestros proyectos de desarrollo en el departamento del Cauca, en el suroeste de Colombia cuando yo, mi hermano y mi amigo fuimos interceptados por un grupo armado que, en un principio, no pudimos identificar.
¿Y cómo lograron saber quiénes eran los autores del triple secuestro?
Pasadas unas tres semanas de cautiverio escuchamos en la radio a un alto comandante de las FARC que decía que su grupo era el responsable del secuestro.
¿Qué importancia tuvo para ustedes la información de los medios de comunicación, tanto en Alemania como en Colombia?
La radio fue muy importante. Nosotros logramos sintonizar la Deutsche Welle, que se convirtió para nosotros en el único contacto hacia el mundo exterior. A través de la Deutsche Welle podíamos escuchar desde las noticias diarias hasta todas las incidencias y resultados (de los partidos futbolísticos) de la Bundesliga.
¿Y qué tan relevante fue poder recibir la Deutsche Welle en los campos de secuestrados?
La importancia fue enorme. ¡Imagínese usted! Yo estuve secuestrado tres meses y durante todo ese tiempo no recibí en mis manos ni un solo papel para leer. La radio fue el único medio que teníamos a disposición. En el tiempo que estuvimos secuestrados sucedieron los atentados del 11 de septiembre de 2001. De esos hechos yo pude ver sólo en noviembre algunas fotos. Pero gracias a la Deutsche Welle supimos de los ataques en Nueva York y Washington.
Volvamos a las FARC y los motivos. ¿Cuál cree que hayan sido las razones para su secuestro?
Cierto es que las FARC “sólo” me querían secuestrar a mí, porque yo trabajaba en la región. Mi hermano y nuestro amigo Rainer fueron también involucrados porque en el momento del ataque no supieron quién era quién.
¿Pero por cuáles razones se convirtió usted en objetivo de las FARC?
Yo trabajaba en toda la región del suroccidente colombiano en muchos proyectos pequeños proyectos de desarrollo. También en territorios en donde yo tenía que pedirles permiso a las FARC para entrar allí. Luego, la guerrilla sabía que yo estaba allí presente. Lo que no se podían imaginar era el tipo de trabajo que yo hacía. Así que durante mi secuestro describí en un cuaderno escolar todo el trabajo alemán de ayuda al desarrollo.
Al parecer, las FARC temían que Alemania diera soterrada ayuda militar a Colombia. Por eso exigieron que, en el futuro, el Gobierno de Berlín tenía que dignarse firmar los contratos de cooperación directamente con la guerrilla.
¿Las FARC querían entonces ser consideradas una institución del progreso y el desarrollo?
En efecto. Entretanto se sabe que la política del actual presidente Álvaro Uribe ha limitado significantemente el radio de acción de las FARC. En 2001 no se podía decir que el Estado colombiano estuviera presente en todas partes. En muchas poblaciones no había siquiera un policía.
¿Quiere decir que la política frente a las FARC ha cambiado en Colombia?
Una cosa es cierta en Colombia. Hoy la gente ha podido volver a utilizar las vías del país. Hoy la gente ha podido volver a salir de vacaciones. El número de secuestros ha descendido. Lo que no significa que el problema de las FARC se haya solucionado. Pero la situación de seguridad en los últimos cinco años ha mejorado notablemente.
¿En dónde radican los problemas de Colombia, según su opinión?
Claro es que la fuente de muchos problemas son las grandes injusticias generadas por la creciente diferencia entre ricos y pobres. Pero si el antagonismo entre pobreza y riqueza se intentara resolver con violencia en todos los países en donde existe este fenómeno, también Alemania y hasta en Suiza tendría que haber una guerra de guerrillas.
Las FARC utilizan la injusticia social como pretexto para querer imponer sus intereses de poder. Las FARC sólo utilizan a los pobres para hacerse con el poder constitucional.
¿Qué le diría usted a las personas que se encuentran aún secuestradas?
Que tienen que hacer todo por resistir. ¡Ustedes tienen que hacer todo por mantenerse ocupados, así sea con juegos de mesa, por ejemplo! Ustedes tienen que leer, si es posible! ¡Ustedes tienen que mantener la cabeza intacta! Ese es el único consejo que les puedo ofrecer.
¿Cuáles perspectivas cree usted que tengan las FARC en Colombia?
Bajo la administración anterior a Uribe, todo indicaba que la guerrilla de las FARC iba a dominar importantes partes del territorio nacional. Hoy, por fortuna, están más lejos de ello que nunca.
Las FARC no tienen ya ningún proyecto político. Sólo veo propaganda y una supervivencia de las FARC con dineros provenientes del narcotráfico, el secuestro, la extorsión y otras fuentes. La mayoría de los colombianos no quiere eliminar las injusticias con violencia.
A su regreso, usted abrió la página de Internet farc.de. ¿Cuál es su objetivo?
En nuestra página aparecen informaciones, reportes y noticias sobre el problema de la industria del secuestro en alemán. Lo que queremos con ello es ofrecer un pequeño aporte a quienes no estén muy bien informados de lo que son realmente las FARC. Nosotros queremos advertir a la gente que aún cree que las FARC son un presunto movimiento de liberación que lucha contra una dictadura.
Es cierto que Colombia es un país con profundas injusticias, pero no es una dictadura. Es una fábula creer crear el mito de que las FARC luchan contra una dictadura que supuestamente tiene que ser eliminada. Muchos izquierdistas en Europa, aunque menos desde que la política verde Ingrid Betancourt fuera secuestrada, han creído que las FARC luchaban por una causa justa en un país apabullado por la opresión.
Nosotros queremos informar a la opinión pública sobre la verdadera situación en Colombia en donde las FARC son las secuestradoras y el Estado, a pesar de las fallas, es un Estado democrático.