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PolíticaCosta Rica

Contra el narcotráfico: "Hay que reinventar la soberanía"

25 de septiembre de 2024

El ministro de Seguridad Pública de Costa Rica, Mario Zamora, conversó con DW sobre la forma en que su país combate el narcotráfico y la necesidad de una estrategia internacional para enfrentar el problema.

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Nationalflagge Costa Ricas
Imagen: picture alliance/Zoonar

De acuerdo con un reciente artículo del New York TimesCosta Rica enfrenta una situación preocupante en materia de seguridad. "Con el narcotráfico en aumento, una oleada de violencia ha golpeado a la nación", dice la nota. Conversamos sobre las particularidades del caso costarricense con el ministro de Seguridad Pública, Mario Zamora.

DW: Costa Rica ha dejado de ser ese país tranquilo que fue por tanto tiempo. ¿Qué opinión le merece lo expuesto por el New York Times?

Mario Zamora: El contenido del artículo del New York Times se basa en un informe del año 2020. Y, en efecto, coincidimos en que esa era la situación precedente en que nos encontrábamos, en la que el narcotráfico venía teniendo una gran incidencia en el país, y sobre todo en el puerto atlántico de Costa Rica, el puerto de APM Terminals, en donde los grupos de narcotraficantes habían logrado posicionarse, a efecto de enviar droga a Europa, concretamente al puerto de Rotterdam, en Países Bajos, y al puerto de Amberes, en Bélgica.

Esta situación era la que nos encontramos e impusimos un cambio en la estrategia policial. Por primera vez, la policía costarricense tomó control del puerto de APM Terminals, e impuso escáneres al 100 por ciento de contenedores que salen de Costa Rica a esos dos megapuertos europeos. Y justamente en este año 2024, distintos indicadores oficiales dan cuenta de la reducción en la incautación de cocaína en Rotterdam y Amberes. Ahí Costa Rica tiene parte de la cuota de responsabilidad al haber impuesto ese sistema de control.

El ministro de Seguridad Pública de Costa Rica, Mario Zamora.
DW conversó con el ministro de Seguridad Pública de Costa Rica, Mario Zamora (imagen de archivo).Imagen: Daniel Gonzalez/Anadolu Agency/picture alliance

Entonces, coincidimos con la realidad que describe el artículo del NYT, solo que ese artículo hace referencia a la situación del 2020, y este 2024 hemos logrado una reducción visible en cuanto a la estadística que se lleva en esta materia.

Pero en el artículo también se cita una nota del Departamento de Estado que tiene fecha de septiembre 2024, que dice que, desde 2020, Costa Rica es uno de los puntos importantes en el transporte de cocaína hacia Europa…

En efecto, y mucha de esa información se recopiló en 2019 y 2020. Incluso este informe es la justificación para que el Departamento de Estado haya decidido donarnos cuatro escáneres adicionales, con los cuales vamos a poder tener control completo de todos los puertos de Costa Rica. Vamos a ser el primer país de las Américas que va a tener todos sus puertos no solo con escáneres, sino también bajo control de la policía. La DEA ha sido el principal aliado de nuestro Gobierno en esta lucha contra el narcotráfico.

Expertos critican que la mayoría de las políticas se basan en incautaciones y no tanto en prevención...

Europa ha tenido en los últimos años un impacto de la cocaína generada en América Latina de manera significativa en los distintos países. Hoy, cuando observamos que Suecia ha tenido que sacar a su Ejército, porque la Policía fue superada por la acción criminal de los grupos narcotraficantes; cuando vemos que un periodista hace tres años pierde la vida en Holanda, después de presentar un reportaje que demuestra inequívocamente el control de los grupos mafiosos sobre el puerto de Rotterdam, cuando la Policía española acaba de perder hace poco más de seis meses a dos de sus efectivos en un enfrentamiento con grupos narcotraficantes, también vemos realidades que antes eran impensables en suelo europeo, y que hoy el narcotráfico las hace posibles.

Los países americanos y la UE nos hemos relacionado en una plataforma conjunta de trabajo que agrupa a los ministros del Interior de ambos lados el Atlántico, para empezar a trabajar de manera sistemática sobre estas organizaciones que venían valiéndose justamente de la desconexión entre los sistemas policiales y judiciales de América Latina y Europa. Estamos procurando generar vías para el intercambio formal de información, traslado de pruebas y realización de investigaciones conjuntas, que haga que sea un frente común, en el que ataquemos este fenómeno desde el origen, en el tránsito y en los países de arribo de la cocaína. Y el componente de prevención es fundamental.

