Cuando el huracán Katrina llegaba a Nueva Orleans
29 de agosto de 2005
"Nos enfrentamos a la tormenta que siempre hemos temido", es la lacónica frase de Ray Nagin, alcalde de Nueva Orleans, en momentos en que llega, literalmente, la destrucción a "una de las ciudades más bonitas de Estados Unidos". Una angustiosa situación.
De las Bahamas con fuerza
Las autoridades ordenaron a los 485 mil habitantes la evacuación de la capital del jazz ubicada debajo del nivel del mar. Katrina es ya la sexta tormenta que azota Florida y la décimo segunda surgida en el Atlántico este año. Esta vez el huracán viene de las Bahamas y redujo su velocidad de 280 a 230 kilómetros por hora. Esto significa una baja en la categoría de máxima peligrosidad de 5 a 4.
Un detalle inquietante
A pesar de lo atemorizante, para Cornelia Urban, del Deutscher Wetterdienst, Servicio Metereológico alemán, con sede en Essen, "este fenómeno es una aparición, absolutamente, normal durante esta estación de huracanes".
Independientemente de la natural angustia de los afectados, "hay que tener en cuenta que en esa región se dan todas las condiciones geográficas y metereológicas para el origen de un huracán de dichas dimensiones: más de 25° de temperatura, altísimo grado de humedad y corrientes de aire que fluyen hacia el continente", expresa la científica Urban.
Lo único "inquietante" para los científicos de Essen es que la temporada de los huracanes mayores comenzó este año muy temprano: el 23 de agosto.
¿Señales de una catástrofe climática?
Ciclones, huracanes, tifones son cada vez más frecuentes. Pero si el calentamiento global es el culpable de su origen es algo que aún no podido ser comprobado con entera certeza. Para los investigadores del Instituto Max Planck, lo único claro "hasta ahora es que, desde 1995, el número y la intensidad de las tormentas originadas en el Atlántico es creciente". Aún así, los expertos piensan que se trataría de "un ciclo natural influido por corrientes marinas".
De acuerdo a los científicos alemanes, "un tormentoso ciclo de 20 años es seguido por otro de menor actividad"… y así sucesivamente. Mientras en los años 70 y 80 del siglo pasado hubo pocos huracanes, en las décadas de los 40 y 60 se presentó una actividad mayor.
Cuándo una tormenta se vuelve huracán
A pesar del optimismo de algunos científicos, en el futuro las consecuencias del efecto invernadero se podrían hacer sentir a nivel global: "Suponemos que con cada grado promedio que sube la temperatura del mar, la velocidad máxima de un ciclón tropical sube en unos 11 kilómetros por hora", señala Urban.
El culpable es conocido en Suramérica
Al mismo tiempo que la tierra se calienta se agrandan también las regiones marítimas cuyas temperaturas sobrepasan los 26,5°. La temperatura ideal para el nacimiento de huracanes.
Para Mojib Latif, del Instituto Max Planck de Meteorología, con sede en Hamburgo, el culpable de todo es un fenómeno tan natural como las mismas tormentas tropicales: el Niño.