Costa Rica ante una encrucijada electoral clave
30 de marzo de 2018Unos 3,3 millones de electores han sido convocados este 1° de abril a elegir al futuro presidente que gobernará el país a partir del 8 de mayo durante el período 2018-2022. Según la última encuesta de la Universidad de Costa Rica (UCR), los dos candidatos , el conservador evangélico Fabricio Alvarado y el oficialista, de discurso progresista, Carlos Alvarado, se encontraban en empate técnico al cerrar la campaña.
"Son escasos los momentos en la historia de Costa Rica en los que tenemos esta corta distancia entre los candidatos, la diferencia es de 1% en la intención de voto, pero un 15% de indecisos decidirá en el último momento”, afirma Ilka Treminio, Directora de Flacso, en Costa Rica.
Cantante y predicador evangélico
Fabricio Alvarado, periodista de 43 años, cantante y predicador evangélico, lideró sorpresivamente la primera vuelta electoral en febrero, después de oponerse a una recomendación de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que instó al Estado costarricense a garantizar a las parejas del mismo sexo todos los derechos, incluyendo el matrimonio.
El candidato del confesional Partido Restauración Nacional (PRN), quedó catapultado hasta los primeros lugares de las encuestas de intención de voto, al declarar que el veredicto de la CIDH era una intromisión en los asuntos internos de su país y prometer que sacaría a Costa Rica de la CIDH, cuya sede es justamente la capital, San José.
"Teniendo en cuenta que Costa Rica es un país sin ejército y que su única arma es el derecho internacional, sería desastroso”, opina el politólogo Francisco Robles Rivera, investigador de la Universidad Libre de Berlín. El investigador sostiene que Fabricio Alvarado vinculó a las iglesias neo pentecostales con la política, con una visión represiva y conservadora en materia de derechos humanos.
Candidato progresista moderado
El exdiputado conservador Fabricio Alvarado se enfrenta en la segunda vuelta al candidato oficialista de centro izquierda Carlos Alvarado, que sin estar emparentados, tienen el mismo apellido y cuyas propuestas no podrían ser más distintas. El periodista y exministro de 38 años, candidato del oficialista Partido Acción Ciudadana (PAC), respalda el matrimonio homosexual, y que se aplique una ley vigente que permite la interrupción del embarazo en casos de riesgo para la madre. El novelista y excantante de rock, con estudios en Reino Unido, cerró su campaña con la promesa de que reducirá a la mitad el creciente déficit fiscal del país a través de una reforma fiscal integral.
Costa Rica vio rebajar su calificación crediticia durante los últimos cinco años por las agencias de calificación debido al alto déficit, que el próximo año podría rebasar el 7% disparando los intereses de la deuda y erosionando las finanzas públicas. El actual Gobierno de Luis Guillermo Solís, en el que Alvarado ocupó las carteras de Desarrollo Social y de Trabajo, fracasó en lograr un consenso para crear un impuesto al Valor Agregado, limitar los salarios públicos y gravar las ganancias de capital.
La Suiza de Centroamérica
El factor religioso se ha mezclado con la preocupación ante la situación fiscal, el estancamiento del empleo y el deterioro de la seguridad, que amenazan el bienestar del país llamado la Suiza de Centroamérica, que atrae la migración de países vecinos.
"Las últimas dos elecciones en Costa Rica, las de 2014 y 2018, han tenido cambios muy abruptos. Esto se debe a que los costarricenses no tienen una afiliación partidaria. Los grandes partidos tradicionales como el Partido Acción Nacional, o el Partido Unidad Social Cristiana, han perdido una importante cantidad de electores debido a casos de corrupción en los últimos años. Además, la mayoría de los electores, de entre 18 y 40 años, no tienen formación política. Así, los escándalos, cualquiera que sean, "juegan un papel muy importante a la hora de emitir el voto", afirma Robles Rivera.
De ganar las elecciones, Fabricio Alvarado no sería el primer presidente evangélico en América Latina. "El primero fue Jimmy Morales, en Guatemala, que también es un reconocido pastor de la Iglesia evangélica. Es una nueva tendencia de un tipo de partido político en América Latina. Estas organizaciones cristianas tienen una fuerte presencia en los Parlamentos, como es el caso de Brasil. Es un fenómeno que se ha ido extendiendo en América Latina”, destaca Ilka Treminio, directora de Flacso, en Costa Rica.
Creciente influencia de iglesias evangélicas
La influencia de las iglesias evangélicas provenientes de Estados Unidos ha tenido un crecimiento notable en Costa Rica. Según la Alianza Evangélica Costarricense, pasaron de tener 232.000 miembros en 2001 a 465.330 en 2014. En ese período las asociaciones religiosas crecieron de 210 a 489, y las iglesias, de 2282 a 3752.
"El voto duro de Fabricio Alvarado está en las zonas rurales en donde el modelo de desarrollo no ha llegado. Estas iglesias ofrecen protección social, redes de atención, ayuda ante el desempleo y bolsa de trabajo. Para los sectores más pobres es una oportunidad para salir de la miseria”, afirma Robles Rivera.
El investigador sostiene que las iglesias pentecostales se instalan en cualquier garaje, lo que no puede hacer ninguna iglesia católica, que para abrir una capilla necesita la autorización estatal y del vaticano.
Prioridades del futuro Gobierno
Ilka Treminio sostiene que entre las prioridades del futuro Gobierno será abordar la desigualdad social. "Estamos entre los países más desiguales de América Latina. En el tema de educación, el problema es la calidad, que ha sufrido un grave deterioro en el sector público. Otro de los grandes retos es la política universal de salud, que enfrenta problemas de financiamiento”.
Treminio advierte que Costa Rica se encuentra claramente en un momento de alta polarización. "Un reto principal de quien llegue al Gobierno es volver a acercar posiciones. Si llega un Gobierno que pretende favorecer a sus electores, entonces vamos a tener un serio problema de radicalización y polarización. Costa Rica no ha interrumpido su democracia desde 1948. Pero la actual situación es un peligro porque lo que sostiene a la sociedad costarricense es precisamente el Estado de derecho”.
La politóloga recuerda que Centroamérica ve mucho hacia Estados Unidos, y el discurso tan radical en el vecino del norte podría afectar lo que se considera adecuado en un candidato o un presidente en el país.
Autora: Eva Usi (few)
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