Crisis en Ecuador: "Cuando la violencia regula el mercado"
12 de enero de 2024El periódico berlinés Tageszeitung (TAZ) publica un análisis titulado "Cuando la violencia regula el mercado", en el que plantea:
"Ahora, Ecuador. Hombres armados que asaltan un estudio de TV, motines carcelarios, estado de excepción, operación militar. Una vez más, un país del sur se ve violentamente minado y lanzado a una espiral descendente por un mercado que no es el suyo, por un negocio cuyos destinatarios finales consumen sus líneas en el norte, [un negocio] con pocos usufructuarios, pero que deja muchos muertos.
El negocio de la droga es lo más capitalista que se pueda imaginar. La ilegalidad implica que no hay regulaciones (…). Este negocio millonario se desarrolla exclusivamente según la ley del más fuerte. El marco de condiciones en que se mueven los actores -los carteles- se redefine siempre de nuevo, mediante dos instrumentos: la corrupción, para el control sostenido, y puntuales estallidos de violencia, para agrandar o defender el área de negocios. La represión del Estado -o de aquella parte de las fuerzas de seguridad que no han sido sobornadas, o que lo hayan sido por otra organización- es parte calculada en el negocio de cada actor.
Pero el mercado siempre puede fiarse de algo: la demanda nunca se reduce. En todos los países industrializados se consume cocaína a todo dar, en todas las capas sociales y más allá de cualquier brecha política. (…) Pero, como es políticamente cómodo para los Gobiernos del norte mantener la ilusoria y aparentemente tan loable meta de un mundo libre de drogas, nada cambiará. Podría llevarse a cabo una política realista y regularse el mercado desde la planta hasta el consumidor final. Pero, en lugar de eso, el norte se queda con su estilo de vida, y el sur, con los muertos".
Los problemas de fondo de Ecuador
El diario económico Handelsblatt, de Düsseldorf, apunta que Ecuador tiene más de un problema profundo:
"Ataques armados a hospitales, motines carcelarios, secuestro de policías; desde hace días, el crimen organizado desafía en Ecuador al joven presidente Daniel Noboa con esas y otras demostraciones de poder.
(…) Desde 2018, Ecuador se encuentra en una espiral cuesta abajo, a medida que el Estado ha perdido progresivamente el control. Los dos Gobiernos neoliberales que antecedieron al de Noboa frenaron las inversiones en educación, seguridad y agricultura. Las cárceles son centros de detención en los que imperan los carteles. A eso se suman las consecuencias de la crisis económica durante la pandemia, que golpeó a Ecuador con más dureza que a casi ningún otro país de Latinoamérica. Millones de puestos de trabajo se perdieron. También esa es una causa de que las bandas del crimen organizado no tengan problemas para reclutar gente.
Adicionalmente, el crimen internacional eligió hace algunos años a Ecuador como su nuevo centro logístico. El país es atractivo por su ubicación entre los productores de coca Perú y Colombia, por su economía dolarizada y por tener en Guayaquil uno de los mayores puertos de Latinoamérica. Sobre todo carteles mexicanos, pero también la mafia albanesa, se han enquistado allí y se han aliado con bandas locales. Luchan por rutas y territorios, por controlar las rutas de la cocaína hacia Estados Unidos y Europa".
Las fuentes del poder de la mafia
El rotativo suizo Neue Zürcher Zeitung comenta en estos términos la lucha contra las bandas del narcotráfico en Ecuador:
"El presidente Noboa reacciona a esta nueva escalada con un gran operativo policial. Resulta comprensible, porque es, en efecto, probablemente el último instrumento del que aún dispone. Pero no cabe esperar milagros. (…) A largo plazo, el problema de la violencia del narcotráfico en América Latina sólo se podrá resolver si se secan las fuentes de las que la mafia nutre su poder: los casi ilimitados recursos financieros y el ejército de jóvenes dispuestos a dejarse reclutar por las bandas.
Los consumidores de drogas en Europa y Estados Unidos deparan a las mafias ganancias millonarias por sus ilegales ‘productos'. Con ellas, los criminales pueden equiparse con mejores armas y tecnologías que muchas fuerzas policiales. Además, disponen de grandes sumas para sobornar a autoridades civiles".
(rml)