El ruido daña el cerebro
14 de marzo de 2011Científicos alemanes y japoneses lo han comprobado: escuchar regularmente música a muy alto volumen ocasiona daños en el sistema nervioso. Basándose en mediciones de la actividad cerebral se ha podido comprobar graves déficits funcionales.
“Hemos medido la actividad de las neuronas en el córtex auditivo”, explica Henning Teismann, sicólogo del Instituto para Biomagnetismo y Análisis de Señales Biológicas de la Universidad de Münster. Las pruebas a las que sometió el equipo de científicos alemanes a 13 jóvenes que participaron en la investigación rebasan los test clásicos para medir el estado auditivo.
Primero, mayor dificultad
“Hemos analizado los resultados de dos grupos de personas entre los 20 y los 30 años de edad”, informa Teismann. Los de un grupo habían sometido a sus oídos, por años, a música muy alta y tuvieron dificultades en filtrar ciertos tonos de entre ruidos de fondo si su atención era distraída mientras escuchaban.
“Este déficit puede ser equilibrado si la persona se concentra en mucho en escuchar”, explica el investigador. Sin embargo, esta compensación de la falta de capacidad auditiva a través de la concentración no funciona por tiempo indefinido.
“Tenemos la sospecha de que habrá daños a largo y mediano plazo si las personas no cambian sus costumbres. Los primeros síntomas de estas futuras limitaciones han podido ser detectadas ya en su cerebro”, recalcó Teismann.
Estudios anteriores
Lo que los investigadores de Münster han comprobado es parte de una verdad que se ha venido escribiendo en diversos círculos los últimos años: un estudio de la Universidad de Friburgo del año 2009 detectó por ejemplo que la música escuchada por audífonos a partir de 85 decibeles – y los aparatos mp3 alcanzan con facilidad este nivel- puede provocar severos daños en el sistema auditivo.
Así, el nivel de ruido de una calle en una ciudad moderna, explican los expertos alemanes, oscila entre los 70 y los 80 decibeles; para poder escuchar la música caminando con ese nivel de ruido, ésta tiene que estar a un volumen superior.
Por su parte, otro estudio de la Oficina Federal de Medio Ambiente (UBA) afirma que en uno de cada ocho de entre 1000 niños examinados se detectó una disminución de la capacidad auditiva. Con todo, daños graves y permanentes se detectan apenas después de años: quien en la juventud, así el informe de UBA se haya sometido con frecuencia a muchos decibeles, corre más riesgo de volverse sordo en la vejez.
MB/dpa/sdz
Editor: Enrique López