Cuba-UE: un largo camino hacia el diálogo
10 de marzo de 2014El camino parece zanjado. En febrero, la alta representante de la Unión Europea para la política exterior, Catherine Ashton, había invitado a negociar un “diálogo politico” que pusiera fin al virtual congelamiento de los vínculos entre el bloque comunitario y Cuba.
La respuesta cubana tardó en llegar, pero fue clara: "Cuba acoge con satisfacción esta propuesta del 10 de febrero de la alta representante, que significa el fin de las políticas unilaterales de la Unión Europea sobre Cuba, y acepta negociaciones al respecto", aseveró el 6 de marzo el canciller Bruno Rodríguez Parrilla, en La Habana.
Bruselas tomó nota de inmediato. Ese mismo día emitió un comunicado en el que manifestó “gran satisfacción” por la respuesta cubana.
La ruta a seguir hacia la normalización de las relaciones bilaterales entre Cuba y la UE parece ir viento en popa. Por la parte europea, se orienta a llevar a cabo una negociación “sobre un acuerdo bilateral”, sin marcar aún los alcances concretos de este. Además, se retomará “cuanto antes” el diálogo político entre ambas partes, “a nivel ministerial”, según especifica el bloque comunitario.
Una larga historia
Pero cada relación bilateral tiene su propio ritmo. En el caso de la UE y Cuba, cada avance toma años. El camino había sido bloqueado por dos obstáculos: uno, la llamada “posición común” que a instancias de España adoptó la Unión Europea en conjunto, en diciembre de 1996.
El otro vino con las medidas diplomáticas adoptadas por la Unión Europea en junio de 2003, en respuesta a los acontecimientos de la “primavera negra” en la cual fueron detenidos decenas de opositores cubanos.
Ni la “posición común” ni la política de sanciones contra Cuba se probaron sustentables a largo plazo. Ya en 2007, la UE se reconocía la necesidad de un cambio en la política europea hacia Cuba. El Consejo de Ministros de la UE adoptó el 18 de junio de ese año una serie de conclusiones no vinculantes, pero significativas, en las cuales se hablaba de una “nueva situación” en la isla con el relevo entre Fidel y Raúl Castro.
Se esbozaba en dichas conclusiones una oferta europea para “retomar un diálogo abierto y amplio con las autoridades cubanas, en todas las áreas de interés mutuo”. El diálogo debería proseguir “bajo una base recíproca y no discriminatoria, y sin condiciones previas”. La "posición común" de 1996, en cambio, condicionaba los vínculos bilaterales a avances en los derechos humanos en el país caribeño.
Las medidas diplomáticas decretadas contra Cuba fueron levantadas en 2008. Pero oficialmente, la "posición común" de la UE sigue vigente hasta la fecha.
Prioridades europeas
Denis Baresch, asesor de la Comisión Europea en materia de políticas de desarrollo y autor de un estudio sobre las relaciones Unión Europea-Cuba, mencionaba en 2008 las prioridades que debería tener la reanudación del diálogo bilateral.
“Primero, las relaciones económicas y comerciales; luego, la cooperación en el sentido más amplio; y en tercer sitio, el diálogo y la cooperación políticas”, escribió Baresch en un análisis correspondiente a la serie “Cambios en Cuba y en el mundo”.
A seis años de distancia, el listado no parece haberse modificado. La reapertura del diálogo Cuba-Unión Europea coincide, en efecto, con un momento de especial efervescencia económica en la isla. El Estado cubano atraviesa por un período de racionalización; en cambio, el número de pequeños empresarios o “cuentapropistas” pasó de 400.000 en junio de 2012 a 440.600 en noviembre de 2013. Algunas previsiones contemplan que este año se alcanzará la cifra de medio millón de “cuentapropistas” en Cuba.
La exportación de medicamentos y productos biomédicos creció más de 35 por ciento en un año: su volumen pasó de 405 millones de dólares en 2011 a 550 millones de dólares en 2012, se dice en un documento elaborado en diciembre pasado por el área de análisis económico de la embajada francesa en La Habana.
Cuba lanzó además el proyecto de desarrollo e inversión en Puerto de Mariel como importante motor de crecimiento. La inversión total es de 910 millones de dólares, 75 por ciento de los cuales corresponden a financiamiento brasileño.
Sobre todo han llamado la atención en el exterior las reformas relacionadas con la importación de vehículos o la liberalización de ciertos trámites para que cubanos viajen al exterior.
¿A quién perjudicó la "posición común"?
La Unión Europea saca poco provecho de la intensa actividad económica que tiene lugar en Cuba. Entre 2007 y 2012, el comercio exterior de Cuba con Venezuela aumentó 125 por ciento. México también registró un importante incremento en el comercio exterior con la isla: 65 por ciento, mientras que el intercambio con Brasil subió 20,3 por ciento en el mismo periodo, según los analistas franceses.
Mientras esto sucede en la relación comercial de Cuba con potencias emergentes latinoamericanas, el comercio con la Unión Europea decreció 13 por ciento entre 2007 y 2012.
Por eso mismo, la intensificación del diálogo no solo es prioritatia para la UE, sino urgente.
¿Y los derechos humanos? La alta representante para la diplomacia europea ha dicho que "precisamente porque queremos apoyar las reformas y la modernización en Cuba, hemos manifestando consistentemente nuestras preocupaciones por los derechos humanos, que siguen siendo el núcleo de nuestra relación”.
Sin embargo, el comunicado europeo del 6 de marzo destaca que las negociaciones se llevarán a cabo “con espíritu constructivo y de respeto mutuo”.
En lenguaje diplomático, esto quiere decir que no habrá confictos ni condiciones previas en la reapertura de las negociaciones. En los hechos, el objetivo principal en la relación de la UE con Cuba es favorecer los lazos comerciales, y ya no, como se dice en la "posición común" europea, "favorecer un proceso de transición hacia una democracia pluralista y el respeto de los derechos humanos y libertades fundamentales" en la isla.