Controles costeros y acuerdos políticos

En pateras, cayucos o barcos nodriza -que arrastran pequeñas embarcaciones para soltarlas frente a las costas- llegan los sin papeles desde el Africa hacia las Canarias, el escalón más cercano hacia Europa. Provenientes de Mali y Libia o de los países costeros, los inmigrantes sin papeles ponen su vida a disposición de un tramitador, y muchos la dejan por el camino antes de llegar a la tierra que les ofrece el sueño de un futuro mejor, algo que se entiende mejor teniendo en cuenta que, según datos del Banco Mundial, en cuanto a poder de compra España es 5,5 veces más rico que Marruecos, 13 más que Mauritania y 14 más que Senegal.

Según las autoridades españoles, en lo que va del año 7400 inmigrantes ilegales ha arribado a las islas Canarias provenientes del África. De cuántos no han sobrevivido las durísimas condiciones en las que se embarcan hacia "el futuro mejor" no se tienen datos ciertos. Después la oleada de africanos hacia Ceuta y Melilla en 2005, Marruecos aseguró mejor sus puertas con apoyo de la Unión Europea -cuyos jefes de Estado y Gobierno declararon el problema migratorio hacia España e Italia como un problema comunitario-, y la gran corriente humana se desvió hacia las islas Canarias a través de Senegal, el Sahara Occidental y Mauritania.

Solicitud y respuesta eficaz

Para combatir la fuerte corriente de inmigrantes ilegales, España ha solicitado ayuda a la Unión Europea. Y la Comisión se la ha otorgado. Recalcando que el que el interés de España es interés comunitario, el comisario de Seguridad, Libertad y Justicia, Franco Frattini, declaró y aseguró apoyo con quince medidas concretas para este tema que, según la vicepresidenta española Maria Teresa Fernández de la Vega, "afecta a todos los países europeos y a millones de seres humanos que buscan condiciones más humanas para subsistir".

Medidas concretas y urgentes

Las medidas acordadas para paliar esta nueva crisis generada por las oleadas de migrantes estaban ya contempladas en los programas migratorios comunitarios; lo nuevo del paquete es que se han puesto plazos.

En los próximos días la Unión Europea enviará a expertos de su agencia de defensa de fronteras Frontex que asesorarán las fuerzas de vigilancia españolas, estableciendo una oficina de coordinación en las Canarias. Esta agencia, creada en 2004, se encarga de la seguridad de las fronteras exteriores de la UE y coopera con otras entidades europeas como EUROPOL.

En siete días se enviará un equipo de intervención rápida compuesto por personal sanitario y de identificación de personas. Y en quince días se enviará patrullas aéreas y navales que ayuden a patrullas las costas hasta Cabo Verde, una vigilancia que el año entrante se ampliará hacia el sur hasta Gambia y Guinea Bissau.

Medidas a mediano plazo

Más allá de las medidas de refuerzo y control de fronteras, la vicepresidente española y el ejecutivo comunitario acordaron que a mediano plazo se establecerán en las costas de Mauritania y Senegal centros de acogida -no de reclusión- para apoyar los migrantes sin papeles en su reinserción a la sociedad. Por su parte, el Alto Representante para la Política Exterior de la UE, Javier Solana, dio luz verde a la implementación de vigilancia satelital para fotografiar movimientos de la población en la ruta africana occidental.

Medidas políticas, a largo plazo

Independientemente de estas medidas, a mediano plazo se trata de lograr acuerdos con los países africanas para que readmitan a su población. Aparte de eso, con Libia, en concreto, la UE negocia cooperación económica, cultural y política a cambio de aumentar esfuerzos en combatir la gran emigración por su frontera sur y el tráfico de personas. Cabe esperar que este camino de mejores y más consistentes resultados que la vigilancia y la construcción de muros, que si bien a diferencia de otros son invisibles, probablemente no podrán detener el flujo de necesitados hacia el vecino más rico.