Cuba restringe ingreso de bienes de consumo
1 de septiembre de 2014Las nuevas regulaciones aduaneras apuntan a desincentivar el mercado ilegal de bienes de consumo difíciles de encontrar en las tiendas estatales, que tienen elevados impuestos, que faltan en las tiendas y carecen de la calidad requerida.
Las regulaciones han irritado a los ciudadanos cubanos acostumbrados a contrarrestar la escasez crónica de productos en la isla con compras en el exterior. "Todos los cambios, todas las medidas que se toman, tienen resistencia, pero esperamos que traiga los resultados que espera el país", dijo el funcionario Dionisio Pérez en el aeropuerto de La Habana.
Las nuevas reglas amenazan con generar un aumento de los costos y dificultades para los propietarios de pequeños negocios en la isla como tiendas, bares, restaurantes, cafeterías y salones de belleza, que dependen básicamente de los productos que los viajeros traen al país en sus equipajes.
Con las nuevas restricciones, por ejemplo, el arancel para ingresar al país un televisor de pantalla plana de 32 pulgadas sube de 150 dólares a 250 dólares. Para los televisores de entre 32 y 42 pulgadas el arancel será de 400 dólares y los que superen las 42 pulgadas serán gravados con 500 dólares.
Pequeños empresarios obligados a importar a través de viajeros
Un economista cubano, que pidió el anonimato, dijo que con el esquema anterior entraban menos dólares a la economía porque los comerciantes que reciben moneda estadounidense por sus productos los suelen guardar para volver a comprar en Estados Unidos. Ahora con mayores impuestos, parte de ellos se quedará en las arcas del Estado.
El presidente cubano, Raúl Castro, ha emprendido una serie de reformas económicas en busca de poner al día a una economía de estilo soviético y atraer inversiones. Bajo las nuevas reformas, los cubanos pueden operar pequeños restaurantes privados (paladares), salones de belleza, renta de habitaciones, cafeterías y servicios de transporte.
Pero el Gobierno no ha garantizado un mercado mayorista y ha llevado a pequeños empresarios privados a importar mercancías a través de los viajeros o comprar en las tiendas estatales, donde abonan elevados precios destinados al comercio minorista.
JOV (Reuters, Portafolio.co)