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Cambio Climático: ¿Puede Polonia deshacerse del carbón?

Irene Baños Ruiz
3 de diciembre de 2018

Polonia acoge la Conferencia sobre el Cambio Climático en Katowice, pero aún tiene pendiente superar su dependencia de los combustibles fósiles y comprometerse con las energías renovables.

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Planta de carbón en Polonia
Planta de carbón en Polonia.Imagen: Darek Redos/AFP/Getty Images

La relación de Polonia con su carbón es muy estrecha y muy antigua. El carbón fue la principal fuente de energía de los polacos al comienzo de la industrialización. Se extraía a nivel local y era barato. La protección ambiental tenía poca importancia.

Las cosas están cambiando lentamente

En 1989, cuando cayó la Cortina de Hierro, las centrales de carbón de Polonia cubrían casi el 100 por ciento de su demanda de electricidad. Casi 40 años después, en 2017, el 78 por ciento de la energía que usaban los polacos aún se obtenía del carbón. Pero, la energía eólica ha aumentado significativamente, y cubre el nueve por ciento de la demanda de electricidad del país.

De acuerdo con el plan del Gobierno, la participación del carbón en la mezcla de electricidad debe reducirse aún más, hasta el 60 por ciento en 2030. Para Polonia, que hasta ahora ha considerado al carbón como la columna vertebral de su economía, esto significa un cambio dramático.

Los ambientalistas evalúan el plan gubernamental con escepticismo. Mientras las reservas de carbón ya están escaseando en las minas polacas y la mayoría de las centrales eléctricas de carbón están a punto de cerrarse por razones de envejecimiento, aferrarse a ellas simplemente refleja la relación poco saludable del país con el carbón.

Apoyo a una industria enferma

Hace mucho tiempo que las centrales eléctricas de carbón son subsidiadas en Polonia. Según el Instituto para el Desarrollo Sostenible (ISSD), la baja calidad del carbón y la antigüedad promedio de 30 años de la flota de centrales eléctricas son responsables de que la industria polaca solo pueda generar beneficios con ayuda estatal.

Un informe del grupo de expertos WiseEuropa, con sede en Varsovia, muestra que, entre 1990 y 2016, Polonia pagó alrededor de dos mil millones de euros anuales para apoyar al sector del carbón. Como la contaminación del aire provoca, además, costos añadidos para la salud y el clima, la generación eléctrica a base de carbón significó adicionalmente aproximadamente 450 euros anuales por ciudadano.

La energía del carbón está ahora bajo presión debido al precio del CO2 en el Sistema de Comercio de Emisiones (ETS) de la Unión Europea (UE). Durante años, el precio de los derechos de contaminación rondó los cinco euros por tonelada en la UE, pero, en el último año, este valor se ha triplicado.

Presión para el cambio

Las protestas contra el aire sucio y los daños que el carbón provoca al clima han cambiado la perspectiva sobre el tema en Polonia. Los clientes demandan cada vez más energía limpia, asegura Monika Morawiecka, jefa de planificación estratégica de la mayor empresa de energía de Polonia, PGE.

Morawiecka cita el ejemplo de un exportador de energía: "Nos dijo: 'Mira, los clientes son educados, pero dentro de unos años preguntarán qué tan alta es la huella de carbono, y si no es buena, no me comprarán'".

Publicidad para el cambio a la energía verde en Katowice.
Publicidad para el cambio a la energía verde en Katowice.Imagen: DW/I. Banos Ruiz

De modo que los proveedores están recurriendo al suministro de energía más limpia por razones económicas. Y la UE está presionando a Polonia para que haga más por combatir la contaminación del aire y alcanzar los objetivos de protección del clima. Sin embargo, según los ecologistas, el Gobierno polaco no hace lo suficiente.

"En la práctica, el Gobierno polaco apoya principalmente al sector del carbón", dice a DW Anna Ogniewska, de Greenpeace en Polonia. "Frente a la UE, en Bruselas, Polonia está haciendo mucho ruido, y dice 'Sí, apostamos por la energía verde'. Pero cuando regresan a casa, planean nuevas minas de carbón y centrales eléctricas de carbón, y no hacen lo suficiente para impulsar el crecimiento de la energía renovable", lamenta Ogniewska.

Larga despedida del carbón

Polonia podría verse obligada a separarse del carbón de todos modos. Se espera que el lignito se agote alrededor de 2030 en las minas existentes. Y la hulla tampoco durará mucho más.

Ya hay signos de un replanteamiento en la sociedad polaca. "La minería del carbón no es tan popular como solía ser", dice Patryk Bialas, consultor de energía en el Euro-Centrum Technology Park, en Katowice. Los adolescentes polacos ahora prefieren trabajar en el campo de las energías renovables.

A medida que el carbón disminuye y las necesidades energéticas de Polonia aumentan en un 1,2 por ciento anual, el uso de energía limpia es inevitable. El país tiene que planificar en consecuencia.

En 2017, el suministro de electricidad con gas aumentó en un 20 por ciento en comparación con el año anterior, y entre 2013 y 2017, el suministro de electricidad con energía eólica casi se duplicó.

El proyecto de ley de política energética de Polonia prevé que la demanda energética de las industrias de electricidad, transporte, calefacción y renovables se duplicarán hasta alcanzar el 21 por ciento alrededor de 2030. Los ambientalistas critican al Gobierno por la decisión, que consideran errada, de no promover el desarrollo de la energía eólica en tierra para lograr este objetivo.

En busca de alternativas más limpias

El gas es más limpio y más flexible que el carbón, lo que lo convierte en una mejor alternativa para la fluctuación de las energías renovables. Pero como la mayor parte del gas se importa de Rusia, el origen del gas es "decisivo", explica Michal Kurtyka, presidente de la Conferencia Mundial de Cambio Climático COP24 y secretario del Ministerio de Medio Ambiente de Polonia.

"Es por eso que Polonia trabaja con Noruega y Dinamarca", precisa Kurtyka. El proyecto de un gasoducto con el Báltico permite el transporte de gas desde Noruega a los mercados polacos.

Para el Gobierno de Polonia, la energía eólica en el mar también es un elemento importante para el suministro de energía del futuro. PGE, que también es el mayor inversor eólico en Polonia, está desarrollando tres proyectos eólicos marinos, el primero de los cuales se completará en 2025.

Según un informe de la Fundación para la Energía Sostenible, la capacidad de energía eólica marina instalada en Polonia podría alcanzar cuatro gigavatios (GW) para 2030 y ocho GW para 2035. La energía solar es todavía relativamente nueva en este país del Este de Europa.

Para el Gobierno de Polonia, el cambio a la energía renovable es políticamente sensible. El Ejecutivo teme perder votos en la región minera de Silesia. Como elemento adicional en la futura combinación energética, el Gobierno polaco cuenta también con la energía nuclear, pero hasta ahora solo en sus planes sobre papel. Los expertos dudan que llegue a haber una planta de energía nuclear en Polonia, especialmente por razones de costos.

(RML/CP)

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