Compra histórica y controvertida: Bayer se traga a Monsanto
5 de junio de 2018Fue un largo camino el que recorrió el gigante alemán de productos farmacéuticos y agrícolas Bayer para adquirir Monsanto, la multinacional estadounidense de semillas y fertilizantes. Bayer puso sobre la mesa cerca de 54.000 millones de euros. "Es una apuesta muy cara”, dijo el corredor de bolsa Oliver Roth, de la operadora de valores Oddo Seydler, a DW. "Y la cuestión es si la apuesta se puede ganar o no. Creo que para eso tendrá que pasar algún tiempo, si es que se gana en absoluto”.
En los últimos meses, los altos cargos de Bayer hicieron sus cálculos y llegaron a la conclusión de que había que volver a pedir dinero al mercado de capitales para la compra de Monsanto. Con la emisión de nuevas acciones, Bayer planea reunir 6.000 millones de euros más de los inversores. El grupo alemán financia la compra, además, a través de créditos y de la venta de acciones de la compañía.
El volumen de negocios se duplica
Es así que Bayer se desprendió, a principios de mayo de este año, de su subsidiaria Covestro y ganó con eso más de lo que pensaba. Además, tuvo que ceder parte de su negocio de semillas para cumplir con los requerimientos de los organismos anticarteles alemanes. "Fue una hazaña de equipo increíble la que nos llevó a esto”, resumió el presidente de Bayer, Werner Baumann, de cara a la concreción de la compra. "Ahora estamos a punto de cerrar la transacción y de crear muy pronto una empresa líder de la economía agraria”, apuntó. Según Bayer, su volumen de negocios se duplicará gracias a la compra de Monsanto. Claro que la compañía tendrá que probar muy pronto que la fusión es realmente provechosa. Los ahorros de Bayer se estimaban en 1.500 millones de euros a partir del año 2022, pero, entretanto, se ha corregido esa cifra a 1.200 millones de euros, ya que debido a la compra de Monsanto, Bayer tuvo que vender parte de su propio negocio a su rival, la BASF, para cumplir con las leyes de competencia justa. Participaciones por valor de unos 7.600 millones de euros pasaron a BASF. De ese modo, las empresa fusionada será algo menor de lo pensado, y eso se refleja también en las sinergias.
Críticas de organizaciones ecologistas
Algunos observadores critican la fusión por ser una aventura cara y arriesgada. Sobre todo, es criticada por las organizaciones ecologistas. En Alemania se asocia a Monsanto con la modificación genética de semillas, y también con el herbicida "Roundup”, que contiene glifosato, del cual se sospecha que provoca cáncer.
Asimismo, los medioambientalistas critican desde hace tiempo la existencia de un monopolio de pocos mega grupos empresarios que controlan el negocio de las semillas en todo el mundo. Esas críticas se agudizan, lógicamente, con la compra de Monsanto por parte de Bayer. "Me parece problemático que la producción de semillas y herbicidas esté en manos de una sola empresa”, señaló a DW Sven Giegold, eurodiputado del partido Los Verdes. "Debería haber una clara división, y la concentración del mercado en esas empresas ya no tiene nada que ver con la economía de mercado”.
Con la fusión, Bayer se convertirá en el mayor productor de semillas del mundo. Pero no solo eso: además, venderá los pesticidas correspondientes a cada tipo de planta. Por un lado, eso es lógico, porque de esa forma los pesticidas, al meno en teoría, son más eficaces y su uso más eficiente. Pero por el otro lado, eso provoca que los productores agrícolas se vuelvan dependientes de un puñado de megaempresas, y en especial, de Bayer.
Al respecto, el director de Bayer no deja de recalcar que su empresa es consciente de la responsabilidad que tiene. "Haremos todo lo necesario para cumplir con esa responsabilidad”, dijo ayer, lunes (4.06.2018). "Cumpliremos con los estándares éticos, ecológicos y sociales más altos para contribuir con una agricultura mejor y más sostenible”, añadió.
El jueves, Bayer será al fin propietario único de Monsanto, con lo cual la marca Monsanto desaparece, y solo queda el nombre de Bayer. Un paso histórico. Pero es más que eso, ya que la adquisición también marca un hito económico: con un volumen de cerca de 63.000 millones de dólares (cerca de 54.000 millones de euros), es la compra más cara por parte de una empresa alemana en toda la historia de este país.
Fue un largo camino el que recorrió Bayer, pero la tarea aún está por comenzar. Todavía se tiene que cristalizar la fusión sin dificultades de dos gigantes a través del Atlántico. Y ambos deberán probar que la unión de Bayer y Monsanto no solo es beneficiosa económicamente, sino también ecológica y socialmente sostenible.
Autor: Mischa Eberhardt (CP/ERS)