Combatientes bielorrusos de Ucrania piden asilo en la UE
5 de diciembre de 2024Viktor (nombre cambiado) se presentó como voluntario para luchar en la guerra entre Rusia y Ucrania en 2022 y pasó un año en el Ejército ucraniano. Después fue a Polonia, donde recibió tratamiento por una herida. Solicitó asilo en Varsovia porque en Bielorrusia, su país de origen, lo amenazaban con procesarlo por participar en la guerra.
El antiguo gerente de una empresa bielorrusa pensó que encontraría rápidamente trabajo en una empresa ucraniana en Polonia. Sin embargo, las agencias de contratación lo rechazaron alegando que era ciudadano bielorruso. También temían que Viktor pudiera desarrollar un trastorno de estrés postraumático o provocar sentimientos de vergüenza entre sus colegas.
"Dijeron que en la empresa había ucranianos que no habían luchado y que si me contrataban, se sentirían avergonzados o incómodos delante de mí; en resumen, les preocupaba el ambiente en el equipo", cuenta el excombatiente.
Como Viktor se quedó sin ahorros a los pocos meses, finalmente aceptó un trabajo en un taller de reparación de coches. Dos meses después, recibió una oferta de trabajo de su antigua empresa bielorrusa para seguir trabajando para ellos desde Polonia.
Según él, no todos los excombatientes consiguen reintegrarse en la vida civil. Esto es especialmente difícil para los jóvenes veteranos que fueron a la guerra sin ninguna formación profesional.
"Piensan si deberían trabajar como conductores de mensajería o como obreros de la construcción. Entonces, se preguntan desesperadamente por qué lucharon en primer lugar: ¿Para sentarse en una bicicleta durante doce horas? Así es como su visión del mundo empieza a cambiar", dice Viktor. Conoce casos en los que los problemas psicológicos les han llevado a quedarse sin hogar e incluso al suicidio.
¿Sin derecho a quedarse en Ucrania?
Antón (nombre cambiado) también trabajó una vez en Bielorrusia, como gerente. Se alistó en las fuerzas armadas ucranianas en el primer mes de la guerra y pasó dos años en el frente, donde sufrió lesiones en la cabeza y otras heridas. Hoy, este joven de 29 años vive en Varsovia y lleva nueve meses esperando una decisión sobre su asilo.
Dejó el Ejército ucraniano porque perdió la motivación, dice. Al principio, quería quedarse en Ucrania, pero allí no había perspectivas de obtener un permiso de residencia.
"Escuché muchas historias de mis amigos y me di cuenta de que no era realista conseguir un estatus legal. Incluso los hombres que tienen esposas ucranianas han sido rechazados. Si funciona, probablemente sólo funcione con corrupción. La guerra no es el mejor momento para la vida y el desarrollo. Pero sigo siendo un hombre joven", dice Antón, que aún no ha encontrado un trabajo fijo en Polonia.
¿Cuestión militar o humanitaria?
Según Andrey Kuzhnierov, de la organización de veteranos Asociación de Voluntarios Bielorrusos, la mayoría de los bielorrusos no pudieron permanecer en Ucrania tras abandonar el Ejército ucraniano, principalmente porque no cumplían los requisitos para obtener un permiso de residencia. Algunos de ellos tenían pasaportes bielorrusos caducados, no podían solicitar nuevos y Ucrania no les expidió ningún documento, explica Kuzhnierov.
Como resultado, muchos de los veteranos se trasladan a un país de la Unión Europea (UE), normalmente Polonia, ya que es su primer país de entrada en la UE, donde se les puede conceder asilo, según el Acuerdo de Dublín.
Responsabilidad de la diáspora bielorrusa
Vadim Kabanchuk, declarado opositor al régimen de Lukashenko y responsable de defensa y seguridad nacional en el gabinete en el exilio de la líder de la oposición bielorrusa Svetlana Tijanóvskaya, que vive en Lituania, también ve la necesidad de ayudar a los afectados. "Si decimos que se trata de nuestros veteranos bielorrusos, entonces la diáspora también debe responsabilizarse de ellos, porque hoy defienden el honor del pueblo bielorruso ante los ojos de los ucranianos", afirma Kabanchuk.
Según él, hay cientos de bielorrusos afectados. "Hemos mantenido muchas reuniones con parlamentarios, activistas de derechos humanos y autoridades ucranianas. Se han aprobado leyes para facilitar la legalización, la obtención de papeles y de la ciudadanía, así como la obtención de grados de oficial para seguir prestando el servicio militar", afirma Kabanchuk. Se refiere a una ley que entró en vigor en Ucrania el 24 de noviembre, "sobre el estatuto jurídico de los extranjeros y apátridas que participan en la defensa de la integridad territorial y la inviolabilidad de Ucrania".
Según esta ley, los no ucranianos que luchen por Ucrania podrán obtener un permiso de residencia en el futuro, aunque sus pasaportes hayan caducado. Los rusos y bielorrusos que obtengan un pasaporte ucraniano de esta forma tendrán que renunciar a su ciudadanía original en el plazo de un año tras el levantamiento de la ley marcial.
(gg/rml)