Coronavirus: ¿se abre a Italia a médicos inmigrantes?
2 de diciembre de 2020Italia se vio muy afectada por la primera ola de la pandemia de COVID-19, y el brote amplificó los problemas sociales existentes y la desigualdad en el sector de la salud pública. Años de recortes presupuestarios y una fuerza laboral que envejece han dado lugar a una grave escasez de personal en los hospitales de todo el país, mientras Italia registra la segunda cifra más alta de muertes en Europa.
A fines de noviembre, y con el país enfrentándose a una segunda ola severa de coronavirus, los hospitales en las zonas de riesgo medio de Umbría y Piamonte hicieron llamadas urgentes para reclutar personal médico, aunque las ofertas de trabajo excluyeron a los trabajadores extranjeros.
En virtud del artículo 38 de la legislación laboral del sector público en Italia, que se remonta a 2001, los ciudadanos de la Unión Europea (UE), residentes permanentes y personas que viven con la condición de refugiados o bajo protección humanitaria tienen derecho a trabajar en hospitales públicos. Además, el gobierno aprobó un decreto pandémico a principios de 2020, conocido como Cura Italia, que abrió temporalmente los empleos públicos a todo el personal médico nacido en el extranjero con un permiso de trabajo.
Las autoridades de Umbría y Piamonte solo dieron marcha atrás después de que las asociaciones médicas y los organismos de control de los derechos los denunciaran por sus prácticas de contratación discriminatorias.
¿Anuncios de trabajo para migrantes?
Paola Andrisani, investigadora de la plataforma de monitoreo antirracista Cronache di Ordinario Razzismo, dijo a DW que es común que las ofertas de trabajo en el sector de la salud pública requieran que los solicitantes tengan la ciudadanía italiana o de la UE. En cuanto a la exención por la pandemia, asegura que esta solo se ha aplicado en pocos casos aislados.
Ahora, "Umbría ha incluido las disposiciones del artículo 38", explicó. "Lo que sucedió en Piamonte es un poco diferente. Se cerraron las convocatorias, pero se publicó un nuevo anuncio dirigido específicamente a los trabajadores de la salud nacidos en el extranjero, que aplica la derogación temporal de Cura Italia".
Más recientemente, sin embargo, Piamonte publicó otro anuncio para el personal médico, una vez más dirigido solo a ciudadanos italianos y de la UE. "Parece que el anuncio [para los trabajadores de salud inmigrantes] es solo para mostrar", dijo. "Es inaceptable que diferentes autoridades sanitarias regionales, a veces locales, apliquen criterios diferentes, sobre todo en un momento en que se necesita desesperadamente personal médico".
Umbría y Piamonte no están solos: las autoridades regionales y locales que son responsables de publicar los avisos de empleo en toda Italia no aplican sistemáticamente la legislación existente y excluyen a los trabajadores médicos nacidos en el extranjero.
Médicos inmigrantes en primera línea
Foad Aodi es un ortopedista palestino y director de la Asociación de Médicos Extranjeros en Italia (AMSI), que ha estado haciendo campaña para que el personal médico extranjero sea reconocido por el sector público.
"Podemos decir que esto constituye dos pasos hacia adelante y un paso hacia atrás", dijo sobre las recientes ofertas de trabajo en Umbría y Piamonte. Agradeció la noticia, pero estima que se necesita hacer más para asegurarse de que los cambios no sean nominales o simple remedio temporal.
"No quisiera que esto sea una fachada", agregó. "Lo que se necesita es más claridad y más información". La AMSI estima que alrededor de 77.500 profesionales de la salud nacidos en el extranjero trabajan actualmente en Italia, incluidos 22.000 médicos, 38.000 enfermeras y otros trabajadores de la salud, muchos de los cuales han sido educados en Italia. La mayoría trabaja por cuenta propia o en el sector privado, a menudo en puestos menos seguros.
Solo el 10% está empleado en el sector público. Entre ellos se encuentra Artes Memelli, doctora de urgencias de 27 años, originaria de Shkoder, en el norte de Albania. "En la primera ola había mucho miedo e inseguridad, incluso entre nosotros los médicos. Los hospitales estaban más desorganizados y los EPP [equipos de protección personal] escaseaban. Simplemente no estábamos listos", valora Memelli, quien ha estado trabajando en la primera línea, en los hospitales públicos de la región norte de Veneto, desde que comenzó la pandemia. "La segunda ola también nos tomó desprevenidos, pero al menos tenemos EPP, pautas y más camas", dice.
Memelli es una de los muchos médicos "autónomos" de las cooperativas que proporcionan personal a los hospitales públicos en Italia. Al igual que otros trabajadores autónomos, estos profesionales médicos no disfrutan de beneficios de los trabajadores contratados, como vacaciones pagadas o bajas por enfermedad.
"Es una señal positiva, pero no suficiente, ya que el futuro sigue siendo incierto", opina sobre el reciente debate en torno a los trabajadores extranjeros, que ha generado una mayor conciencia sobre el tema. "Todavía no existe una ley que diga que más adelante [cuando termine la emergencia] médicos extranjeros con un permiso de trabajo en Italia podrán participar en concursos de contratación para el sector público".
El 'limbo de la formación’ especializada
Memelli se mudó a Italia en 2015 para completar sus estudios y su entrenamiento médico. Tras graduarse de una universidad italiana, superó las dificultades burocráticas y se ganó el derecho a ejercer en el país.
Pero enseguida se enfrentó a otro revés. Debido a recortes presupuestarios y a la mala planificación del sector de la salud, muchos médicos jóvenes han sido excluidos de un programa de capacitación de cinco años, patrocinado por el Estado para obtener calificaciones especializadas -un requisito previo para trabajar en el sector público, fuera de la sala de emergencias.
En 2011, el sindicato de médicos ANAAO-ASSOMED predijo que Italia sufriría una escasez de 30.000 médicos para 2021. Esa escasez ya se ha notado: durante la pandemia, los anestesistas y otros especialistas clave han escaseado. Es el resultado de la falta de asignación de recursos, desde 2013, para capacitar a las nuevas generaciones de médicos que reemplazan a la fuerza laboral que se jubila. Solo aproximadamente la mitad de los graduados en medicina continúan con capacitación adicional cada año, y muchos de los demás terminan en el sector privado o en el extranjero.
"A menudo he pensado, ¿no sería mejor ir a otra parte? Hacia un futuro mejor, a otro país europeo como Alemania o Austria", se pregunta Memelli, cansada de verse atrapada en soluciones temporales. "Quiero que este país demuestre de una vez por todas que se preocupa por sus profesionales y quiere ofrecerles un futuro mejor. No solo a los médicos extranjeros, sino a todos los médicos jóvenes que están atrapados en este limbo de la formación".
(rml/ers)