Corrupción, un problema de derechos humanos
11 de mayo de 2018Transparencia Internacional está cumpliendo 25 años: ¿cuál es el balance?
El balance es muy positivo, realmente 25 años de una organización de la sociedad civil es algo para festejar. Transparencia Internacional tiene capítulos en 110 países en el mundo y mantener 25 años de actividad en la lucha contra la corrupción ya es todo un mérito. Se ha avanzado mucho (...) tanto en la consideración de la corrupción como un problema real para las sociedades, como en la generación de instrumentos y organizaciones que sirven para enfrentar el problema.
Si uno marca lo que nos queda por delante ahora, yo creo que nos faltaría trabajar fuerte en la implementación de todas estas normas, para que se transformen en algo más que buenas palabras escritas y guardadas en los estantes de las bibliotecas jurídicas.
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¿Cuán grave es el peligro de las buenas intenciones se queden solo en palabras?
Estamos cansados de escuchar a políticos y gerentes generales decir que tienen "un compromiso contra la corrupción”. Y a mí me parece que entienden perfectamente lo que es la corrupción pero no tienen ni idea de lo que significa un compromiso.
¿Cómo definiría la situación de la corrupción en el mundo?
El 69 % de los países, -nosotros en el último índice evaluamos 180 países-, tienen altos niveles de corrupción, y esto pone de manifiesto que hay millones de personas viviendo en contextos de alta corrupción.
Esto significa que cuando hablamos de corrupción, no estamos hablando de una cosa abstracta, estamos hablando de derechos humanos, de los derechos de la gente que vive en esos países.
¿Cuál es la situación de corrupción en América Latina?
En América Latina, Chile y Uruguay están en 67 y 70 puntos (N. de la R.: del ranking sobre percepción de la corrupción elaborado por TI, en el que en una escala de 0 a 100, 0 es percepción de muy corrupto y 100, percepción de ausencia de corrupción). Luego viene un pelotón liderado por Costa Rica, alrededor de los 50 puntos, pero la mayoría de los países estamos por debajo de los 50 puntos, es decir, estamos en niveles de alta corrupción. La situación es, en general, preocupante.
¿Por qué Latinoamérica tiene estos altos niveles de corrupción?
Un poco por la anomia, es decir, ese fenómeno que hace que la norma no sea valorada. Tenemos las normas necesarias; otra cosa es que las respetemos y las hagamos cumplir. Y por la tolerancia por parte de la ciudadanía respecto a los casos de corrupción.
Mientras la ciudadanía opera tolerando la corrupción o votando por corruptos porque "algo le dieron”, los mensajes que manda la ciudadanía como elector a la política son los mensajes equivocados.
Asimismo, nadie puede cambiarle la ética a una persona a los 30 años. Cuando llega a la función pública, explicarle lo que está bien y lo que está mal, resulta redundante, es tarde.
¿Algún país de América Latina la preocupa especialmente?
Sí, claramente Venezuela, donde ya la corrupción ha pasado a nivel de crisis humanitaria, ya es la última etapa del desastre, porque se han robado absolutamente todo. Las personas enfrentan situaciones increíbles de corrupción para conseguir harina, huevos, un medicamento, si es que se consigue. La población no tiene alimento, no tiene salud, no tiene cómo vivir dignamente, en un país que es el más rico en petróleo en la región.
El otro país donde la corrupción se ha institucionalizado y es la realidad de todos los días, es Nicaragua.
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Honduras: ¿un mero paliativo contra la corrupción?
En América Latina se mantiene la corrupción estructural e histórica, sostienen las conclusiones de TI.
Es que el continente tiene una base de corrupción que se ha transformado en algo así como la forma normal de operar: para hacer negocios, para conseguir un documento, para conseguir un lugar en un hospital, para lo que sea. En muchos de nuestros países se ha normalizado esa conducta corrupta como la forma común y natural de hacer las cosas. Esto tiene que ver con la educación y la falta de control.
¿Qué es lo propio que puede aportar una presidenta argentina a TI?
Lo que creo que aporta una persona que viene de un contexto de alta corrupción es el contacto permanente y directo con situaciones de corrupción, que nos permite ser más sensibles, o tener los "radares” más atentos a ver dónde se empiezan a producir situaciones que dan lugar luego a la corrupción. No lo hemos aprendido en los libros, lo hemos visto en nuestra sociedad.
Maricel Drazer (ER)
*La Dra. Delia Ferreira Rubio (61) es presidenta de Transparencia Internacional, la primera y mayor organización de lucha contra la corrupción a nivel global, cuya oficina central se encuentra en Berlín. Es doctora en Derecho y nació en la provincia de Córdoba, Argentina.
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