COP26: negociar por el planeta y la salud humana
11 de noviembre de 2021Los países están reconociendo poco a poco la relación entre el cambio climático y la salud humana, pero sigue faltando financiación para ayudar a las naciones más pobres a hacer frente a las crecientes repercusiones del calentamiento global en la salud, que van desde la malnutrición hasta la propagación de enfermedades transmitidas por los mosquitos, según los expertos.
"La salud ha sido la gran ausente y ahora es el gran presente", dijo a DW María Neira, directora del departamento de Salud Pública, Medio Ambiente y Determinantes Sociales de la Salud de la OMS. "La gente sigue diciendo que tenemos que salvar el planeta, pero tenemos que salvarnos a nosotros mismos. El planeta es más grande que nosotros, nos sobrevivirá".
Se prevé que el cambio climático provoque unas 250.000 muertes más al año por malnutrición, malaria, diarrea y estrés térmico, advierte la OMS. Incluso si los países consiguen encontrar una forma de limitar el calentamiento global a 1,5 grados Celsius (2,7 grados Fahrenheit), se producirá un grave perjuicio para la salud de miles de millones de personas en todo el mundo. Además -los países en desarrollo, que carecen de una buena infraestructura sanitaria, así como de dinero para invertir en medidas de adaptación para hacer frente a la carga adicional de los problemas de salud relacionados con el clima- se llevarán la peor parte.
Los impactos en la salud ya están aquí
El cambio climático ya está perjudicando la salud en todo el mundo. Por ejemplo, la mortalidad relacionada con la salud de los mayores de 65 años alcanzó el récord de 345.000 muertes en 2019, según el informe de Lancet Countdown de 2021 sobre salud y cambio climático.
Un clima más cálido facilita la propagación de bacterias que causan enfermedades como el cólera. También produce las condiciones ideales para que se reproduzcan los mosquitos que transmiten la malaria y el dengue, y, a medida que el mundo se calienta, estos insectos portadores de enfermedades se extienden a nuevas zonas. "Hay regiones de Asia en las que el 35% de la población correrá el riesgo de contraer el dengue. Son cifras en las que hay que pensar mucho porque es como retroceder 20 o 30 años", indica la representante de la OMS, María Neira.
Algunos impactos son aún más ocultos. En un país como Malawi, por ejemplo, las mujeres constituyen alrededor del 85% de la mano de obra agrícola, y el aumento de la sequía significa que se ven forzadas a recorrer distancias más largas para alimentar a sus familias y para recoger agua, relata a DW Dominic Amon Nyasulu, Coordinador Nacional de la Red de Jóvenes contra el Cambio Climático de Malawi.
Reforzar la atención sanitaria
En la COP26, un grupo de unos 50 países, entre ellos Bangladesh, Etiopía y los Países Bajos, se comprometieron a desarrollar sistemas sanitarios resistentes al clima para hacer frente a los impactos del calentamiento global en la salud. Estas medidas incluyen el refuerzo del personal sanitario y la construcción de hospitales y otras infraestructuras para poder enfrentar las inundaciones, por ejemplo.
Las adaptaciones del sistema sanitario también pueden abarcar la creación de formas eficientes de refrigeración en las ciudades para evitar enfermedades y muertes relacionadas con el calor, y la construcción de sistemas de suministro de agua y saneamiento que garanticen que el agua potable no se contamine durante las inundaciones extremas.
Los beneficios para la salud de la acción climática
Por primera vez en una conferencia de la ONU sobre el clima, la OMS cuenta con un pabellón en el que desarrolla un programa completo de dos semanas de duración para llamar la atención sobre la interacción entre la salud humana y la del planeta. Según Neira, de la OMS, establecer las conexiones entre los beneficios de la acción climática para la salud humana y crear consciencia sobre ello podría acelerar el cambio que es necesario para frenar el calentamiento global. "Diría, incluso, que será lo que provoque un giro en cuanto a la ambición y la velocidad que necesitamos para luchar contra la crisis climática. ¿Por qué? Porque nada motiva más que la protección", segura Neira.
Por ejemplo, la contaminación atmosférica causa unos 7 millones de muertes prematuras al año, según la OMS. Si entendiéramos que la acción climática para reducir el uso de combustibles fósiles, y cambiar a vehículos eléctricos, también mejoraría la calidad del aire, salvando vidas y mejorando la salud de quienes padecen enfermedades respiratorias como el asma, la respuesta de las personas sería distinta a la que vemos hoy.
La salud humana y un medio ambiente sano son una misma cosa, dice Nicole de Paula, que forma parte del movimiento "Salud planetaria", que considera que ambas cosas están inextricablemente unidas. "No estamos hablando sólo de osos polares aislados", recalca Nicole de Paula. "La salud humana no puede protegerse sin que las fuentes de vida más básicas funcionen bien: es decir, un clima sano, suelos sanos, bosques sanos".
(mn/cp)