Colombia: documentales y memoria histórica
28 de mayo de 2015Publicidad
"¿Has sido víctima de la violencia política?", se le preguntó a cada uno de los presentes. "¿Qué opinas del proceso de paz que está teniendo lugar en Colombia?". El taller, de una semana de duración, empezaba sin vacilaciones. El objetivo era invitar a los doce participantes a reflexionar sobre el impacto que décadas de guerra civil han tenido en el país, así como acerca de nuevos formatos narrativos con los que transportar en imágenes lo sucedido.
La similitud de las noticias que reportean la violencia en Colombia está volviendo indiferente al espectador, que tiene la sensación de ver siempre lo mismo. El director de documentales alemán Uli Stelnzer, a cargo de quien estaba el curso, quiso demostrar que existen muchos más caminos para conectar con la audiencia y exponer el presente y el pasado.
Los participantes en el taller fueron elegidos entre 300 candidatos. Todos ellos habían tratado ya el conflicto en Colombia usando técnicas audiovisuales, aunque desde diferentes perspectivas: como trabajadores sociales, periodistas o artistas visuales. En el taller presentaron sus trabajos actuales y pudieron escuchar las sugerencias de sus compañeros. Y todos ellos habían padecido la violencia, que les arrebató a familiares, amigos o conocidos.
"Éste es un país traumatizado", sostuvo Matthias Kopp, coordinador de Proyectos de DW Akademie en Colombia, "durante años, la gente no se ha atrevido a hablar del horror experimentado. Pero eso está cambiando, ahora que se vislumbra un acuerdo de paz". A los periodistas, continuó Kopp, les espera una ardua labor y una enorme responsabilidad. "Van a ser los depositarios de historias terribles", dijo el coordinador, "y van a tener que contar esas historias, impulsando así la transformación. En esto, profesionales como Uli Stelzner son de gran ayuda".
Paralelismos con Guatemala
La similitud de las noticias que reportean la violencia en Colombia está volviendo indiferente al espectador, que tiene la sensación de ver siempre lo mismo. El director de documentales alemán Uli Stelnzer, a cargo de quien estaba el curso, quiso demostrar que existen muchos más caminos para conectar con la audiencia y exponer el presente y el pasado.
Los participantes en el taller fueron elegidos entre 300 candidatos. Todos ellos habían tratado ya el conflicto en Colombia usando técnicas audiovisuales, aunque desde diferentes perspectivas: como trabajadores sociales, periodistas o artistas visuales. En el taller presentaron sus trabajos actuales y pudieron escuchar las sugerencias de sus compañeros. Y todos ellos habían padecido la violencia, que les arrebató a familiares, amigos o conocidos.
"Éste es un país traumatizado", sostuvo Matthias Kopp, coordinador de Proyectos de DW Akademie en Colombia, "durante años, la gente no se ha atrevido a hablar del horror experimentado. Pero eso está cambiando, ahora que se vislumbra un acuerdo de paz". A los periodistas, continuó Kopp, les espera una ardua labor y una enorme responsabilidad. "Van a ser los depositarios de historias terribles", dijo el coordinador, "y van a tener que contar esas historias, impulsando así la transformación. En esto, profesionales como Uli Stelzner son de gran ayuda".
Paralelismos con Guatemala
El documental es un género con mucho potencial en las sociedades postconflicto. Pero, ¿cómo retratar el pasado? Uli Stelzner ha vivido más de 20 años en Guatemala y distingue paralelismos entre Colombia y el país centroamericano. Pese a que en 1996 se puso punto y final a 36 años de guerra civil en Guatemala, la reconstrucción de la memoria histórica ha sido un proceso lento. En su film "La isla" (2009), el director acompaña a un grupo de guatemaltecos que descubre el destino de sus familiares desaparecidos tras acceder a documentos policiales. También ésta es una cuestión extremamente sensible en Colombia, donde se cuentan 90.000 ciudadanos en paradero desconocido.
La película de Stelzner se sometió a análisis durante el taller, atendiendo a aspectos como el lenguaje visual, el uso creativo del material de archivo, la puesta en escena y el trabajo con protagonistas traumatizados. También se estudiaron otros documentales, se discutió el papel del director y se habló sobre el tratamiento que reciben temas relacionados con las violaciones de los derechos humanos.
Más allá del reporte convencional
Otra de las preguntas que se planteó fue por qué los documentales políticos encuentran tan poco espacio en las televisiones de América Latina. La conclusión a la que se llegó en el curso es que el sensacionalismo diario no da oportunidad al análisis de fondo. Y aun con una dosis mucho menor de sangre y estridencia, los participantes pudieron comprobar el efecto de un documental bien investigado. "Te impacta de una manera que no lo consiguen los reportes a los que estamos acostumbrados", reconoció uno de ellos.
Las observaciones de los demás permitieron a cada cual meditar sobre su propia aproximación al conflicto y sobre las múltiples posibilidades narrativas que ofrece la imagen en movimiento. "Hemos visto que hay muchas formas distintas de plasmar en un film la compleja realidad colombiana".
Finalizada la semana, los presentes se habían organizado en una red para apoyarse mutuamente en la investigación y la producción de nuevas películas. También surgió la idea de sacar adelante una coproducción compuesta por 12 cortos, uno por participante, que podría ser interesante para televisiones y ONG. "Ha sido un taller inusual", fue la conclusión general.
El taller "Documentales creativos en las sociedades postconflicto" es un esfuerzo conjunto de Consejo de Redacciópn (CdR) y DW Akademie por continuar con la labor iniciada en el VIII Encuentro de Periodismo de Investigación, auspiciado por CdR, que en 2015 tuvo como tema principal "Los retos del periodismo postconflicto". DW Akademie colabora con CdR desde 2013. Los proyectos de DW Akademie en Colombia se concentran en lograr un periodismo sensible a cuestiones como la superación del enfrentamiento armado y el trabajo con la memoria histórica, y están financiados por el Ministerio alemán de Cooperación Económica y Desarrollo (BMZ).
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