Combustible, fertilizante, medicina: el coco es capaz de casi todo
27 de marzo de 2012Desde hace algún tiempo, la industria de la bebida estadounidense vuelve la vista atrás para recordar un éxito musical de inicios de la década de los 70 del siglo pasado. Por entonces, Harry Willson cantaba en "Coconut" las virtudes del fruto peludo como milagroso remedio medicinal: tan sólo había que añadir un poco de zumo de lima al coco para empezar a sentirse mejor. La industria de la bebida hace hoy negocio con el coco convertido en un "aditivo del bienestar". Una de las mayores compañías del ramo es Vita Coco. La empresa estadounidense ha multiplicado por más de cinco sus ventas en los últimos años. A la vez que aumenta el volumen de negocio, también lo hacen las expectativas en torno al coco. A su jugo lechoso se le atribuyen, entre otras propiedades, la capacidad de reducir la presión arterial y el nivel de colesterol.
Aceite de coco contra el cáncer
Las esperanzas depositadas en el coco parecen no tener límites. El doctor Bruce Fife, autoproclamado "Papa del coco", afirma incluso haber logrado un avance decisivo en la investigación sobre el cáncer. Fife, director del Coconut Research Center, asegura haber descubierto en diversas pruebas de laboratorio con animales que el aceite de coco es capaz de proteger contra el cáncer: "El alimento de los animales enfermos de cáncer era exactamente el mismo. Con una sola diferencia: los aceites que se les añadieron. Empleamos aceite de oliva, de girasol, de colza, de coco y otros. El cáncer se extendió por el organismo de los animales que participaron en el estudio, excepto en el caso de aquellos que tomaron aceite de coco", explica Fife.
Sin embargo, el Instituto Americano de Investigación sobre el Cáncer (AICR, por las siglas en inglés) reclama en su página web no caer en una euforia excesiva. Es cierto que el elevado nivel de selenio del coco hace de esta fruta un alimento de grandes propiedades antioxidantes, es decir, capaz de frenar el proceso de envejecimiento de las células. Sin embargo, aún es pronto para hablar de sus posibles efectos beneficiosos en la lucha contra el cáncer. Sano lo es, desde luego. La leche de coco contiene grandes cantidades de potasio, magnesio y vitamina C. En niveles superiores a cualquier bebida deportiva isotónica. Dado que el PH del agua de coco y el de la sangre humana es muy similar, como también lo es el contenido de sal de dicha fruta y el de las células humanas, es posible incluso utilizarlo como suero fisiológico en caso de emergencia.
Independencia energética y protección del clima
En islas remotas sin recursos hídricos propios, sus habitantes siguen hoy en día cubriendo sus necesidades exclusivamente con agua de coco. Los cocoteros crecen alrededor del denominado Cinturón Tropical, entre los paralelos situados 26 grados al norte y 26 grados al sur del Ecuador. Más de once millones de campesinos viven del cultivo del coco en alrededor de 90 países. En Filipinas, el aceite de coco se utiliza desde 2006 para algo más que para cocinar. Aquí se produce biodiésel a gran escala, lo que supone un gran ahorro de dinero, como afirma el director de la Comunidad del Coco Asia-Pacífico, Rómulo Arancón. De lo que se trata es, en definitiva, de no tener que importar petróleo a precios elevados. "El aceite de coco como sustituto del diésel hará que estos países sean más independientes. De lo que se trata ahora es de aumentar las cosechas sin destruir la naturaleza. Sobre todo, es importante que el biodíesel no compita con el cultivo de alimentos", según Arancón. El nuevo combustible no sólo es más barato, sino que libera a la atmósfera tan sólo la misma cantidad de CO2 previamente almacenada por el cocotero. Por si esto fuera poco, el diésel a base de coco huele mejor.
Todo se aprovecha
Pero no solamente el coco se aprovecha: todo el cocotero es susceptible de ser utilizado. El tronco y las hojas sirven de material de construcción para casas, embarcaciones y muebles. La dura cáscara es un valioso combustible y las fibras del fruto constituyen un excelente aislante utilizado en la construcción ecológica de viviendas. Incluso los desechos de la cosecha del coco tienen potencial. La empresa alemana "Coirproject" produce un sustrato sobre el que cultivar fruta y verduras sin tener que utilizar tierra. Hasta ahora, para el cultivo sin tierra se recurría a lana mineral o a esteras de fibra de vidrio. Sin embargo, "para la fabricación de lana mineral se requiere el empleo de grandes cantidades de energía", explica el director de la compañía, Carsten Klinge. Además, la lana mineral utilizada como sustrato debe clasificarse bajo la categoría de residuo especial, y su eliminación es costosa. En cambio, la cáscara fibrosa del coco que sobra tras la cosecha constituye una alternativa verde sin objeción posible. "En Sri Lanka", explica Klinge, "los cocoteros se han cultivado hasta ahora principalmente para la producción de leche y pulpa de coco. El procesamiento de la fruta y de la cáscara para producir sustrato supone completar el ciclo de uso del coco".
Los cocoteros, por lo tanto, que no solamente acompañan al hombre desde hace 3.000 años como alimento y material de construcción. Parece que las posibilidades de aprovechamiento de esta sorprendente planta pueden verse ampliadas en el futuro. Sólo una gota de hiel enturbia la relación entre el cocotero y el hombre: según un estudio de la Universidad de Florida, los cocos que se desprenden de los cocoteros causan cada año la muerte de unas 150 personas. Quince veces más, por ejemplo, que por ataques de tiburón.
Autor: Wiebke Feuersenger / Emili Vinagre
Editor: Enrique López Magallón