Comenzó el proceso NSU
7 de mayo de 2013
El tumulto previsto delante del Palacio de Justicia de Múnich no se produjo. “Nos parece una pena que hoy no haya venido tanta gente”, se queja una manifestante. La policía solo tuvo que intevenir una vez, cuando dos mujeres de origen turco se abalanzaron contra el edificio con una botella rota en la mano, exigiendo acceso a la sala del juicio. “Somos ciudadanas turcas y tenemos el derecho de entrar. Queremos pasar y saber cómo se está desarrollando el proceso”, grita una de ellas. También declaran sus deseos en turco a través de un micrófono para numerosos medios de comunicación turcos.
El alcalde de Múnich, Christian Ude, se muestra pacificador: “He hablado con las familias de las víctimas en Múnich, que todavía se sienten muy dolidas por haber sido consideradas sospechosas, y haber sido tratadas como tales. Hay que comprender que el dolor todavía está a flor de piel”, dijo el político del SPD, en un intento de explicar el comportamiento de las mujeres turcas.
Los asesinos no pertenecen a Alemania
El Consejo Coordinador de las Sociedades Turcas en el Sur de Baviera (TÜDEK e. V.) se ha posicionado frente al Palacio de Justicia junto con la comunidad griega de Múnich. El portavoz de Tüdek, Mahir Zeytinoglu, se presentó con ropas típicas de Baviera al comienzo del proceso: “Vivo desde hace más de 40 años en Baviera, y esta es mi tierra. Toda esta historia es terrible y me hace sentir muy triste.”
Martin Neumeyer, ministro de Integración del Gobierno de Baviera, se dirigió a la multitud concentrada enfrente del Palacio de Justicia con un discurso: “Las víctimas fueron asesinadas por ser diferentes. Demostrémosles a los asesinos que ellos son los que son diferentes. Que no son parte de nosotros. Que no son parte de Baviera, ni de Alemania.”
Desde toda Alemania, a Múnich
Oguz Ücüncü, secretario general de la comunidad islámica Milli Görüs (IGMG, por sus siglas en alemán), ha viajado desde Renania del Norte-Westfalia hasta Múnich para el comienzo del proceso. Ücüncü se siente identificado personalmente con las víctimas: “Sin ir más lejos, nuestra organización misma se encontraba en la lista de enemigos del trío NSU”. Según Ücüncü, la historia se ha alargado mucho, pero precisamente por ello resulta ahora el proceso todavía más interesante.
El estudiante Mustafá Can ha acudido desde Berlín. “Mi abuelo vino en 1961 de Turquía a Alemania. En aquel entonces hizo el trabajo que nadie más quería hacer. Nosotros, los nietos, somos ahora parte de Alemania. Hablamos alemán, y pagamos impuestos. Sin embargo, yo aquí no me siento en casa. Soy alemán, y tengo la nacionalidad alemana. Pero ya no me siento seguro”, dice Can en entrevista con DW. Según él, el racismo en Alemania sigue aumentando, y espera que con este proceso se resuelva, al menos, parte del problema.
Conflictos en la calle
Además del revuelo mediático, las tensiones se suceden en el área del Palacio de Justicia. “En cualquier caso, tenemos ya muchos turcos”, exclama un transeúnte. La policía lo protege cuando un manifestante responde a su provocación iniciando un enfrentamiento verbal.
En un gesto de solidaridad con las víctimas de la célula NSU, la comunidad turca de Baviera ha colocado una corona de flores negra enfrente del Palacio de Justicia, previa autorización especial de las autoridades. Asimismo, lanzaron globos negros al cielo, donde se elevaron hasta desaparecer, como fugaces memorias de tiempos oscuros.
Autor: Senada Sokollu / lab
Editor: Pablo Kummetz