Cuba y RDA: dos socios históricos
10 de agosto de 2006"Los ciudadanos de la República Democrática Alemana (RDA) saben gritar `viva Cuba´ y `bienvenidos´ en español claro y correcto. Como si fueran cubanos". Con estas palabras, el líder cubano Fidel Castro abrió su discurso en su visita oficial a la RDA en 1972.
Con el sentimiento de camaradería socialista expresado en el discurso, Cuba y Alemania Oriental continuaron colaborando con fuertes lazos políticos y económicos. Durante los 41 años de existencia de la RDA (1949-1990) ambos intercambiaron mano de obra, entrenamiento de trabajadores y venta e instalación de equipos industriales. Pero también estuvieron ligados en cuanto a la represión del régimen.
Peer Schmidt, profesor de historia latinoamericana de la Universidad de Erfurt, destaca que la policía secreta de la RDA (Stasi) llegó a instalar un sistema electrónico de escucha para que los camaradas cubanos de la DGI (Dirección General de Inteligencia) pudiesen escuchar conversaciones de militares norteamericanos en la bahía de Guantánamo, desde 1898 bajo control estadounidense.
Entrenamiento conjunto
Pero además del apoyo logístico, el historiador cubano Jorge García Vázquez comenta que decenas de oficiales de la DGI fueron entrenados por la Stasi en Alemania Oriental. "Los dos aparatos de represión colaboraron de cerca. Había cursos en el área de inteligencia e incluso un doctorado por la Escuela Superior de Derecho de Potsdam, destinado a debilitar la oposición interna, que cursaron varios agentes de la policía secreta de Cuba", relata el historiador.
Vázquez afirma que también Raúl Castro, ministro cubano de Defensa y actual jefe de Estado provisional, participó en maniobras conjuntas entre las fuerzas armadas de Cuba y el Ejército de la RDA. Por otra parte, los militares cubanos eran los responsables de la seguridad de las delegaciones alemanas que visitaban África, por su presencia en el continente para apoyar movimientos de izquierda en países como Líbia o Angola.
Transferencia de Tecnología
También fue muy intensa la cooperación entre los dos países socialistas en el campo económico. Vázquez afirma que Alemania Oriental era el segundo socio económico de Cuba tras la Unión Soviética. Según Schmmidt, en década de los 70 muchos trabajadores cubanos recibían entrenamiento en la RDA para aprender a manejar la maquinaria vendida a Cuba.
En mayo de 1980, el jefe de estado de la Alemania Oriental, Erich Honecker, visitó la isla para inaugurar una fábrica de cemento bautizada con el nombre de Karl Marx. En el discurso inaugural, Fidel Castro destacó que habían recibido todo de la RDA con una favorable financiación.
En el mismo acto, Fidel relató que los precios pagados por el país europeo en productos cubanos como azúcar o níquel eran satisfactorios y estimulantes, y la cooperación económica entre ambos crecía rápidamente.
Política exterior
Mientras ambos colaboraban estrechamente en política interna y economía, dicha cooperación no era ampliable a la política exterior. Según Schmidt, Cuba tenía un poco más de libertad en el terreno internacional: "Por eso Castro llegó a abrir diferentes frentes de cooperación con países africanos o con el llamado bloque de países no alineados". Sin embargo, Alemania Oriental no contaba con la autonomía suficiente para definir su política exterior, limitándose a seguir las directrices de la Unión Soviética.