Atacar el consumo de drogas es fundamental, y es una de las principales herramientas preventivas, porque donde haya un mercado que consume, siempre generará un efecto de llamada para que nuevos grupos intenten colocar droga en esos mercados. (…) Un kilo de cocaína en América Latina cuesta alrededor de 4 mil dólares, y 14 días después del trayecto marítimo hacia Europa, ya pasa a costar alrededor de 20 mil. Esto habla de un escenario muy lucrativo para este tipo de organizaciones.

¿Teniendo en cuenta las sumas millonarias que mueve el narcotráfico, cómo se puede prevenir la corrupción?

Siendo un país relativamente muy pacífico, hemos experimentado un aumento en los homicidios por sicariato, es decir, asesinos a sueldo que, en nombre de una organización criminal, eliminan a sus contrapartes en la lucha por territorios en donde subyacen mercados de consumo de drogas. Hemos tenido el 2023 el año más violento de nuestra historia. En el 2024, en que pensábamos que iban a ser mas graves las consecuencias de esta guerra entre bandas, hemos podido disminuir el número de homicidios con respecto al 2023. Por supuesto, esto no es nada satisfactorio, porque nos seguimos moviendo en rangos que son inaceptables para la tradición con que Costa Rica ha vivido. Pero es parte de los esfuerzos multiagenciales que hemos venido haciendo los distintos cuerpos de policía del país.

Quisiera mencionar una particularidad del modelo costarricense. Nosotros, desde 1949, no tenemos Ejército, pero tampoco tenemos una Policía nacional. Tenemos una policía descentralizada. El modelo se caracteriza por una especie de sistema de pesos y contrapesos, en que a unas policías, como parte de su trabajo, les corresponde vigilar y observar a otras fuerzas policiales. Ese es un elemento muy importante, porque permite una depuración constante del sistema. Se han presentado casos aislados de desviación policial, pero no orgánicos ni sistematizados. Eso creo que ha sido un elemento importante, porque en los modelos centralizados de policías, si se corrompe la cabeza, se corrompe todo el cuerpo. Es un sistema que sirve de salvaguarda.

Usted ha pedido más recursos para la Policía. ¿Los recibió?

El año pasado, mientras la mayor parte de ministerios tuvieron recortes presupuestarios, nosotros recibimos un incremento de aproximadamente 50 millones de dólares. Aumentamos también el salario de nuestros policías, porque al incrementarse el tipo de riesgos que enfrentan, nos parecía que eso es importante. Hoy tenemos el salario más competitivo de América Latina. Nuestros policías reciben, en la base, un salario de 1.600 dólares. Es un esfuerzo país importante, para que haya un sistema de integridad, que garantice a nuestros policías una vida digna, con base en el salario policial.

En muchos países se percibe que no se avanza en la lucha contra el narcotráfico. ¿Cuál es su diagnóstico?

Estructuralmente, creo que eso ha sido así debido al hecho de que cada país ha venido enfrentando un problema global y regional como el narcotráfico, desde una óptica local y nacional. Cuando, en realidad, debemos hacer enfoques internacionalmente conjuntos para poder abordar este fenómeno.

Atacar el componente transnacional del narcotráfico obliga a una acción internacional conjunta entre países. Esto nos pone el reto de generar equipos conjuntos de investigación, favorecer mecanismos de extradición más rápidos. (…) Creo que el esfuerzo debe ser lograr estas visiones regionales, por sobre las visiones locales y nacionales.

Y también por sobre las fronteras ideológicas...

Por supuesto. Y hay que reinventar la soberanía. En nuestro país, me tocó en su momento colaborar en la promulgación de un tratado suscrito entre Costa Rica y Estados Unidos para el patrullaje conjunto, en el cual cedemos autoridad de policía al guardacostas estadounidense, para que pueda detener buques relacionados con el narcotráfico en nuestro mar territorial. Son nuevos conceptos de soberanía, que tenemos que adaptar a estas nuevas realidades, porque si las fronteras no evitan la actividad internacional del narcotráfico, mal hacemos en que las fronteras sean un obstáculo para el trabajo conjunto entre los países.

(rml)