Colombia entre reconciliación y justicia

En el 2005, al promulgarse la Ley de Justicia y Paz, se creó en Colombia el marco legal para una reconciliación y reparación de las víctimas de crímenes cometidos por los denominados Grupos Armados Organizados al Margen de la Ley (GAOML). Esta ley prevé que los criminales confiesen detalladamente los actos de violencia perpetrados y ofrezcan la totalidad de sus bienes para indemnizar a las víctimas. En tal caso se aplica la ley mencionada, que significa una condena de cinco a ocho años de cárcel. Muy poco castigo para crímenes tan brutales como asesinato o violación, critican organizaciones de derechos humanos.

Andreas Forer, director del Proyecto Fiscalía de la Cooperación Técnica Alemana (GTZ), asesora a la fiscalía colombiana en esta difícil tarea y coincide con las voces críticas. “Es cierto que ocho años son una pena demasiado leve para estos delitos, pero siendo pragmático – y en Colombia para sobrevivir es necesaria una buena dosis de pragmatismo – más vale este castigo que nada”, dijo el experto alemán, en conversación con DW-World.

Hasta la fecha se ha logrado así la desmovilización de más de 50.000 paramilitares ilegales. Mientras que el Gobierno colombiano habla de un proceso único, otros dicen que esta ley, con penas absurdamente leves para crímenes de lesa humanidad, no hace más que perpetuar la impunidad.

Alemania asesora a Colombia

Por encargo del Ministerio alemán de Relaciones Exteriores, la GTZ apoya desde febrero del 2008 el proceso de paz en Colombia. El Proyecto Fiscalía (ProFis) es financiado por el Gobierno alemán con ocho millones de euros y asesora a los fiscales, brindando conocimientos y material técnico.

En lo concreto, la colaboración va desde la identificación de los restos mortales de las víctimas, hasta la optimización de las vías legales, para ayudar a implementar la ley de Justicia y Paz.

Confesiones vía satélite

Las unidades móviles de indagación son un elemento fundamental del trabajo de ProFis. El moderno equipo de trasmisión satelital fue entregado por la propia canciller alemana, Angela Merkel, en una visita a Colombia hace dos años. Una antena parabólica colocada encima del techo de una camioneta permite trasmitir las audiencias con los acusados hasta una distancia de varios cientos de kilómetros.

De este modo los familiares de las víctimas pueden, por ejemplo, presenciar en directo el interrogatorio a un acusado que se encuentra en la cárcel. Las familias muchas veces son una gran ayuda para el fiscal, ya que pueden comunicarle si la declaración corresponde o no con su versión de los hechos. De este modo el abogado fiscal sabrá por dónde indagar, a fin de obtener una información más certera sobre el paradero de los restos mortales de las víctimas.

Las unidades móviles cumplen una función muy importante en zonas rurales de difícil acceso, ya que permiten a las víctimas sobrevivientes hacer declaraciones, que muchas veces son imprescindibles para aclarar un caso. Asimismo pueden hacer preguntas sobre el paradero de sus familiares y mantenerse informados sobre el curso de las investigaciones.

Éxito en cifras

Hasta el momento, se confesaron más de 40.000 asesinatos, se aclararon más de 1.300 masacres y se encontraron unos 3.300 cadáveres, de los cuales 900 fueron entregados a sus familiares. Esto puede parecer poco, considerando las 250.000 víctimas del conflicto armado en Colombia. Sin embargo, se puede ver como un gran logro, si se tiene en cuenta la compleja situación política del país, que muchos de los crímenes datan de 10, 20 o 30 años atrás y que el miedo es un gran enemigo de la justicia.

“La Ley de Justicia y Paz es un ejemplo de Transitional Justice”, explica Forer. Es decir, un modelo de justicia transitoria, que sirve para pasar de un estado de guerra interna a una convivencia pacífica. “Los tres pilares fundamentales de este modelo son justicia, verdad y reparación a las víctimas”, destaca el experto alemán y añade: “en cuanto al pilar de la verdad se han obtenido grandes logros. Salió a la luz mucha verdad. En lo que tiene que ver con la justicia, aún queda mucho por hacer. Que se haya juzgado apenas a dos comandantes es demasiado poco. Y finalmente: la reparación a las víctimas avanza muy lentamente. Salió un decreto que clasifica los crímenes y la indemnización correspondiente, pero aún se han realizado muy pocos pagos”.

Desafío a largo plazo

Frente a una tarea tan ambiciosa, el éxito obtenido puede resultar ínfimo. Los colaboradores de este proyecto, además de precisar mucho valor para adentrarse en la selva colombiana e indagar crímenes brutales, deben ser lo suficientemente tenaces y optimistas como para no dejarse frustrar por la realidad: considerando los recursos actuales y las dificultades existentes, se calcula que llevaría unos 90 años resolver todos los casos.

El proyecto Profis de la Cooperación Técnica Alemana concluirá a fines del 2011. Sin embargo, su director espera que, “luego de las etapas iniciales con muchos interrogatorios, implementación de vías jurídicas y las primeras sentencias, se llegue a establecer los estándares internacionales vigentes para alcanzar un veredicto”. Según Andreas Forer “uno de los grandes desafíos para el nuevo presidente, Juan Manuel Santos, será el de repatriar a los desplazados internos”, que en Colombia se estiman en más de tres millones.

Autora: Valeria Risi

Editora: Emilia Rojas-Sasse